- ¿Mássimo? – Mi rostro era un poema de seguro porque él cambio su sonrisa a una de suficiencia.
-El mismo – Habló papá con voz animada como la de mamá.
- ¿Tú conoces a mis padres? – Le pregunté sin poner atención a mis progenitores.
- ¿Se conocen? – Preguntó mamá antes de que Máss contestara.
-Amm…si – Hablé sin voltear a verla – En la universidad, asistimos a la misma facultad y estudiamos la misma carrera, solamente que él está en otra sección y yo en otra – Expliqué viendo a mis padres algo sorprendida – ¿Y qué haces aquí Milán? – Me volví de nuevo a verlo a él.
Él sonrió feliz y respondió – Vine porque mi padre me solicitó traerle unos documentos importantes que no podían esperar hasta que se volvieran a ver, ya sabes, negocios, y tus padres me invitaron a desayunar con ellos.
-Oh, ¿nuestros padres se conocen? ¿Y cómo es que se conocen y yo no sabía de tal situación? No creo haberles dicho mi apellido Mássimo – Lo acusé c
Ya comenzamos a ver más acercamiento de los chicos, qué sucederá más adelante? Sígueme en mis redes sociales, recuerda comentar y apoyarme en otras historias, te espero en mis otras cuentas.
Celestia salió corriendo de la cocina con una gran sonrisa que la hacía verse maravillosamente hermosa. Ya iba terminando mi desayuno al que los signori Lombardi me habían invitado. Si pensaban que yo estaba aquí por “casualidad” fallaron, el signor Lombardi me llamó ayer por la noche para que hoy acompañara a Celestia a la universidad, él sabía que los chicos y yo no hemos estado teniendo demasiada suerte en mantener contacto con sua figlia a causa de su grupo de “amigos”, le conté cómo iba nuestro progreso en lo que a vigilarla se refería, nos iba bien en la revisión de perímetro y en busca de más evidencia, pues habíamos logrado encontrar desde dónde habían estado enviándole correos amenazantes al signor Lombardi sobre Celestia y mi padre se encargaría de realizar un operativo con otro grupo de élite de la agencia el cual se haría cargo de otras evidencias a partir de ahora para no sobrecargarnos a nosotros y que así pudiéramos seguir r
Narra Leonardo Estamos sentados en las gradas que dan a la entrada principal de nuestra facultad, algunos de los chicos comen, otros viendo su celular, otros hablando entre ellos y yo vigilando el perímetro, aunque mía dolcezza aun no llega. Todo estaba bien hasta ahora y no veía nada extraño, Mássimo nos había enviado un mensaje al grupo que tenemos diciendo sin darnos razón alguna de que se tardaría un poco más en llegar, pues desde que nuestra misión había comenzado hacía unos pocos días llegábamos más temprano para asegurar el área y resguardar la llegada de Celestia. Sin embargo, Max dijo que nos agradaría el porqué de su retraso. A todos nos está costando tener que levantarnos antes y salir de casa a un horario más temprano, pero todo sea por mía dolcezza. Aún no sabemos qué es lo que tiene esa bella ragazza para que nos atraiga tanto a protegerla, cuidarla y apreciarla, hay algo, eso lo sabemos muy b
- ¡Oh! Aquí estás, Tía te he estado buscando, creí que… - la voz de la chica se esfumó cuando nosotros nos volteamos a verla - ¿Otra vez ustedes? – Oh rayos, es la Capaldi, otra vez. Celestia POV -Stella… ciao amica – me paré del sillón viendo a los chicos preocupada. Creí que Stella seguiría insistiendo cuando pregunto qué hacían conmigo los chicos, pero agradecía que me siguiera hablando de que me buscaba a que se pusiera a pelear con los muchachos. -Tía te buscaba por todos lados, Donato te estuvo llamando… hace un momento informaron desde rectoría que no habría clases por la tarde por el baile de mañana, pero al parecer debemos ayudar al comité del baile a elegir a la Reina de Otoño por lo que han solicitado que propongamos a las candidatas que nosotros queramos y que tengan probabilidad de ganar – se emocionó al explicar eso último – ¿Y adivina a quien propusimos? – preguntó con una voz chillona de la emoción.
Celestia POV: El sábado había llegado. El Baile de Otoño era hoy. Estaba parada frente al espejo viendo mi vestido el cual había sido elegido por mí, Stella, Pía y Fiorella, había pasado la prueba del Vo. Bo. Era hermoso en verdad, no lo negaba, no podía hacerlo porque en verdad era precioso a mis ojos y a los ojos de mis amigas. Lo tenía sobrepuesto, aun no era la hora de prepararme, pero admiraba esa belleza de vestuario que tendría que modelar hoy en el baile de la universidad, a través de mi espejo de cuerpo completo. El vestido shampagne es con corte estilo princesa, largo y con detalles brillantes en dorado de época, es hermoso, cuando lo vi me enamoré por completo y decidí que lo compraría. Soy muy poca para comprar ropa (a pesar de que mi armario está repleto de ella) pero a diferencia de mis primas mi armario está semivacío. -En verdad que te verás perfectamente hermosa con ese vestido – alagó Mar con emoción. - ¿Tú c
Bajé la escalera principal despacio para no tener un accidente con los tacones y el vestido. -¡¡¡Estás maravillosa Anto!!! – gritó Flor dando saltitos de emoción. -Totalmente, estás espectacular – secundó Mar con ternura a lo que le sonreí. -Toda una bella farfalla – sonrió mi madre con cariño y dulzura. -Mía principessa, sei perfetta mío amore – agregó papá con una gran sonrisa que me contagió. Volteó a ver a mío fratello – ¿No te parece mejor si la acompañas figlio? -Papá – lo llamé con un tono de queja – Ya hablamos de esto. -Pero cariño, vestida así prefiero que vayas con tuo fratello. -Secundo la noción – dijo mío fratello con una de sus manos levantadas como que estuviera en el colegio respondiendo una pregunta hecha por algún profesor lo que me hizo reír por mis ocurrencias – Puedo ser tu escolta. -Suficiente, he hablado de esto contigo papá y tú Gio
Para mi desgracia, el plan que tenía en mente salió totalmente al revés y la flecha regresó a mí como un boomerang. Flavio, Guido y Romeo forcejearon con Franco y Mássimo para que soltaran a Donato, el Team Soccer como siempre se involucraron en la pelea para apoyar a los chicos y que Donato no escapara, pensaba hablar con él, pero no creí que la pelotita me regresara a mí y de una forma que me golpeó tan fuerte que la perjudicada fui yo. FLASHBACK: Los chicos forcejeaban con Flavio, Romeo y Guido y Donato estaba sujeto del cuello por Franco, estaban armando un escándalo que, si no lo detenía ahora, se convertiría en una pelea segura entre ellos. Otra de las tantas que han tenido, contando sus discusiones. -Bueno es suficiente – alcé mi voz con enojo – Franco suelta a Donato, ahora mismo – le ordené y el volteó a verme, mi mirada era severa y firme para que supiera que hablaba en serio.
-Pues lamento que tengamos diferentes puntos de vista, amore mío – dijo con una voz lastimera falsa – Tú no me vas a dejar o sufrirás las consecuencias – volvió a amenazar. Con todas las fuerzas que tenía levanté uno de mis pies para dejarlo caer en uno de sus pies con toda la intención de lastimarlo y que me soltara, pero él solo soltó un pequeño gruñido quejándose y me sujetó mucho más fuerte incrustando sus uñas en mi brazo y cintura lastimándome y provocando que saliera un pequeño grito de dolor de mi boca. -Eres una… - ¿Una qué? ¿Eh? ¡Dime! ¿Una qué? – pregunté furiosa. -Una leona loca – se rio al tiempo que se acercaba a mi oído – pero dudo que sigas siendo tan valiente cuando todo mundo sepa que nos divertimos ese día en mi lugar secreto – susurró. -Pues si tú te atreves a decir semejante mentira, yo me encargaré de desmentirlo – dije entre dientes. -Vamos a ver a quien
- ¿Qué sucede? ¿Y todavía te atreves a preguntarlo? – pregunté entre dientes, la rabia se escuchaba en mi voz mientras íbamos por el tráfico – Donato, eres un imbécil, si estoy aquí contigo yendo a este baile es por tu estúpida amenaza. -Tengo que recordarte que no ha sido mi culpa que no podamos ir a este baile felizmente – me reprochó como si yo fuera la culpable, aunque en parte así era, por haber confiado en él. -Eres tú el desquiciado que no me deja libre, ¿qué digo, libre? En realidad, no me dejas en paz, porque ni siquiera teníamos nada oficial antes de tu absurda amenaza para decir que no me dejas libre – dije con enojo e irritación en mi voz. -Amore mío – trató de tomar mi mano la cual aparté inmediatamente. -Amore mío nada y no te atrevas a querer tocarme. -Ya veremos – siseó frustrado – y ya te dije que debes portarte bien conmigo si no quieres que mis amenazas se cumplan mío ángel. -Estoy