1 mes después...-¿Estás listo para tu primer día de escuela?Alex le sonríe a su madre con alegría y asiente efusivamente, dando pequeños saltitos desde su sitio para enfatizar su emoción. Hoy es un día muy importante y emocionante para uno de sus hijos. Después de mucho tiempo... ¡Alex tendrá su primer día de escuela! Aunque Alessia está asustada por como sería el día de su hijo, también se siente tranquila en el fondo al darse cuenta de que está haciendo lo correcto. Sus hijos deben crecer, sin embargo, Amelia no está con Alex. Paul la inscribió en un colegio de alta sociedad por obvias razones. Pero le alegra que ambos estén yendo a la escuela, aunque estén separados. De todos modos, es normal que estén separados en la escuela, algún día quizás querrán ir a la universidad pero no a las mismas y por supuesto no pueden depender siempre el uno del otro. Alessia intenta por todos los medios hacer de sus hijos personas independientes, capaces de hacer las cosas por sí mismos y creo
Amelia comienza a tartamudear sin saber muy bien qué decir. Ni siquiera se había dado cuenta de lo que había dicho, al fin y al cabo, sigue siendo una niña. No puede recordar a cada momento todas las mentiras que le dijo a su padre. Así que hace lo único que se le ocurre. Contar un chiste. -Toc, toc-dice entre risitas nerviosas. -¿Quién es?-Paul le sigue el juego sin olvidar lo que ella había dicho antes y está dispuesto a preguntarle otra vez-. Cariño, ¿por qué dijiste eso hace un momento? ¿Tienes algún otro hermano acaso? Amelia niega con rapidez y traga grueso, cosa que Paul nota así que sospecha que está mintiendo. -Es malo mentir, nena, ¿lo recuerdas?-le pregunta Paul suavemente y acaricia su cabello. Amelia quiere soltar todo, quiere contarle la verdad a su padre, ya no quiere tener que ocultar la realidad, ¡quiere gritarle en el rostro que la niña es su madre también y que tiene otro hermanito llamado Alex! Pero un día le hizo a Alex una promesa... no contaría nada de la
Amelia y Sofía se fueron a clase, siguiendo el horario del colegio. Amelia tenía matemáticas y Sofía tenía inglés. Se despidieron con un abrazo y se prometieron verse en el recreo. Amelia entró al aula de matemáticas y se sentó en su pupitre. Miró al profesor, que estaba escribiendo en la pizarra. Era el señor García, un hombre joven y simpático, que le agradaba mucho a Amelia. Era su profesor favorito y el único que la hacía sentir cómoda y segura. El señor García se giró y saludó a los alumnos con una sonrisa. Les dijo que hoy iban a repasar las fracciones y les pidió que sacaran sus libros y sus cuadernos. Amelia sacó sus materiales y los puso sobre la mesa. Abrió su libro y buscó la página que el señor García había indicado. Intentó concentrarse en la lección y olvidarse de todo lo demás. Pero no pudo. No pudo olvidarse de lo que le había pasado esa mañana. No pudo olvidarse de lo que le había dicho su padre. No pudo olvidarse de lo que le había hecho Daniel. No pudo olvidars
-¿Le diste el regalo a Amelia? El señor García, cuyo primer nombre es Rafael, asiente con la cabeza sonriente y satisfecho por haber hecho tan feliz a una niña. Nunca se había sentido tan bien como ese día. -¿Y le gustó? -¡Le encantó! Ojalá la hubieras visto... -En la mansión la veré, muchas gracias, Rafael... Rafael sonríe abiertamente y le da un abrazo a Alessia lleno de cariño. Luego se separan y él suelta un suspiro. -Es la sobrina más bonita del mundo, ojalá pudiera decirle que soy su tío y no solamente su maestro-susurra sonriendo un poco triste-. ¿Cuándo les dirás la verdad? Alessia traga grueso y rechina los dientes de los nervios. -No están listos todavía, nunca les dije que tenía a un hermano. Recuerda que mantuvimos el secreto por mucho tiempo y nadie... ni siquiera Paul sabe que existes. Rafael niega con la cabeza, un poco decepcionado. -No entiendo por que mamá nos separó, y nos mintió durante tantos años, ¿qué razón tuvo para obligarnos a estar separados el uno
Paul le advierte con severidad a Haley, que se queda sin palabras por un momento. Aprovechando ese instante de distracción, el cachorro se suelta del abrazo de Amelia y corre por toda la casa, explorando cada rincón con curiosidad. Amelia lo sigue con una sonrisa, feliz de que su perrito se divierta.-Papi, ¿cómo se llama mi perrito?-le pregunta Amelia a Paul, que la mira con cariño. Pero ella le está haciendo una adivinanza, para saber si descubre el nombre de su cachorro. -No lo sé, nena. ¿Tú cómo quieres llamarlo?-le devuelve la pregunta.-Ya tiene nombre papi, tienes que adivinarlo-propone Amelia con ilusión.-¿Rufus?- dice Paul, dándole un beso en la frente y se ríe ante la mirada asqueada de Alessia-. Lo siento, cariño. Hmmmm, ¿Max? -¡Yay! Adivinaste papi,, ven aquí Max, te quiero presentar a mi papi-le llama Amelia al cachorro, que está mordisqueando una planta en el jardín.Max deja la planta y corre hacia Amelia, saltando sobre ella y lamiéndole la cara. Amelia ríe a carcaj
Paul llora desconsoladamente en el suelo, pensando que ha perdido a Amelia y a Max para siempre. Pero entonces escucha una voz familiar que le llama.-Papi, papi, ¿dónde estás?-dice la voz de Amelia, que se acerca corriendo.Paul levanta la cabeza y ve a Amelia y a Max que vienen hacia él. Amelia tiene la cara sucia y el pelo revuelto. Max tiene el pelo mojado y el hocico manchado. Los dos están sonriendo y Max moviendo la cola frenéticamente. -Amelia, Max...-susurra ilusionado-¿Eres tú?-dice Paul, incrédulo.-Sí, papi, somos nosotros-dice Amelia, llegando hasta él y abrazándolo con fuerza.-Pero ¿dónde estaban? ¿Qué les ha pasado?-dice Paul con desesperación y devolviéndole el abrazo y acariciando a Max.-Estábamos jugando con la pelota con unos niños muy simpáticos-dice Amelia, explicándole con una enorme sonrisa. -¿Jugando con la pelota? ¿Con qué niños?-dice Paul, confundido. Todavía no ha logrado asimilar que su hija está bien. Se había asustado tanto...-Con esos niños-dice Ame
Amelia está muy emocionada. Dentro de una semana va a cumplir ocho años y será su primer cumpleaños con Paul.Amelia quiere que su cumpleaños sea muy especial y que Paul esté orgulloso de ella. Por eso le ha pedido que le haga una fiesta con todos sus amigos y familiares. Paul ha aceptado encantado y le ha prometido que le hará la mejor fiesta del mundo.Paul quiere que Amelia sea feliz y que se sienta querida. Por eso ha contratado a una empresa de eventos para que se encargue de todo: la decoración, la comida, la música, los juegos, los regalos… Paul no ha escatimado en gastos y ha pedido lo mejor de lo mejor.Paul también quiere que Haley participe en la fiesta y que se lleve bien con Amelia. Por eso le ha pedido que le ayude con los preparativos y que le dé algunas ideas. Paul sabe que Haley no es muy fan de Amelia ni de Max, el cachorro golden retriever de Amelia y que se lo quedó como regalo de cumpleaños. Pero espera que con el tiempo se acostumbre a ellos y los acepte como par
Amelia y Haley esperan con ansiedad el día de la fiesta, pero por motivos diferentes. Amelia espera con ilusión el día de su cumpleaños, para celebrarlo con Paul, Max y sus amigos. Haley espera con temor el día de la fiesta, para sabotearlo y arruinarlo.Haley tiene un plan malvado para estropear la fiesta de Amelia. Ha contactado con un hombre que se dedica a capturar y vender animales. Le ha pagado una buena suma de dinero para que se lleve a Max. Haley quiere deshacerse de Max porque lo odia y porque sabe que es el mejor amigo de Amelia, no quiere verla feliz por ningún motivo, ¿y qué mejor que llevarse a su pequeño amiguito? Sabía que quizás podría meterse en graves problemas por eso, sin embargo, ¡es una mujer atroz! No le interesa para nada hacerlo y que la descubran en el acto. Aunque es muy astuta... y hará todo lo posible para que nadie la descubra.El día de la fiesta llega y todo está listo. La empresa de eventos ha decorado la mansión con globos, carteles y guirnaldas de a