Capítulo veintiocho
Despierto al sentir el vivo alcohol hacer contacto con mi nariz y me pongo de pie rápidamente al sentir la quemazón en esta.
¡Quema!
Mis ojos rápidamente lo ven a él sentado al lado de las escaleras sujetando su brazo derecho, doy un paso en su dirección para intentar ver mejor sus heridas, pero me detengo al ver a la chica llegar a su lado de forma eufórica, —Elián, debes tener más cuidado, mira como estás —sus manos tocan desde su pecho hasta la finalización de sus hombros y esa calor característica de enfado que se cruza por mi espalda siempre aparece.
Él levanta su rostro y esos ojos azules me escanean de arriba a abajo viendo algún mal golpe que pueda tener, regresa su vista a mis ojos y trago grueso.
Necesito salir de aquí.
Capítulo veintinueve—¡ELIÁN SUELTAME! —me jamaqueo de un lado a otro y arañó sus brazos con fuerza tratando de tirarmele a la loca que solo me ve de forma sonriente —¡SUELTAME O TE JURO QUE TE RECHAZO JUSTO AHORA!Llevo mas de diez minutos tratando de soltarme de su agarre solo para quitarle todas las extensiones a la cara berenjena esa.El piso se mueve completamente y pataleo viendo lo ancha que es su espalda —Vamos a aclarar todo esto tú y yo solos —con la mano abierta le doy un sonoro golpe cerca de sus caderas.—Elián déjame en paz, bajame —chilló —¡Elián! —me returzo cual gusano y siento el fuerte impacto de su mano en mi trasero —¡ahhh! Dime que no lo hiciste —susurro achicando mis ojos —dime que no.&md
Capítulo treintaPov EliánSiento su nerviosismo en el aire y bajo una mano hasta su cintura para pegarla totalmente a mi cuerpo.Con que no eres inmune a mis encantos, eh.—Suel... Suéltame —tartamudea y muerdo mis labios sin poder evitar reír, tomo su barbilla con cuidado y delineó sus lindos labios rosados.—¿y si no quiero? —susurro viendo sus ojos más brillosos de lo normal, bajo a sus labios y concentró toda mi atención en ellos —justo ahora solo estamos tú y yo solos en esta —miro hacia arriba tratando es escuchar a alguien más en los pisos de arriba, pero no noto a nadie—gran mansión, —bajo a sus ojos —y tú desventaja es que estás en mi territorio y no en el tuyo.Traga grueso y sus labios
Capítulo treinta y unoPov JexiMe besó.Lo besé.Y lo peor del caso es que aún nos seguimos besando como si no hubiese un mañana.Sus labios suaves y al mismo tiempo calientes son como una droga que quieres seguir probando una y otra vez sin parar y aquí me encuentro metida en mi nuevo vicio.Sus manos se aventuran por mi espalda debajo de mi suéter y me separo ligeramente al sentir un cosquilleo pasar por mi columna, abro mis ojos lentamente y observo lo dilatados que están los suyos —¿alguna vez te he dicho lo hermosa que eres? —su voz ronca hace erizar mi piel y empiezan a salir a flote todas esas emociones de euforia que nunca creí tener en la vida real.¡AHHHHHH!Quiero gritar.Intento soltarme de su cuer
Capítulo treinta y dosEscucho sin ánimos a Quero quien me cuenta animadamente como fue que Yannick le pidió que fueran al baile juntos.—Entonces yo solté de la nada que no tendría pareja para la fiesta de graduación y uno de los chicos guapos de la empresa se ofreció a ir conmigo y Yannick solo me dio una rápida mirada —parpadea varias veces y suspira —en ese momento no dije nada, pero luego, cuando estábamos solos en el ascensor me arrincono contra una de las cuatro paredes y me dijo que yo tenía la obligación de ir con él —se tira en la cama y cubre su rostro con la almohada para ahogar uno de sus tantos gritos.Dejo caer mi cuerpo a su lado y ella se quita la almohada de la cara —Me alegra que hayas conseguido pareja de una forma cliché en libros —habló sin ánimos y pas&o
Capítulo treinta y tresSonrío mordiendo mis labios y niego, sigo el recorrido hasta la puerta y tocó el timbre indicándole a la única que está despierta viendo novelas en la televisión que acabo de llegar.Observo de reojo como él está parado en la acera esperando a que entre y dejo que mis pies vayan a donde quieren ir, agarro su sudadera con fuerza y dejo un corto beso en sus labios, lo suelto al escuchar la puerta abrirse y esos bonitos ojos me miran de forma divertida y coqueta.Con que me saliste picarona, eh, cara chancla.Retrocedo y entro corriendo a la casa como si eso fuera a cambiar lo que acabo de hacer, mi corazón late fuerte y escucho como la puerta se cierra automáticamente, me pongo una mano en la frente y mi madrastra me observa preocupada y a la vez sorprendida por lo que acaba de ver.
Capítulo treinta y cuatroLas luces detrás de nosotros se encienden y escucho la voz de mi papá llamarme aún sin salir de casa.Mierda, mierda, mierda!La puerta hace un sonido fuerte que lastima mis oídos y por la ventana puedo ver como Derly me hace señas para que me largue.El sonido se detiene y escucho las llaves abrir la cerradura, volteo asustada hacia Elián y este toma mi mano con rapidez, empezamos a correr con dirección a su auto y giro la cabeza mirando como mi madrastra agarra de los hombros a mi papá quien no para de gritarme que regrese a casa.No le tomo importancia a lo que diga y me concentro en la mano cálida y fuerte de él guiándome.Abre la puerta de copiloto para mí y escucho los gritos de ella desde casa —¡Vete! ¡Corre
¡Advertencia!Este capítulo entero contiene material +18.No me hago responsable por las mentes traumadas.Capítulo treinta y cinco—No calientes cosas que no te vas a comer —habla con un tono de voz demandante y sonrió mordiendo su pulgar, llevo las manos por debajo de su camiseta y toco su abdomen esculpido de arriba a abajo.¡Oh por la diosa!¿Qué estoy haciendo?»—Jex —advierte y bajo hasta tomar el tiro de su pantalón, de la nada soy alzada por los aires y enredo mis piernas a su cadera, llevo mis manos a su cabello y busco con desesperación mi droga natural.Cada beso que nos damos es demandante y cargado de deseo, Elián aprieta mis piernas suavemente y sube sus grandes manos por dentro de su abrigo hasta meterlas dentro de mi camisa, arqueo l
Capítulo treinta y seisDespierto gracias a unos murmuros provenientes de mi acompañante y me giro en el puesto dándole la espalda para seguir durmiendo.—Joven, usted sabe que lo que hicieron está penalizado, ya que está prohibido ingresar a los estacionamientos de un hotel privado sin siquiera pedir una reservación.—Dígame cuanto quiere y olvidamos este asunto —la voz de Elián se alza —por favor, no quiero tener problemas y tampoco usted.—Lastimosamente reglas son reglas y tiene que venir conmigo, así que le pido amablemente, caballero, que baje del vehículo junto a su acompañante y me acompañe a recepción —el tono de voz del señor suena fuerte y demandante.Me giro juntando mis cejas y pongo un brazo encima de mis ojos —¡CALL