No puedo apartar mi vista de la fotografía a través de la pantalla y sigo sin poder creer que nuestra protegida será nada más y nada menos que ella.
- ¿Acaso esto es alguna broma? – Preguntó Gabriel con asombro.
-Para nada Gabriel, ella es su nueva protegida, su nueva misión es, como ya dijo Lucio, cuidar de sua figlia sin que ella se entere – Señaló el signor Olivare la pantalla con su mano donde aparece una fotografía de ella, sonriendo con esa cara de ángel que tiene, realmente pensé que cuidaríamos de una niña mimada, pero resulta que cuidaremos de uma principessa, mía principessa – Y buscar las pistas e información necesaria hasta dar con los responsables de las amenazas de secuestro y muerte a la Mariposa Monarca de Lucio – Terminó con firmeza.
-Bene ragazzos, les presento a Celestia Antonella Lombardi Diamantis, mía figlia.
- ¿Ella es sua figlia? – Preguntó Federico en susurro con la boca se
¡Sígueme en mis redes sociales que pueden conseguir en mi perfil! Gracias por seguir aquí. Desde acá comienza lo más intenso de la historia, espero que se lo disfruten. y cuéntenme ¡Quién de los chicos es su favorito hasta ahora!
-Celestia, bella, escúchame, solo quiero que me dejes explicarte – Suplicó una vez más Donato, creí que estaría enojado, que no me hablaría o que ni siquiera me dejaría acercarme a los chicos, pero estaba equivocada, estaba esperándome en la entrada del edificio de la facultad junto a Romeo, Flavio y Guido cuando Marco me dejó en el campus. Marco junto a los guardaespaldas se fueron a los segundos de haberme bajado de la camioneta, creí que mis guardaespaldas se quedarían, pero decidí no poner atención a ese detalle, quizás papá había dado órdenes para que me cuidaran cuando fuera en el tráfico, igualmente el campus no es peligroso, hay seguridad en todo el territorio de la universidad y mucha gente ronda por todo el lugar como para que nadie se dé cuenta de están atacando a alguien. -No quiero escucharte más Donato, déjame en paz – Hablé enojada con él y tratando de pasar por su lado para entrar a la facultad. Tenía claro que no se daría por vencido así que m
Mientras los chicos fueron llevados a la oficina del decano los demás fuimos a nuestros respectivos salones para recibir las clases. Donato, Romeo y Guido no llegaron hasta la última hora de clases de la mañana, faltaba una hora para el almuerzo, llegaron con sus heridas curadas y sin ningún rastro de sangre. Pidieron permiso para entrar al salón y se fueron a sentar a sus lugares sin decir ni una palabra. Donato se sienta a mi lado en todas las clases, pero creí que se sentaría en otro lugar y aunque notaba que venía mal humorado por lo que pasó se sentó a mi lado y yo dirigí mi mirada a él, estaba bastante lastimado y con varios moretones. Se dio cuenta que lo estaba observando y se giró para verme, me sonrió levemente y noté cierto rencor en ese pequeño gesto que se suponía iba dirigido a mi para demostrar que estaba “bien”, pero ese destello de rencor en su mirada hizo que sintiera escalofríos y no soportara verlo más por lo que desvié mi mirada decidiendo volver
Federico POV Hace un momento estábamos riendo porque los chicos y yo les contamos a las chicas lo gallina que había salido Romeo quien comenzó a temblar como chihuahua al entrar a la oficina del decano de la facultad, tanto así que cuando el decano le preguntó por qué había participado de la pelea, el muy cobarde, le respondió que había tratado de ayudar a Donato, pero que él había sido el causante de la pelea. No me imagino lo que Donato le tuvo que decir después de salir de la charla, o más bien el gran sermón que el decano nos dio, si no se hizo en los pantalones fue porque del susto de seguro ni siquiera eso pudo hacer. No recibimos ningún castigo, pero si nos llamaron la atención y levantaron un acta como advertencia para todos. -Fue mala idea que se metieran en esa pelea con Donato y sus “losers” – Replicó Lizzie observándonos con algo de burla – Mírense cómo quedaron, parecen dálmatas con todas esas manchas. -
Narraciones especiales: Gabriel POV Ya era jueves, un día más y sería fin de semana. Amaba los fines de semana, descansar, ir de fiesta, dormir hasta tarde, no hacer tareas… Va bene, no, las tareas si las hago, no puedo dañar mi buen promedio de notas. Podré ser fiestero, algo perezoso, un guapo chico, un mujeriego que solo tiene ojos para una chica que ni siquiera le hace caso… sí, lo sé, no necesitan decirme que eso es triste, porque yo sé que sí lo es, mi corazón lo sabe y por ello lo único que puede hacer es latir a mil por minuto, si es posible, de la pura emoción cuando mira a la maravillosa signorina que se ha vuelto su dueña. Sí, les permito que sientan lastima por mí. Suspirar y jalarme el cabello es lo único que puedo hacer ante mi frustración. Bueno, es suficiente de este tema por ahora, no sé en qué momento pasé de explicar cuánto amo los fines de semana a declarar el amor que siento po
-Gabriel – Le sonreí de vuelta, feliz de verlo, y no sabía de dónde provenía tal emoción, como que no lo hubiera visto por mucho tiempo y deseara verlo. -Sono contento di vederti ángel – Dijo al abrazarme con ternura, yo le devolví el abrazo al salir de mi pequeño shock, nos separamos casi de inmediato. -Yo también me siento feliz de verte – Él sonrió más al escucharme decir esa frase tan pequeña que significaba tanto. Me sentía emocionada de tenerlo frente a mí, últimamente sentía que era igual cuando veía a cualquiera de los chicos del Team Soccer. Iba a volver a hablarle cuando escuché que alguien carraspeaba y fue cuando sentí que la burbuja en la que estábamos se rompió, como la música se paraba y volvía a la realidad. Mi sonrisa se fue de inmediato y me di la vuelta para ver a Stella y a Pía cruzadas de brazos y viéndonos con recelo, por el rabillo del ojo vi como Fiorella también estaba con molestia en su mirada. Volteé mi mirada a los
-Eso es preziosa, tú no me dejarás en ningún momento y lo que yo quiera, eso haremos, el que manda en nuestra relación soy yo ¿queda claro? – No pude hacer nada más que asentir por miedo a enfurecerlo y que decidiera puñalearme con esa navaja – Perfetto – Dijo para volver a besarme el cuello, no pude hacer nada, ni quejarme o apartarlo de mí, solamente derramé mis lágrimas mientras dejaba que hiciera conmigo lo que quisiera, creí que ese sería el momento perfecto que tendría para abusar de mí. Me senté en mi cama al despertar sobresaltada de tan fatal pesadilla, no era consciente de nada más que de las horribles emociones que estaba sintiendo en el sueño que había tenido, sabía que había gritado en un acto automático de miedo, pero simplemente me sentía ida, me sentía alterada, me sentía vulnerable en ese momento. No sentí absolutamente nada, ni sé cuánto tiempo pasó cuando ya tenía a mamá y a papá en mi habitación junto a mí. -Amore, mía bella, ¿qu
- ¿Mássimo? – Mi rostro era un poema de seguro porque él cambio su sonrisa a una de suficiencia. -El mismo – Habló papá con voz animada como la de mamá. - ¿Tú conoces a mis padres? – Le pregunté sin poner atención a mis progenitores. - ¿Se conocen? – Preguntó mamá antes de que Máss contestara. -Amm…si – Hablé sin voltear a verla – En la universidad, asistimos a la misma facultad y estudiamos la misma carrera, solamente que él está en otra sección y yo en otra – Expliqué viendo a mis padres algo sorprendida – ¿Y qué haces aquí Milán? – Me volví de nuevo a verlo a él. Él sonrió feliz y respondió – Vine porque mi padre me solicitó traerle unos documentos importantes que no podían esperar hasta que se volvieran a ver, ya sabes, negocios, y tus padres me invitaron a desayunar con ellos. -Oh, ¿nuestros padres se conocen? ¿Y cómo es que se conocen y yo no sabía de tal situación? No creo haberles dicho mi apellido Mássimo – Lo acusé c
Celestia salió corriendo de la cocina con una gran sonrisa que la hacía verse maravillosamente hermosa. Ya iba terminando mi desayuno al que los signori Lombardi me habían invitado. Si pensaban que yo estaba aquí por “casualidad” fallaron, el signor Lombardi me llamó ayer por la noche para que hoy acompañara a Celestia a la universidad, él sabía que los chicos y yo no hemos estado teniendo demasiada suerte en mantener contacto con sua figlia a causa de su grupo de “amigos”, le conté cómo iba nuestro progreso en lo que a vigilarla se refería, nos iba bien en la revisión de perímetro y en busca de más evidencia, pues habíamos logrado encontrar desde dónde habían estado enviándole correos amenazantes al signor Lombardi sobre Celestia y mi padre se encargaría de realizar un operativo con otro grupo de élite de la agencia el cual se haría cargo de otras evidencias a partir de ahora para no sobrecargarnos a nosotros y que así pudiéramos seguir r