Alicia estaba sirviendo el desayuno para tres personas en la mesa, algo que para ella ya se estaba volviendo una costumbre, solía cocinar de más, pues Lukas solía aparecerse de la nada fuera la hora que fuese. Y no era que le molestara para nada. El hombre tenía algo que no sabía para alegrar el ambiente. Escuchó como la puerta del estudio de Vincet se abría y salían los dos.

-Palomaaaa- Lukas tenía una enorme sonrisa en el rostro, a eso se refería.

Alicia se enderezó y casi se cae hacia atrás cuando Lukas se lanzó hacia ella y la abrazó.

-Gracias, mil gracias- comenzó a decir el secretario sobre su hombro con un tono de sollozo fingido.

Alicia miró a Vincet que tenía una mueca en su rostro y que agarró el cuello de su amigo y tiró de él hacia atrás para que la soltara.

-No te pegues a ella como chicle- le gruñó.

-Aaaahhh, no me digas eso, maldito acaparador. Te crees que porque ahora estás con la paloma eres el único en su vida. Tacaño- Lukas también le gruñó.

Una gota de sudor corri