-Se...señor ¿A dónde vamos?.-Horas.-¿Co..cómo?.-Horas,ese es mi nombre,o si prefieres puedes llamarme amo,pajarito.Gabrielle se quedó paralizado un momento en medio del callejón. Era de madrugada aun y hacia muy poco que se había despedido de Foran. El muchacho no era tan malo después de todo y parecía quererse llevar bien con él.-¿Se...señor?. Gabrielle no dejaba los balbuceos aun frente a el gigante. Una parte suya quería tomar enserio las palabras de Horas, pero la parte mas racional de su cerebro le ordenaba seguir con la misma actitud precavida.-Díme,pajarito.-Usted me confunde,señor.Por fin Gabrielle se animaba a expresar en voz alta alguna de sus ideas. El temor hacía que su lengua se paralizaba la mayor parte del tiempo.-¿Ah sí? ¿Y eso porqué?.Preguntó Horas intrigado luego de lanzarle una mirada escrutadora al muchacho. También Gabrielle pensó que Horas había evadido con gran habilidad el decirle a dónde se dirigían. Porque el "rondín" como había dicho Adasius, el p
Desde hacía un tiempo permanecía encerrado en su habitación y se negaba a responder a todo aquel que se había atrevido a llamarlo. No necesitaba la compañía de nadie, mucho menos sus miradas piadosas. Quería desaparecer, deseaba cerrar los ojos y no volver a abrirlos, deseaba no sentir toda esa rabia que hasta ahora era lo único que lo mantenía vivo, solo desaparecer. El incesante golpeteo en la puerta lo trajo de nuevo a la realidad...No podía huir. La cabeza le daba vueltas,se levantó algo mareado e iba a arrancarle la piel a quien se atrevía a llamar de esa forma, pero el único que lo hacia era Horas. Avanzó unos pasos y de nuevo el golpeteo fuerte se escuchó, Solan apretó los dientes molesto y murmuró una maldicion. Al abrir la puerta se sorprendió de su error,no era Horas quién había llamado,era Malaquias, y por su rostro y dureza no estaba de buen humor. —¿Puedo pasar?.Solan se encogió de hombros y se hizo a un lado, dejando que Malaquias entrara una vez más en
-¿Estás despierto?. No respondió, permaneció muy quieto,con la mejilla pegada al colchón y los ojos fuertemente apretados. Moncada se acercó y le dio un puntapie en el estomago-Despierta alimaña,tienes mucho trabajo por hacer. El muchacho sollozó y se sorbio la nariz con su brazo mugriento.-Señor,otra vez no,por favor. Pero de nada le valía suplicar, Moncada tenía una enorme deuda de juego,¿y para qué tenía al chaval ese,si no? El hombre bufo mal humorado y lo tomó del brazo con fuerza y arrastro al muchacho fuera de la celda.-¡No señor! ¡se lo suplico, otra vez no!-gritó el muchacho. Tenía tiempo sin decir una palabra, ya no se quejaba,ya no lloraba,ya no comía,pero esa noche el cuerpo le dolía a morir,la noche anterior Moncada le había vendido a unos soldados,y ellos,en su afán de verlo sufrir le habían golpeado hasta saciarse y le habían violado tantas veces como habían querido.-¿A dónde llevas al chaval?. Escuchó Moncada que le hablaba uno de los presos de Phillippe. Era muy al
Una mano le cubrió la boca y Gabrielle abrió los ojos de golpe,aún no podía ver a quien lo tomó por sorpresa,todo estaba oscuro y su atacante aún no hacia el primer movimiento con el que le permitiera saber lo que pasaría a continuación.-¡Shhh! No hagas ruido. Foran le lanzó una mirada precavida hacia donde Horas estaba durmiendo. Un suave ronquido del gigante les aseguró que no se había despertado. Con un gesto de su mano el muchacho le indicó a Gabrielle que lo siguiera en silencio. Éste se apoyó en los codos y salió fuera de la cama con mucho cuidado. La puerta estaba entre abierta y por lo que pudo notar no había nadie más.-¿Qué sucede?.(...)Era un castigo tanto para él como para sus seguidores el ser merodeadores de la noche,huyendo de la luz y el orden,viviendo entre sombras y caos,sin ser capaces de dar un paso atrás,sin poder huir del odio que corría por sus venas y aún así desear con desesperación ser libres y sentir el sol abrazar su piel de nuevo.Como él, muchos seguía
—Debiste esperar a que tu herida cicatrizara,mírate ahora,eso probablemente esté infectado.La herida tenía orillas rojizas y un desagradable aspecto,que para él, indicaba perfectamente la idiotez de Amerís.El muchacho hubiera deseado ser mas prudente,pero no era algo con lo que había nacido,sin embargo debía admitir que Parminius tenía razón esta vez.—¡Aarrggh!. Espera comandante,vas a arrancarme la piel.Pero aunque siguiera con las quejas no pensaba escucharle,solo una cosa le había pedido "Ser prudente" y cuidarse,algo tan sencillo como eso y aún así no lo había hecho.—Deja de quejarte,Esto es lo que querías,¿O no?,porque de lo contrario me habrías hecho caso. Y Amerís quiso alegar, pero era mejor quedarse callado y morderse la lengua antes de hacer enfurecer mas al comandante.—S...señor.Habló apretando los dientes y conteniendo el dolor que Parminius le causó al despegar completamente el vendaje que rodeaba la herida. El matasanos pudo haberse encargado de atenderle,pero eso
A Foran,los hombros le cayeron al ver la escena. No sabía quien era el hombre sobre el tejado que estaba siendo acechado por el comandante, pero agradecía no ser él. Cualquiera diría que se veían casi iguales,con la misma vestimenta pero sin serlo. Entonces lo miró escupir y el golpe que recibió como castigo. ¿Quién diablos era? A él le tocaba el rondín,sería él quien informara sobre el cargamento y poco entendía lo que estaba sucediendo. Entonces todo fue claro y su cuerpo se estremeció al ver el rostro de Julianna. ¡No,dios no! ¿Qué pasaba por la cabeza de esa loca mujer? ¿acaso quería morir?. Horas no estaría muy feliz de saberlo,y para ser honesto odiaba ser el mensajero de tan pésimas noticias. La vio hacer una pauta de insensata de obstinación cuando el comandante la tomó con fuerza del brazo y la arrastró tras de él. ¡Joder! La cosa iba a ponerse realmente fea.(...)Solan oyó el sonido de muchos pasos acercándose a su habitación y cogió la espada bajo las mantas. La tomó fuer
Ella abrió los ojos con dificultad,jamas había sentido tanto dolor en el cuerpo,y el escozor era aún peor,pero al abrirlos completamente se dio cuenta que ya no estaba en la celda donde le habían destrozado hasta la voluntad. Ahora estaba en una habitación pequeña y austera.-No es muy grande,pero supongo que es todo lo que hay.Ella no lo escuchó entrar,lo que le hizo pensar que llevaba tiempo ahí, observándola.-¿Dónde estoy?. Preguntó, y aunque la sensación era mil veces mejor que estar en la celda,se daba cuenta perfectamente que seguía siendo una prisionera.El se encogió de hombros y le respondió.-En mi habitación. Ella no se miraba tan sorprendida como Parminius esperaba que lo estuviera,en realidad se veía mas molesta que sorprendida. La había llevado consigo a pesar de saber lo que ella era,del riesgo que estaba corriendo y de que el mismo Phillippe pediría su cabeza,pero no le importó en lo absoluto al verla casi inconsciente y desangrándose, el problema surgió al verla abr
La noche estaba tornándose peligrosamente larga. Había dejado que Adasius tomara otro camino y él había insistido en irse tras el muelle,cerca del cuartel donde creyeron podían tener a Julianna. Sin embargo, sabía que era una excusa absurda,el mismo Adasius le había escupido en la cara un "Haz lo quieras" y se había largado dejándolo solo. ¿Por qué empezaba a comportarse de esa forma?. Los celos le estaban nublando la cabeza, de continuar de esa forma todos se darían cuenta lo estúpidamente enamorado que estaba de Solan. Con esa ridícula idea rondando por su mente se echó a correr. Atrás había dejado a un grupo de soldados que le seguían los talones,mas era difícil que lograran sacarle ventaja,después de Jeremiah,él era el más veloz. ¿Ganaba algo acaso con darse prisa en encontrarlos?. No,puesto que Solan no se miraba muy interesado ahora en deshacerse del maldito ése. Recordar como lo retó a dejarlo le hacía hervir la sangre,debía olvidarlo porque sólo conseguía enfurecerse y perder