Cuenca- Ecuador.
Paloma observaba en su computador el montón de letras de un ensayo que debía presentar al día siguiente sobre Metodología de Investigación. Trataba de concentrarse, pero le era imposible, muchas cosas aquejaban su mente: el regreso de Iván, las amenazas de las que era víctima, la gran cantidad de tareas que debía presentar, y sus niños enfermos.
Suspiró al darse cuenta de que las mujeres tenían la capacidad de hacer varias cosas a la vez, como ser madres, esposas, profesionales, estudiantes, y muchas veces no se era valorada sino más bien humillada, ultrajada, denigrada. Observó su rostro en un espejo que tenía colgado a un lado de la pared del comedor en donde realizaba sus tareas, al ver su reflejo sonrió orgullosa de sí misma y de todo lo que había logra
El mesero los invitó a pasar a la mesa que tenían asignada para ellos. Desde los amplios ventanales se seguía observando el lago, un delicioso Frozen de frutos rojos, mentas y Chandon Délice fue servido por el mesero, el trago ameritaba ser degustado al instante. «Perdóname by Luis Miguel» acompañaba la velada. Olivia no se contuvo por más tiempo y encaró a Iván. —¿Estás bien? —averiguó fijando sus hermosos ojos ámbares en él. Él se llevó la mano al cabello, observó a Olivia, ella significaba tanto en su vida que le daba miedo hacerle daño, entonces la tomó de la mano. — Estoy algo confundido —comentó bebiendo de su copa. —¿Por lo que pasó entre nosotros? —inquirió balbuceando Olivia, tratando de contener las lágrimas, debía mostrar fortaleza, y no que era una débil que se rendía ante la primera dificultad, siempre supo que enamo
Los primeros rayos del sol empezaban a colarse por las rendijas de las ventanas de la alcoba de la cabaña. El trinar de las aves se escuchaba en el bosque, mientras Olivia, reposaba en los brazos de Iván, él abrió con lentitud sus ojos. Recordó que tenía cita con el terapista que el padre Alejandro, recomendó, ahora más que nunca necesitaba desahogarse con alguien que pudiera escucharlo y entenderlo.Con un beso despertó a Olivia, quién se cubrió con las sábanas para seguir durmiendo.—Tenemos cita con el terapista, recuerda que quedó en visitarnos hoy.—Un ratito más —pidió Olivia.—Eso te pasa por dormir tarde.Olivia descubrió su rostro, tomó una de las almohadas y se la lanzó a Iván.—¡Por
«Yo fui el segundo en tu vida by Miguel Gallardo» se escuchó en las bocinas, armonizando con la decoración del lugar.«A él le faltó la ternura. Y fue torpe con tu amor. Por el deseo de saciarse. Jamás de ti, se acordó. Yo te borré esa tristeza. Que al marcharse te dejó. Y te hice una paloma. Que por mi cuerpo voló»Paloma observó a Diego, con aquel brillo especial que aparecía en sus ojos desde que empezó a enamorarse de él, su corazón se hinchó de felicidad al tener a su lado a un hombre maduro, inteligente, sincero, noble, apasionado y tierno a la vez. Diego Serrano, era todo lo que había soñado encontrar en una pareja.El médico trataba de descifrar lo que la mirada de su chica quería decir, entonces sus castaños ojos se perdieron en los
Iván inhaló y exhaló varias veces, fijó su mirada en la espalda de Olivia, comprendió que su reclamo estaba por demás y que si quería recuperar a sus hijos esa no era la actitud. —Lo siento Paloma, tienes razón, no soy nadie en tu vida para hacer reclamos. —Se disculpó— solo me gustaría saludar a mis niños y entregarles unos obsequios que les traje de Argentina. —No te los puedes llevar del departamento, los verás en la presencia de Sonia —informó. —¿Está claro? —preguntó. —Por supuesto ¿A qué hora puedo ir a visitarlos? —Ya te confirmo. —Paloma, colgó la llamada. Iván se pasó la mano por el rostro dejó el móvil en su cama, salió a la terraza por Olivia. —¿Todo bien? —averiguó ella sin mirarlo. —¿Escuchaste la conversación? —preguntó Iván, con temor. —Lo suficiente para darme cuenta de que te pusiste c
Iván palideció al enterarse de la noticia, su corazón empezó a latir con fuerza, sus manos temblorosas sostenían a Sonia. Olivia entristeció, su mirada fue a dar directo a los pequeños, quienes al ver a la señora Serrano llorando, y a pesar de que no entendían nada tenían sus labios inferiores hacia abajo y sus ojos llenos de lágrimas. Olivia se dirigió hasta los niños, quienes estallaron en llanto, la mujer los abrazó a ambos para brindarles consuelo.—Debo ir al hospital —dijo Sonia alterada—, y justo en este momento mi marido se encuentra fuera del país —susurró.—¿En qué clínica están? —averiguó Iván, con la voz temblorosa en su interior rogaba porque Paloma, estuviera bien.Sonia observó a los niños abrazados a Oliv
Cuando se disponía a cerrar sus ojos y no pensar en nada, el sonido de su móvil vibrando en la mesa de centro la asustó, al tomarlo en sus manos observó que era Iván.—¿Pasó algo? —averiguó Olivia, con los dedos temblorosos y el corazón sonando con fuerza en su interior.—No hay ninguna novedad, solo te llamaba para saber si estás bien.Olivia sonrió, su mirada se iluminó y su corazón daba saltos de alegría.—Estaba a punto de dormir ¿Cómo estás?—Algo cansado, pero me da pesar dejar a la señora Sonia, sola, también me preocupa el estado de salud de Paloma, se encuentra estable no se sabe si de pronto se pueda presentar algún contratiempo.—Lo sé y me parece bien que no dejes a la señor
Horas más tarde.Sonia apareció en la habitación de Paloma, apenas sus miradas se cruzaron las lágrimas empezaron a brotar de los ojos de ambas.—Mi niña —sollozó Sonia, acercándose a Paloma—. Me da tanto gusto verte con vida —aseveró tomando la mano de la joven.—¡Fue horrible! —exclamó en sollozos la chica. —¿Cómo está Diego?Sonia respiró profundo, no podía ocultarle por más tiempo el estado de salud de su hijo.—Sufrió un trauma craneoencefálico... está en coma, en la unidad de cuidados intensivos.Paloma ladeó su cabeza, sintió una punzada en su pecho.— ¡No! ¡Mi Diego! —Estalló en llant
—Yo te amaba —expresó él. Paloma enarcó una de sus cejas, ella se dio cuenta de que Iván estaba confundido con respecto a sus sentimientos, pero solo él tenía la responsabilidad de aclararlos, sin embargo, ella debía dejar las cosas claras—. Fuiste la luz de mi vida —prosiguió él—, te busqué día y noche, no me va a alcanzar la existencia para compensarte por todo el daño que te causé. —Sollozó Iván, mientras agachaba la cabeza. —No necesito que me compenses —rebatió la joven—. Lejos de ti, aprendí a ser feliz, a amarme a mí misma —respondió con seguridad—. Cuando te dejé me sentí devastada, y la única ilusión que me mantenía con vida, eran mis pequeños —confesó—, pero con el pasar del tiempo, cada mañana me despertaba con la sola idea de ver la sonrisa de Diego, esa me alegraba mis días sombríos, entonces ese hombre que estaba igual de roto que yo, me devolvió las fuerzas, me aceptó como soy, ama a mis hijos —explicó mientras la voz se le fragmentaba—. Al lado