Los días pasaron y logré detener un poco a Donato. Yo sé que estarán preguntándose cómo logré que se calmara y por qué no paró totalmente. Luego de la charla que tuve con los chicos seguí tratando de parar a Donato y su pantomima creada por él mismo donde yo salía perjudicada por su culpa, por lo que decidí al fin hablar con él, me llené de valor y en el receso de la tarde me acerqué al él y le pedí que habláramos, no sé qué se imaginaría o creería, pero acepto gustoso y hasta feliz de que le solicitara hablar a solas.
(FLASHBACK)
Le pedí a Donato que habláramos en uno de los laterales del campo de soccer de la facultad donde había un poco de privacidad.
-Y bien dolcezza, ¿qué deseas que hablemos? -Preguntó recargándose en la pared, cruzó una de sus piernas y con su mano derecha comenzó a jugar con uno de los mechones de mi largo cabello.
-Necesito que esto pare ya Donato -Le dije seriamente y con toda l
Hola mis queridas, les agradezco mucho que decidan seguir esta maravillosa historia. Gracias por estar aquí, a través de mi perfil pueden encontrar mis redes sociales, espero seguir teniendo el apoyo de todas y que la historia pueda ser de su agrado y pueda crecer.
Amo poder estar en casa, disfrutar de un buen día de lectura y chocolate caliente mientras me siento en mi silla colgante favorita en mi balcón. Martina y Florentina están a mi lado tomando té de manzanilla mientras están en su laptop y celular haciendo no sé qué. -El clima está genial, amo que no haya demasiado frío -Dijo Martina mientras veía el cielo y respiraba. -Yo también, por eso amo otoño y primavera, porque no son tan fríos ni tan calientes como invierno y verano -Aportó Florentina mientras se recostaba en el respaldo del sofá en donde estaban sentadas ambas. -Yo amo todas las estaciones, cada una tiene lo suyo -Me encogí de hombros mientras volvía a mi libro. -No lo negamos, pero esas dos estaciones son el extremo, y ya estamos a finales de septiembre, lo que significa que falta poco para diciembre y en ese mes ya son las fiestas de fin de año y luego viene el otro…-Se quejaba Flor. - ¿Y qué tiene que ya viene el otro año? No sé tú,
Últimamente he pensado que mi vida se ha convertido en toda una aventura y las emociones las siento como que estuvieran en una montaña rusa, algo que no había pasado nunca a lo largo de mis 17 años. Ha sido bueno conocer personas nuevas en mi etapa universitaria, pero jamás creí que estas personas fueran a involucrarme en su absurda guerra. -Yo no creo que debería reconocerte de nada -Habló una segunda voz que hizo que sintiera escalofríos. Me giré rápidamente para confirmar mis sospechas sobre esa conocida voz. Mis primas se pararon de sus sillas confundidas por mi actuar. - ¿Qué sucede cugina? -Preguntó Flor llamando mi atención y haciendo que la vea algo nerviosa por la presencia inesperada de ambos chicos que, a la vista de todos, querían matarse. -Nada, todo está bien -Hablé con mi respiración inestable. – Donato, Mássimo, ¿qué hacen acá? – Me acerqué unos pasos a ellos. -Estaba realizando algunas compras y pasé a comprarme un helado cua
Flor y Mar me ayudaron a bajar del auto y subir las escaleras hasta llegar a la puerta. Solo entrar a mi casa junto a mis primas me sentía mejor y hasta protegida luego de la gran repartida de premios dolorosos en mi honor que causó estragos en mí. Cuando di unos pasos para entrar sentí al instante dos pares de abrazos rodeándome con fuerza por unos minutos en los cuales yo solo respiré y devolví el gesto amoroso. -Oh mía figlia, mía principessa, mía bambina – Habló papá todavía abrazándome – Estábamos tan preocupados por ti – Besó mi cabeza. -Mía bellísima farfalla – Se separaron ambos y mamá tomó mi rostro acariciando mis mejillas con sus bellos ojos llenos de preocupación y tristeza. – Lamento tanto lo que ha sucedido, mía vita, tus primas nos contaron lo que pasó, ¿cómo te sientes? -Sinceramente madre, quiero ir a mi habitación y dormir, no quiero nada más, me siento como si me hubiera pasado un camión encima –
No puedo apartar mi vista de la fotografía a través de la pantalla y sigo sin poder creer que nuestra protegida será nada más y nada menos que ella. - ¿Acaso esto es alguna broma? – Preguntó Gabriel con asombro. -Para nada Gabriel, ella es su nueva protegida, su nueva misión es, como ya dijo Lucio, cuidar de sua figlia sin que ella se entere – Señaló el signor Olivare la pantalla con su mano donde aparece una fotografía de ella, sonriendo con esa cara de ángel que tiene, realmente pensé que cuidaríamos de una niña mimada, pero resulta que cuidaremos de uma principessa, mía principessa – Y buscar las pistas e información necesaria hasta dar con los responsables de las amenazas de secuestro y muerte a la Mariposa Monarca de Lucio – Terminó con firmeza. -Bene ragazzos, les presento a Celestia Antonella Lombardi Diamantis, mía figlia. - ¿Ella es sua figlia? – Preguntó Federico en susurro con la boca se
-Celestia, bella, escúchame, solo quiero que me dejes explicarte – Suplicó una vez más Donato, creí que estaría enojado, que no me hablaría o que ni siquiera me dejaría acercarme a los chicos, pero estaba equivocada, estaba esperándome en la entrada del edificio de la facultad junto a Romeo, Flavio y Guido cuando Marco me dejó en el campus. Marco junto a los guardaespaldas se fueron a los segundos de haberme bajado de la camioneta, creí que mis guardaespaldas se quedarían, pero decidí no poner atención a ese detalle, quizás papá había dado órdenes para que me cuidaran cuando fuera en el tráfico, igualmente el campus no es peligroso, hay seguridad en todo el territorio de la universidad y mucha gente ronda por todo el lugar como para que nadie se dé cuenta de están atacando a alguien. -No quiero escucharte más Donato, déjame en paz – Hablé enojada con él y tratando de pasar por su lado para entrar a la facultad. Tenía claro que no se daría por vencido así que m
Mientras los chicos fueron llevados a la oficina del decano los demás fuimos a nuestros respectivos salones para recibir las clases. Donato, Romeo y Guido no llegaron hasta la última hora de clases de la mañana, faltaba una hora para el almuerzo, llegaron con sus heridas curadas y sin ningún rastro de sangre. Pidieron permiso para entrar al salón y se fueron a sentar a sus lugares sin decir ni una palabra. Donato se sienta a mi lado en todas las clases, pero creí que se sentaría en otro lugar y aunque notaba que venía mal humorado por lo que pasó se sentó a mi lado y yo dirigí mi mirada a él, estaba bastante lastimado y con varios moretones. Se dio cuenta que lo estaba observando y se giró para verme, me sonrió levemente y noté cierto rencor en ese pequeño gesto que se suponía iba dirigido a mi para demostrar que estaba “bien”, pero ese destello de rencor en su mirada hizo que sintiera escalofríos y no soportara verlo más por lo que desvié mi mirada decidiendo volver
Federico POV Hace un momento estábamos riendo porque los chicos y yo les contamos a las chicas lo gallina que había salido Romeo quien comenzó a temblar como chihuahua al entrar a la oficina del decano de la facultad, tanto así que cuando el decano le preguntó por qué había participado de la pelea, el muy cobarde, le respondió que había tratado de ayudar a Donato, pero que él había sido el causante de la pelea. No me imagino lo que Donato le tuvo que decir después de salir de la charla, o más bien el gran sermón que el decano nos dio, si no se hizo en los pantalones fue porque del susto de seguro ni siquiera eso pudo hacer. No recibimos ningún castigo, pero si nos llamaron la atención y levantaron un acta como advertencia para todos. -Fue mala idea que se metieran en esa pelea con Donato y sus “losers” – Replicó Lizzie observándonos con algo de burla – Mírense cómo quedaron, parecen dálmatas con todas esas manchas. -
Narraciones especiales: Gabriel POV Ya era jueves, un día más y sería fin de semana. Amaba los fines de semana, descansar, ir de fiesta, dormir hasta tarde, no hacer tareas… Va bene, no, las tareas si las hago, no puedo dañar mi buen promedio de notas. Podré ser fiestero, algo perezoso, un guapo chico, un mujeriego que solo tiene ojos para una chica que ni siquiera le hace caso… sí, lo sé, no necesitan decirme que eso es triste, porque yo sé que sí lo es, mi corazón lo sabe y por ello lo único que puede hacer es latir a mil por minuto, si es posible, de la pura emoción cuando mira a la maravillosa signorina que se ha vuelto su dueña. Sí, les permito que sientan lastima por mí. Suspirar y jalarme el cabello es lo único que puedo hacer ante mi frustración. Bueno, es suficiente de este tema por ahora, no sé en qué momento pasé de explicar cuánto amo los fines de semana a declarar el amor que siento po