Capítulo veintisiete
Voy saliendo mientras hablo animadamente con Neftali y Quero quienes parece que en el examen todo salió bien.
—Sentí que todo lo que puso estuvo fácil, ahora, hay que ver si las respuestas estuvieron bien en la semana que viene.
—Lo mismo digo —habla Neftali y acomoda mi mochila en su hombro —aunque creo que pasamos —se posiciona al frente de nosotras —¿y si lo vamos a celebrar al café? Yo invito.
—Eh, lo siento por lo que haré —Kayla aparece de la nada y sin previo aviso me toma de las manos y me hace correr con ella hasta su auto sin que pueda poner resistencia.
Junto mis cejas confundida—¿qué haces Kayla? ¿Me explicas? — me sube al coche y rápido se monta al puesto de piloto, lo enciende y sale como alma que lleva e
Capítulo veintiochoDespierto al sentir el vivo alcohol hacer contacto con mi nariz y me pongo de pie rápidamente al sentir la quemazón en esta.¡Quema!Mis ojos rápidamente lo ven a él sentado al lado de las escaleras sujetando su brazo derecho, doy un paso en su dirección para intentar ver mejor sus heridas, pero me detengo al ver a la chica llegar a su lado de forma eufórica, —Elián, debes tener más cuidado, mira como estás —sus manos tocan desde su pecho hasta la finalización de sus hombros y esa calor característica de enfado que se cruza por mi espalda siempre aparece.Él levanta su rostro y esos ojos azules me escanean de arriba a abajo viendo algún mal golpe que pueda tener, regresa su vista a mis ojos y trago grueso.Necesito salir de aquí.
Capítulo veintinueve—¡ELIÁN SUELTAME! —me jamaqueo de un lado a otro y arañó sus brazos con fuerza tratando de tirarmele a la loca que solo me ve de forma sonriente —¡SUELTAME O TE JURO QUE TE RECHAZO JUSTO AHORA!Llevo mas de diez minutos tratando de soltarme de su agarre solo para quitarle todas las extensiones a la cara berenjena esa.El piso se mueve completamente y pataleo viendo lo ancha que es su espalda —Vamos a aclarar todo esto tú y yo solos —con la mano abierta le doy un sonoro golpe cerca de sus caderas.—Elián déjame en paz, bajame —chilló —¡Elián! —me returzo cual gusano y siento el fuerte impacto de su mano en mi trasero —¡ahhh! Dime que no lo hiciste —susurro achicando mis ojos —dime que no.&md
Capítulo treintaPov EliánSiento su nerviosismo en el aire y bajo una mano hasta su cintura para pegarla totalmente a mi cuerpo.Con que no eres inmune a mis encantos, eh.—Suel... Suéltame —tartamudea y muerdo mis labios sin poder evitar reír, tomo su barbilla con cuidado y delineó sus lindos labios rosados.—¿y si no quiero? —susurro viendo sus ojos más brillosos de lo normal, bajo a sus labios y concentró toda mi atención en ellos —justo ahora solo estamos tú y yo solos en esta —miro hacia arriba tratando es escuchar a alguien más en los pisos de arriba, pero no noto a nadie—gran mansión, —bajo a sus ojos —y tú desventaja es que estás en mi territorio y no en el tuyo.Traga grueso y sus labios
Capítulo treinta y unoPov JexiMe besó.Lo besé.Y lo peor del caso es que aún nos seguimos besando como si no hubiese un mañana.Sus labios suaves y al mismo tiempo calientes son como una droga que quieres seguir probando una y otra vez sin parar y aquí me encuentro metida en mi nuevo vicio.Sus manos se aventuran por mi espalda debajo de mi suéter y me separo ligeramente al sentir un cosquilleo pasar por mi columna, abro mis ojos lentamente y observo lo dilatados que están los suyos —¿alguna vez te he dicho lo hermosa que eres? —su voz ronca hace erizar mi piel y empiezan a salir a flote todas esas emociones de euforia que nunca creí tener en la vida real.¡AHHHHHH!Quiero gritar.Intento soltarme de su cuer
Capítulo treinta y dosEscucho sin ánimos a Quero quien me cuenta animadamente como fue que Yannick le pidió que fueran al baile juntos.—Entonces yo solté de la nada que no tendría pareja para la fiesta de graduación y uno de los chicos guapos de la empresa se ofreció a ir conmigo y Yannick solo me dio una rápida mirada —parpadea varias veces y suspira —en ese momento no dije nada, pero luego, cuando estábamos solos en el ascensor me arrincono contra una de las cuatro paredes y me dijo que yo tenía la obligación de ir con él —se tira en la cama y cubre su rostro con la almohada para ahogar uno de sus tantos gritos.Dejo caer mi cuerpo a su lado y ella se quita la almohada de la cara —Me alegra que hayas conseguido pareja de una forma cliché en libros —habló sin ánimos y pas&o
Capítulo treinta y tresSonrío mordiendo mis labios y niego, sigo el recorrido hasta la puerta y tocó el timbre indicándole a la única que está despierta viendo novelas en la televisión que acabo de llegar.Observo de reojo como él está parado en la acera esperando a que entre y dejo que mis pies vayan a donde quieren ir, agarro su sudadera con fuerza y dejo un corto beso en sus labios, lo suelto al escuchar la puerta abrirse y esos bonitos ojos me miran de forma divertida y coqueta.Con que me saliste picarona, eh, cara chancla.Retrocedo y entro corriendo a la casa como si eso fuera a cambiar lo que acabo de hacer, mi corazón late fuerte y escucho como la puerta se cierra automáticamente, me pongo una mano en la frente y mi madrastra me observa preocupada y a la vez sorprendida por lo que acaba de ver.
Capítulo treinta y cuatroLas luces detrás de nosotros se encienden y escucho la voz de mi papá llamarme aún sin salir de casa.Mierda, mierda, mierda!La puerta hace un sonido fuerte que lastima mis oídos y por la ventana puedo ver como Derly me hace señas para que me largue.El sonido se detiene y escucho las llaves abrir la cerradura, volteo asustada hacia Elián y este toma mi mano con rapidez, empezamos a correr con dirección a su auto y giro la cabeza mirando como mi madrastra agarra de los hombros a mi papá quien no para de gritarme que regrese a casa.No le tomo importancia a lo que diga y me concentro en la mano cálida y fuerte de él guiándome.Abre la puerta de copiloto para mí y escucho los gritos de ella desde casa —¡Vete! ¡Corre
¡Advertencia!Este capítulo entero contiene material +18.No me hago responsable por las mentes traumadas.Capítulo treinta y cinco—No calientes cosas que no te vas a comer —habla con un tono de voz demandante y sonrió mordiendo su pulgar, llevo las manos por debajo de su camiseta y toco su abdomen esculpido de arriba a abajo.¡Oh por la diosa!¿Qué estoy haciendo?»—Jex —advierte y bajo hasta tomar el tiro de su pantalón, de la nada soy alzada por los aires y enredo mis piernas a su cadera, llevo mis manos a su cabello y busco con desesperación mi droga natural.Cada beso que nos damos es demandante y cargado de deseo, Elián aprieta mis piernas suavemente y sube sus grandes manos por dentro de su abrigo hasta meterlas dentro de mi camisa, arqueo l