Casi había anochecido, aquella misma noche, podía escuchar a Jaume despidiendo a los invitados, mantenía los ojos cerrados mientras mi cuerpo miraba el lago, por la parte trasera de la casa.
Había refrescado, podía sentir el frío sobre mí.
Él venía hacia mí, podía escuchar sus pasos, y eso me aterraba, que pudiese reprocharme el haber estado a punto de estropear el día de su hermana. Sinceramente, no quería que la única persona que me quedaba se alejase de mí también, ya me sentía demasiado sola en aquel momento.
Habían pasado dos días desde el regreso de David, y todo se había ido al cuerno con él. Era imposible mantener una conversación con él sin que acabáramos lanzándonos los trastos a la cabeza.Necesitaba dejar de sentir eso, necesitaba volver al lago, al único lugar donde todo parecía solucionarse, al único lugar que me traía paz en aquel momento.Apenas eran las seis de la mañana, cuando salí a caminar, sabía que no podía ir hacia el lago en coche, pues no tenía uno que manejar, así que tan sólo podía caminar.Casi una hora después llegaba hasta su casa, su coche estaba allí, así que él aún estaba allí.Estaba cortando leña, como de costumbre. Miró hacia mí al verme aparecer sola, y sudando, podía intuir que había venido caminand
Todo se había vuelto un caos en mi vida desde que él no estaba, pero aun así intentaba seguir adelante, pues no quería volver a hacerle daño, no después de haber sentido lo que había sentido al verle llorar por mi culpa.Las cosas con David no habían mejorado, discutíamos todo el tiempo, y apenas hablábamos sobre nosotros. Ya ni siquiera estaba segura de querer casarme con él.Había pasado una semana, y volvía a trabajar, centrándome en los preparativos de la boda de Carly, intentando alejarle de mis pensamientos.Llegué a casa casi media hora después de la hora en la que se suponía que debía llegar. Y David estaba en el salón, esperándome, junto a un enorme baúl de madera que parecía hecho a mano.Lo ha traído Jaume esta mañana – me informaba, al darse cuenta de q
Me encontraba en casa de Laia, junto a David, Josh y Jaume, pues mi novio había insistido en que mi amigo debía asistir, aunque por supuesto él no sabía que nosotros ya no podíamos ser eso nunca más.Jaume no dejaba de mirarme y yo no dejaba de ignorarle, no quería que nadie se diese cuenta de que él sentía algo por mí. Tenía miedo de que aquello le trajese problemas con su hermana o incluso con mi novio.Ayudé a Laia a recoger los platos de la cena, mientras él los fregaba, intenté no sentir nada cuando rozó mi mano con la suya al coger mi plato, incluso intenté no mirar hacia sus ojos cuando me habló…Ve sacando los platos del postre – me pedía, mientras Laia volvía al salón, a coger algunos platos más.Caminé hacia él y puse los platos que a
Tumbada sobre la cama, inmersa en mis pensamientos, sin haber podido pegar ojo en toda la noche, aún mantenía los ojos cerrados, intentando poner la mente en blanco para dormir. Pero era en vano, ya había amanecido hace bastante rato, y podía escuchar los maravillosos sonidos que me embriagaban de aquel lugar.Pero, aun así, quería seguir resistiéndome a salir de la cama un poco más, necesitaba saber qué era lo que quería en mi vida, deseaba decidir cuál sería mi elección final.Siempre había pensado que después de David no habría nadie más, que él sería el definitivo, que se convertiría en mi esposo y juntos formaríamos una familia, ese había sido siempre mi deseo, amanecer junto al hombre al que amaba durante el resto de mi vida. Pero algo había cambiado entre nosotros, parecía que David
Me encontraba en mi nuevo hogar, ya llevábamos viviendo allí tres años, tenía mi propio círculo de amigas, mujeres de mi misma edad que también habían tenido que venirse a vivir a aquellas agradables casitas a las afueras de la ciudad.Carly Johnson era una joven de unos 28 años (mi misma edad), tenía el cabello moreno, de tez media, ojos marrones, estatura mediana, pero era muy guapa. A mí me parecía una joven muy sensual. No parecía ser la típica chica en la que todos los hombres se fijan, pero tenía mucho encanto.Estaba prometida con Josh Samuel, que era todo un hombre de negocios, tenía una pequeña tienda de lencería y su mujer solía ser la modelo que usaba para decorar la tienda con las prendas que vendía. Había logrado que otras empresas del sector comprasen sus productos a precio de coste y que de esa forma se
Estaba realmente radiante enseñando mi anillo a mis amigas, mientras todas se quedaban con la boca abierta, excepto Carly, que parecía saberlo, no entendía como, pero ella decía que se veía venir.Hacéis una pareja preciosa – comenzaba Carly – estoy segura de que vais a ser muy felices como marido y mujer.¿cómo has podido cazar a un hombre tan sexy como él? – preguntaba Charlotte, la más ligona del grupo, que siempre le hacía ojitos a David, aunque yo no le prestaba demasiada atención a este hecho, porque él pasaba olímpicamente de ella y sólo tenía ojos para mí. O eso me aseguraba cada vez que se lo comentaba.No puedo quedarme mucho rato – les aclaré – tengo que ir a preparar la comida, mis suegros vienen a almorzar.¿hoy es el día en el que por fin vas a cono
Creo que deberíamos esperar a tus padres para anunciar nuestro compromiso – comenzaba mientras desayunábamos los dos solos, ya que sus padres habían salido a hacer un pequeño recorrido por los alrededores – además tenemos que elegir la fecha de la boda.¿qué día habías pensado? – Pregunté, para luego dar un sorbo a mi caféEl 5 de septiembre. – respondió, haciendo que lo mirase sin comprender, no entendía por qué había elegido aquella fecha.Aún queda casi un año. – me percaté, mientras él sonreía con calma.Lo sé, pero así tendremos tiempo para prepararlo todo bien, quiero que sea un día inolvidable. – aclaraba, bastante ilusionado con la boda, eso me encantaba.¿por qué ese día? – Pregunté,
Todo parecía haber vuelto a la normalidad, mis padres y los suyos ya se habían marchado, y ahora disfrutábamos de la compañía de nuestros vecinos, habíamos organizado una gran fiesta en la cena, para comunicarles a todos, la noticia, aunque por supuesto mis amigas ya lo sabían y supuse que ya habrían informado a sus maridos, pero había muchos otros, que no lo sabían.Estábamos pasando una gran noche, cuando Carly entró en la cocina, para ayudarme a recoger los platos…Me encantaron los diseños que elegiste – comenzó, refiriéndose a su boda, por supuesto – creo que después de la mía, te ayudaré a organizar la tuya.No digas tonterías, no quiero que te preocupes por eso ahora – le reñí, mientras metía los platos en el lavavajillas, y admiraba, por la ventana de la co