-¡La has estado mirando todo el rato desde que la vimos fuera!-vuelve a gritar y está vez Alessia observa la escena con el rostro perplejo. -Haley, vamos. No es el momento-murmura Paul rascándose la nuca y toma de la mano a Amelia y Hannah para llevarlas a otro lado pero Haley continúa su griterío sin fin. Jacob que está al lado de Alessia, también se da cuenta de la situación y la mira por un instante para ver su reacción, pero ella solo tiene la misma reacción de todos, incomodidad y asombro. Alex está de espaldas a Alessia jugando con un niño que estaba delante de ellos en la montaña rusa, así que por ese lado no debía preocuparse por su hijo. -¡Eres un sucio animal! ¡Te odio! Las personas en el lugar comenzaban a acercarse llenos de curiosidad por la situación, algunos incluso graban con sus celulares, mientras que Paul intenta calmar a Haley pero ella está más histerica que nunca batiendo los brazos en el aire para dar a entender su punto. Un muy exagerado punto... -¡Pues
-¡No puedo creer la escena que me hiciste en el parque, Haley! Echaste a perder todo un día maravilloso con tus escenas de locura. Apenas Paul y Haley pusieron un pie en la mansión, se desató una pelea casi interminable. Haley estaba decidida a tener la razón a como de lugar. Y si Paul no estaba dispuesto a darle la razón, ella haría cualquier cosa para obtenerla. Amenazarlo, manipularlo, ofenderlo, ¡no importa que sea, pero lo hará! -Ay, por favor. No te hagas el santurron, Romeo-alude Haley en tono burlón e ironia-. ¿CREÍSTE QUE NO ME HABÍA DADO CUENTA DE COMO LA MIRABAS?-¡Yo no la estaba mirando!-exclama Paul por centésima vez en tono frustrado y malhumorado. Se talla el rostro con las manos y tira de su cabello con desesperación. -Claro, ¿y yo soy una estúpida? Claro que no, te conozco bien, y sé cuando estás mirando a una mujer. ¡Otra mujer que no soy yo! -¡¡YA BASTA!!-grita Paul exasperado y sobrepasado por la situación, está harto de todo, solo quiere tener paz, pero parec
1 mes después...-¿Estás listo para tu primer día de escuela?Alex le sonríe a su madre con alegría y asiente efusivamente, dando pequeños saltitos desde su sitio para enfatizar su emoción. Hoy es un día muy importante y emocionante para uno de sus hijos. Después de mucho tiempo... ¡Alex tendrá su primer día de escuela! Aunque Alessia está asustada por como sería el día de su hijo, también se siente tranquila en el fondo al darse cuenta de que está haciendo lo correcto. Sus hijos deben crecer, sin embargo, Amelia no está con Alex. Paul la inscribió en un colegio de alta sociedad por obvias razones. Pero le alegra que ambos estén yendo a la escuela, aunque estén separados. De todos modos, es normal que estén separados en la escuela, algún día quizás querrán ir a la universidad pero no a las mismas y por supuesto no pueden depender siempre el uno del otro. Alessia intenta por todos los medios hacer de sus hijos personas independientes, capaces de hacer las cosas por sí mismos y creo
Amelia comienza a tartamudear sin saber muy bien qué decir. Ni siquiera se había dado cuenta de lo que había dicho, al fin y al cabo, sigue siendo una niña. No puede recordar a cada momento todas las mentiras que le dijo a su padre. Así que hace lo único que se le ocurre. Contar un chiste. -Toc, toc-dice entre risitas nerviosas. -¿Quién es?-Paul le sigue el juego sin olvidar lo que ella había dicho antes y está dispuesto a preguntarle otra vez-. Cariño, ¿por qué dijiste eso hace un momento? ¿Tienes algún otro hermano acaso? Amelia niega con rapidez y traga grueso, cosa que Paul nota así que sospecha que está mintiendo. -Es malo mentir, nena, ¿lo recuerdas?-le pregunta Paul suavemente y acaricia su cabello. Amelia quiere soltar todo, quiere contarle la verdad a su padre, ya no quiere tener que ocultar la realidad, ¡quiere gritarle en el rostro que la niña es su madre también y que tiene otro hermanito llamado Alex! Pero un día le hizo a Alex una promesa... no contaría nada de la
Amelia y Sofía se fueron a clase, siguiendo el horario del colegio. Amelia tenía matemáticas y Sofía tenía inglés. Se despidieron con un abrazo y se prometieron verse en el recreo. Amelia entró al aula de matemáticas y se sentó en su pupitre. Miró al profesor, que estaba escribiendo en la pizarra. Era el señor García, un hombre joven y simpático, que le agradaba mucho a Amelia. Era su profesor favorito y el único que la hacía sentir cómoda y segura. El señor García se giró y saludó a los alumnos con una sonrisa. Les dijo que hoy iban a repasar las fracciones y les pidió que sacaran sus libros y sus cuadernos. Amelia sacó sus materiales y los puso sobre la mesa. Abrió su libro y buscó la página que el señor García había indicado. Intentó concentrarse en la lección y olvidarse de todo lo demás. Pero no pudo. No pudo olvidarse de lo que le había pasado esa mañana. No pudo olvidarse de lo que le había dicho su padre. No pudo olvidarse de lo que le había hecho Daniel. No pudo olvidars
-¿Le diste el regalo a Amelia? El señor García, cuyo primer nombre es Rafael, asiente con la cabeza sonriente y satisfecho por haber hecho tan feliz a una niña. Nunca se había sentido tan bien como ese día. -¿Y le gustó? -¡Le encantó! Ojalá la hubieras visto... -En la mansión la veré, muchas gracias, Rafael... Rafael sonríe abiertamente y le da un abrazo a Alessia lleno de cariño. Luego se separan y él suelta un suspiro. -Es la sobrina más bonita del mundo, ojalá pudiera decirle que soy su tío y no solamente su maestro-susurra sonriendo un poco triste-. ¿Cuándo les dirás la verdad? Alessia traga grueso y rechina los dientes de los nervios. -No están listos todavía, nunca les dije que tenía a un hermano. Recuerda que mantuvimos el secreto por mucho tiempo y nadie... ni siquiera Paul sabe que existes. Rafael niega con la cabeza, un poco decepcionado. -No entiendo por que mamá nos separó, y nos mintió durante tantos años, ¿qué razón tuvo para obligarnos a estar separados el uno
Paul le advierte con severidad a Haley, que se queda sin palabras por un momento. Aprovechando ese instante de distracción, el cachorro se suelta del abrazo de Amelia y corre por toda la casa, explorando cada rincón con curiosidad. Amelia lo sigue con una sonrisa, feliz de que su perrito se divierta.-Papi, ¿cómo se llama mi perrito?-le pregunta Amelia a Paul, que la mira con cariño. Pero ella le está haciendo una adivinanza, para saber si descubre el nombre de su cachorro. -No lo sé, nena. ¿Tú cómo quieres llamarlo?-le devuelve la pregunta.-Ya tiene nombre papi, tienes que adivinarlo-propone Amelia con ilusión.-¿Rufus?- dice Paul, dándole un beso en la frente y se ríe ante la mirada asqueada de Alessia-. Lo siento, cariño. Hmmmm, ¿Max? -¡Yay! Adivinaste papi,, ven aquí Max, te quiero presentar a mi papi-le llama Amelia al cachorro, que está mordisqueando una planta en el jardín.Max deja la planta y corre hacia Amelia, saltando sobre ella y lamiéndole la cara. Amelia ríe a carcaj
Paul llora desconsoladamente en el suelo, pensando que ha perdido a Amelia y a Max para siempre. Pero entonces escucha una voz familiar que le llama.-Papi, papi, ¿dónde estás?-dice la voz de Amelia, que se acerca corriendo.Paul levanta la cabeza y ve a Amelia y a Max que vienen hacia él. Amelia tiene la cara sucia y el pelo revuelto. Max tiene el pelo mojado y el hocico manchado. Los dos están sonriendo y Max moviendo la cola frenéticamente. -Amelia, Max...-susurra ilusionado-¿Eres tú?-dice Paul, incrédulo.-Sí, papi, somos nosotros-dice Amelia, llegando hasta él y abrazándolo con fuerza.-Pero ¿dónde estaban? ¿Qué les ha pasado?-dice Paul con desesperación y devolviéndole el abrazo y acariciando a Max.-Estábamos jugando con la pelota con unos niños muy simpáticos-dice Amelia, explicándole con una enorme sonrisa. -¿Jugando con la pelota? ¿Con qué niños?-dice Paul, confundido. Todavía no ha logrado asimilar que su hija está bien. Se había asustado tanto...-Con esos niños-dice Ame