Una mano le cubrió la boca y Gabrielle abrió los ojos de golpe,aún no podía ver a quien lo tomó por sorpresa,todo estaba oscuro y su atacante aún no hacia el primer movimiento con el que le permitiera saber lo que pasaría a continuación.-¡Shhh! No hagas ruido. Foran le lanzó una mirada precavida hacia donde Horas estaba durmiendo. Un suave ronquido del gigante les aseguró que no se había despertado. Con un gesto de su mano el muchacho le indicó a Gabrielle que lo siguiera en silencio. Éste se apoyó en los codos y salió fuera de la cama con mucho cuidado. La puerta estaba entre abierta y por lo que pudo notar no había nadie más.-¿Qué sucede?.(...)Era un castigo tanto para él como para sus seguidores el ser merodeadores de la noche,huyendo de la luz y el orden,viviendo entre sombras y caos,sin ser capaces de dar un paso atrás,sin poder huir del odio que corría por sus venas y aún así desear con desesperación ser libres y sentir el sol abrazar su piel de nuevo.Como él, muchos seguía
—Debiste esperar a que tu herida cicatrizara,mírate ahora,eso probablemente esté infectado.La herida tenía orillas rojizas y un desagradable aspecto,que para él, indicaba perfectamente la idiotez de Amerís.El muchacho hubiera deseado ser mas prudente,pero no era algo con lo que había nacido,sin embargo debía admitir que Parminius tenía razón esta vez.—¡Aarrggh!. Espera comandante,vas a arrancarme la piel.Pero aunque siguiera con las quejas no pensaba escucharle,solo una cosa le había pedido "Ser prudente" y cuidarse,algo tan sencillo como eso y aún así no lo había hecho.—Deja de quejarte,Esto es lo que querías,¿O no?,porque de lo contrario me habrías hecho caso. Y Amerís quiso alegar, pero era mejor quedarse callado y morderse la lengua antes de hacer enfurecer mas al comandante.—S...señor.Habló apretando los dientes y conteniendo el dolor que Parminius le causó al despegar completamente el vendaje que rodeaba la herida. El matasanos pudo haberse encargado de atenderle,pero eso
A Foran,los hombros le cayeron al ver la escena. No sabía quien era el hombre sobre el tejado que estaba siendo acechado por el comandante, pero agradecía no ser él. Cualquiera diría que se veían casi iguales,con la misma vestimenta pero sin serlo. Entonces lo miró escupir y el golpe que recibió como castigo. ¿Quién diablos era? A él le tocaba el rondín,sería él quien informara sobre el cargamento y poco entendía lo que estaba sucediendo. Entonces todo fue claro y su cuerpo se estremeció al ver el rostro de Julianna. ¡No,dios no! ¿Qué pasaba por la cabeza de esa loca mujer? ¿acaso quería morir?. Horas no estaría muy feliz de saberlo,y para ser honesto odiaba ser el mensajero de tan pésimas noticias. La vio hacer una pauta de insensata de obstinación cuando el comandante la tomó con fuerza del brazo y la arrastró tras de él. ¡Joder! La cosa iba a ponerse realmente fea.(...)Solan oyó el sonido de muchos pasos acercándose a su habitación y cogió la espada bajo las mantas. La tomó fuer
Ella abrió los ojos con dificultad,jamas había sentido tanto dolor en el cuerpo,y el escozor era aún peor,pero al abrirlos completamente se dio cuenta que ya no estaba en la celda donde le habían destrozado hasta la voluntad. Ahora estaba en una habitación pequeña y austera.-No es muy grande,pero supongo que es todo lo que hay.Ella no lo escuchó entrar,lo que le hizo pensar que llevaba tiempo ahí, observándola.-¿Dónde estoy?. Preguntó, y aunque la sensación era mil veces mejor que estar en la celda,se daba cuenta perfectamente que seguía siendo una prisionera.El se encogió de hombros y le respondió.-En mi habitación. Ella no se miraba tan sorprendida como Parminius esperaba que lo estuviera,en realidad se veía mas molesta que sorprendida. La había llevado consigo a pesar de saber lo que ella era,del riesgo que estaba corriendo y de que el mismo Phillippe pediría su cabeza,pero no le importó en lo absoluto al verla casi inconsciente y desangrándose, el problema surgió al verla abr
La noche estaba tornándose peligrosamente larga. Había dejado que Adasius tomara otro camino y él había insistido en irse tras el muelle,cerca del cuartel donde creyeron podían tener a Julianna. Sin embargo, sabía que era una excusa absurda,el mismo Adasius le había escupido en la cara un "Haz lo quieras" y se había largado dejándolo solo. ¿Por qué empezaba a comportarse de esa forma?. Los celos le estaban nublando la cabeza, de continuar de esa forma todos se darían cuenta lo estúpidamente enamorado que estaba de Solan. Con esa ridícula idea rondando por su mente se echó a correr. Atrás había dejado a un grupo de soldados que le seguían los talones,mas era difícil que lograran sacarle ventaja,después de Jeremiah,él era el más veloz. ¿Ganaba algo acaso con darse prisa en encontrarlos?. No,puesto que Solan no se miraba muy interesado ahora en deshacerse del maldito ése. Recordar como lo retó a dejarlo le hacía hervir la sangre,debía olvidarlo porque sólo conseguía enfurecerse y perder
El hombre tomó una bocanada de aire para luego soltarlo de golpe,giró la cabeza hacia ambos lados,pero sólo alcanzó a escuchar los bullicios de París. ¿Dónde estaba? ¿Qué diablos habían hecho con ella?. La desesperación empezaba a agolparse en su cuerpo y la angustia se clavó en su pecho como espina. No quería creer que fuera a perderla de esa forma,no quería imaginarlo,no deseaba pensar en ello,pero qué diablos,si sencillamente era imposible dejar de hacerlo. No había pista de ella,no se sabía nada y por el dios del cielo que iba a cortar cabezas si no la encontraba pronto. Su hermana siempre había sido una testaruda y había puesto su vida en riesgo mas de una vez,pero ¡joder! Que ésta si había sido innecesaria. Clavó las uñas en las palmas y apretó los dientes contenido mas maldiciones por no poder encontrarla,cuando escuchó un murmullo, se detuvo por un momento creyendo que serían de nuevo esos malditos que le había impedido seguir buscado. Pero escuchó una voz y un quejido de mujer
Para ser alguien a quien le estaba faltando el aliento ese soldado se aferraba muy bien a su pecho,ni siquiera podía quitárselo de encima y sacar su espada.Cuando las manos del soldado volvieron a apretar su camisa,supo que era el momento de parar aquello. Apretó aquellas manos con fuerza y las arrancó de sus ropas.—Basta—murmuró,pero el agarre del soldado se volvió mas fuerte y seguía murmurando palabras que ahora no tenían sentido—¡Basta he dicho! —. Esta vez pegó un grito, pero pudo darse cuenta rápidamente de que su estado estaba empeorando. ¡Rayos! No era su intención cargar con un muerto aquella noche,mucho menos con un tipo que le gustaba besar hombres.Ese pensamiento lo hizo sobresaltarse. La idea no le disgustaba tanto,sino el saber que era confundido con alguien mas,¿siempre sería así?. Odió la idea de ser alguien cobarde que no permitía que otros supieran lo que había en su interior,de esa forma lograrían darse cuenta que ahí muy dentro había un ser,alguien que quería ser
—¡Gabrielle!—. Foran le sorprendió al abrazarlo con fuerza y sonreírle al oído—Eres el hombre,pequeño. Tu plan ha salido a la perfección. Le estrujó los hombros y le sonrió directamente al rostro. Había sido perfecto...No esperaba que fueran a escucharlo,de hecho,esperaba mas bien que Horas le abofeteara el rostro y le mandara matar después,pero no había sucedido y ahora Gabrielle se sentía un poco mas tranquilo de saber que todo salió de acuerdo al plan.También sonrió con timidez hacia el único que le había mostrado una sonrisa sincera desde que llegó con el fantôme. Muy por el contrario,todos en el comedor se le había quedado mirando y Gabrielle pudo escuchar algunos susurros de lo que pretendió ser una charla discreta que falló por completo.—Ah,eso. Me alegro de poder haber sido ayuda un poco.Giró levemente la cabeza,justo en el momento en que Solan atravesaba el comedor y le miraba de una forma en que cualquiera creería que había mas con confianza entre ellos de lo que realmen