-Mami, quiero subirme de nuevo a la montaña rusa, ¡por favor!-Alex comienza a suplicarle a Alessia com emoción. Le gustó tanto la montaña rusa que incluso quiere repetir. A Alessia no le gustó para nada ese horrible juego, al inicio cuando estaba muy suave si le gustó pero después solo se pasó gritando asustada y llorando del terror porque quería bajarse lo antes posible. -No, Alex. Fue suficiente, ya es tarde y seguramente Jacob quiere ir a su casa a descansar-dice Alessia mirando a Jacob con los ojos desorbitados para que capte la indirecta, sin embargo, Jacob es pésimo en eso así que solamente sonrió abiertamente, extendió los brazos a ambos lados de su cuerpo y dio un aplauso emocionado. -¡MONTAÑA RUSA!-gritó entusiasta y Alex gritó junto a él, luego salieron corriendo juntos y Alessia se quedó en la entrada del parque observando como esos dos parecían unos lunáticos corriendo para pagar más entradas a otros juegos además de la montaña rusa. Por un breve momento sonrió de nuevo
Ya había transcurrido media hora desde que Alessia se había encontrado con Paul. Tenía en mente que se encontraría más seguido con Paul y Haley pero en realidad fue todo lo contrario y eso le hacía sentir mucho alivio a pesar de todo, porque realmente no quería toparse de nuevo con ellos, le aterra que Alex los vea juntos. Sabe que algún día lo verá, y verá a su padre con otra mujer, y todas sus ilusiones se romperán, pero no quiere que eso suceda tan pronto. No siente que Alex este listo para ello, quizás no todavía... solamente quiere que disfrute de su infancia y sea un niño feliz. Ya Amelia ha pasado por demasiadas cosas al mismo tiempo, no quiere que también su otro hijo sufra. Quiere hacer un buen trabajo como madre esta vez. -Mami, ya me cansé de los demás juegos, quiero ir a la montaña rusa, por favor-le ruega Alex tirando de una de las tiras de su abrigo y pone carita de cachorro abandonado. Jacob ríe por su manipulación y niega con la cabeza. -Campeón, vamos-le llama Ja
-¡La has estado mirando todo el rato desde que la vimos fuera!-vuelve a gritar y está vez Alessia observa la escena con el rostro perplejo. -Haley, vamos. No es el momento-murmura Paul rascándose la nuca y toma de la mano a Amelia y Hannah para llevarlas a otro lado pero Haley continúa su griterío sin fin. Jacob que está al lado de Alessia, también se da cuenta de la situación y la mira por un instante para ver su reacción, pero ella solo tiene la misma reacción de todos, incomodidad y asombro. Alex está de espaldas a Alessia jugando con un niño que estaba delante de ellos en la montaña rusa, así que por ese lado no debía preocuparse por su hijo. -¡Eres un sucio animal! ¡Te odio! Las personas en el lugar comenzaban a acercarse llenos de curiosidad por la situación, algunos incluso graban con sus celulares, mientras que Paul intenta calmar a Haley pero ella está más histerica que nunca batiendo los brazos en el aire para dar a entender su punto. Un muy exagerado punto... -¡Pues
-¡No puedo creer la escena que me hiciste en el parque, Haley! Echaste a perder todo un día maravilloso con tus escenas de locura. Apenas Paul y Haley pusieron un pie en la mansión, se desató una pelea casi interminable. Haley estaba decidida a tener la razón a como de lugar. Y si Paul no estaba dispuesto a darle la razón, ella haría cualquier cosa para obtenerla. Amenazarlo, manipularlo, ofenderlo, ¡no importa que sea, pero lo hará! -Ay, por favor. No te hagas el santurron, Romeo-alude Haley en tono burlón e ironia-. ¿CREÍSTE QUE NO ME HABÍA DADO CUENTA DE COMO LA MIRABAS?-¡Yo no la estaba mirando!-exclama Paul por centésima vez en tono frustrado y malhumorado. Se talla el rostro con las manos y tira de su cabello con desesperación. -Claro, ¿y yo soy una estúpida? Claro que no, te conozco bien, y sé cuando estás mirando a una mujer. ¡Otra mujer que no soy yo! -¡¡YA BASTA!!-grita Paul exasperado y sobrepasado por la situación, está harto de todo, solo quiere tener paz, pero parec
1 mes después...-¿Estás listo para tu primer día de escuela?Alex le sonríe a su madre con alegría y asiente efusivamente, dando pequeños saltitos desde su sitio para enfatizar su emoción. Hoy es un día muy importante y emocionante para uno de sus hijos. Después de mucho tiempo... ¡Alex tendrá su primer día de escuela! Aunque Alessia está asustada por como sería el día de su hijo, también se siente tranquila en el fondo al darse cuenta de que está haciendo lo correcto. Sus hijos deben crecer, sin embargo, Amelia no está con Alex. Paul la inscribió en un colegio de alta sociedad por obvias razones. Pero le alegra que ambos estén yendo a la escuela, aunque estén separados. De todos modos, es normal que estén separados en la escuela, algún día quizás querrán ir a la universidad pero no a las mismas y por supuesto no pueden depender siempre el uno del otro. Alessia intenta por todos los medios hacer de sus hijos personas independientes, capaces de hacer las cosas por sí mismos y creo
Amelia comienza a tartamudear sin saber muy bien qué decir. Ni siquiera se había dado cuenta de lo que había dicho, al fin y al cabo, sigue siendo una niña. No puede recordar a cada momento todas las mentiras que le dijo a su padre. Así que hace lo único que se le ocurre. Contar un chiste. -Toc, toc-dice entre risitas nerviosas. -¿Quién es?-Paul le sigue el juego sin olvidar lo que ella había dicho antes y está dispuesto a preguntarle otra vez-. Cariño, ¿por qué dijiste eso hace un momento? ¿Tienes algún otro hermano acaso? Amelia niega con rapidez y traga grueso, cosa que Paul nota así que sospecha que está mintiendo. -Es malo mentir, nena, ¿lo recuerdas?-le pregunta Paul suavemente y acaricia su cabello. Amelia quiere soltar todo, quiere contarle la verdad a su padre, ya no quiere tener que ocultar la realidad, ¡quiere gritarle en el rostro que la niña es su madre también y que tiene otro hermanito llamado Alex! Pero un día le hizo a Alex una promesa... no contaría nada de la
Amelia y Sofía se fueron a clase, siguiendo el horario del colegio. Amelia tenía matemáticas y Sofía tenía inglés. Se despidieron con un abrazo y se prometieron verse en el recreo. Amelia entró al aula de matemáticas y se sentó en su pupitre. Miró al profesor, que estaba escribiendo en la pizarra. Era el señor García, un hombre joven y simpático, que le agradaba mucho a Amelia. Era su profesor favorito y el único que la hacía sentir cómoda y segura. El señor García se giró y saludó a los alumnos con una sonrisa. Les dijo que hoy iban a repasar las fracciones y les pidió que sacaran sus libros y sus cuadernos. Amelia sacó sus materiales y los puso sobre la mesa. Abrió su libro y buscó la página que el señor García había indicado. Intentó concentrarse en la lección y olvidarse de todo lo demás. Pero no pudo. No pudo olvidarse de lo que le había pasado esa mañana. No pudo olvidarse de lo que le había dicho su padre. No pudo olvidarse de lo que le había hecho Daniel. No pudo olvidars
-¿Le diste el regalo a Amelia? El señor García, cuyo primer nombre es Rafael, asiente con la cabeza sonriente y satisfecho por haber hecho tan feliz a una niña. Nunca se había sentido tan bien como ese día. -¿Y le gustó? -¡Le encantó! Ojalá la hubieras visto... -En la mansión la veré, muchas gracias, Rafael... Rafael sonríe abiertamente y le da un abrazo a Alessia lleno de cariño. Luego se separan y él suelta un suspiro. -Es la sobrina más bonita del mundo, ojalá pudiera decirle que soy su tío y no solamente su maestro-susurra sonriendo un poco triste-. ¿Cuándo les dirás la verdad? Alessia traga grueso y rechina los dientes de los nervios. -No están listos todavía, nunca les dije que tenía a un hermano. Recuerda que mantuvimos el secreto por mucho tiempo y nadie... ni siquiera Paul sabe que existes. Rafael niega con la cabeza, un poco decepcionado. -No entiendo por que mamá nos separó, y nos mintió durante tantos años, ¿qué razón tuvo para obligarnos a estar separados el uno