Capítulo 47 —El peso del silencioNarrador:Mickaela se despertó temprano, con el sol colándose entre las cortinas y dibujando líneas doradas en las paredes. Permaneció unos minutos en la cama, observando el techo y sintiendo el peso de algo que no podía definir. A su lado, Kael dormía profundamente, su respiración pausada y tranquila. Su rostro tenía una serenidad que contrastaba con el caos que Mickaela sentía en su interior. Lo amaba, o eso creía. Pero había algo extraño entre ellos, algo que ninguno de los dos parecía dispuesto a nombrar. Deslizó las piernas fuera de la cama con cuidado para no despertarlo y caminó hacia el baño. Encendió la luz y se miró en el espejo. Sus ojos estaban ligeramente hinchados por la falta de sueño, y la expresión que le devolvía el reflejo era la de alguien que intentaba convencerse de que todo estaba bien. Se inclinó sobre el lavabo y dejó que el agua fría cayera en su rostro. Mientras se secaba, un pensamiento cruzó su mente: preguntarle a Kael p
Capítulo 48 — Bajo sospechaNarrador:Kael estaba revisando algunos informes en su oficina, disfrutando de la calma inusual que reinaba en la galería. Mickaela estaba en una reunión con los proveedores de la próxima exposición, y por primera vez en días, el espacio parecía un poco más ligero. Sin embargo, esa tranquilidad se desvaneció cuando oyó un golpe en la puerta. Antes de que pudiera responder, Xavier entró, cerrando la puerta detrás de sí, con un movimiento deliberado. Su presencia llenó la sala de una tensión inmediata, y Kael dejó los papeles sobre el escritorio, enderezándose en su silla.—No esperaba verte aquí —dijo Kael, sin molestarse en disimular la sorpresa en su tono.—Aproveché que Mickaela no estaría —respondió Xavier con tranquilidad, tomando asiento frente a él sin esperar invitación.Kael lo observó con cautela, cruzando los brazos.—¿Qué necesitas?Xavier se tomó su tiempo, mirando alrededor de la oficina como si evaluara cada detalle. Finalmente, habló, directo
Capítulo 49 —La nocheNarrador:El mensaje de Sophie llegó justo cuando Mickaela estaba guardando los últimos documentos del día. Decía simplemente: “Noche de copas. No acepto excusas. Te recojo en 20 minutos.” Mickaela sonrió, agradeciendo la oportunidad de distraerse. Aunque no estaba del todo segura de querer salir, sabía que Sophie tenía un talento especial para convertir cualquier noche en algo memorable.Cuando Sophie llegó, ya estaba esperando en la puerta de la galería. La energía chispeante de su amiga era contagiosa, y pronto ambas estaban riendo y planeando qué pedirían primero al llegar a la discoteca. El lugar estaba abarrotado, la música pulsaba en las paredes, y las luces intermitentes daban al ambiente un aire de ensueño.—¡Vamos a bailar! —exclamó Sophie, arrastrando a Mickaela hacia la pista.El tiempo pasó entre risas y tragos compartidos en la barra. El humor de Mickaela comenzó a aligerarse, y por un momento olvidó las tensiones que la habían acompañado en los últ
Capítulo 50 —Abrazos en la penumbraNarrador:Xavier permaneció sentado junto a Mickaela, observándola con atención mientras ella bebía a pequeños sorbos el café. La calidez de la bebida parecía ayudarle a relajarse un poco, pero su expresión seguía marcada por una mezcla de cansancio y algo más profundo.—Es una locura lo que hiciste esta noche —dijo Xavier, rompiendo el silencio con un tono que mezclaba preocupación y firmeza —No deberías beber así.Mickaela levantó la mirada, con un dejo de irritación cruzando su rostro.—Nunca lo hago —respondió, defendiéndose con un susurro —Esta noche apenas bebí un poco. No sé por qué me siento así.Xavier ladeó la cabeza, analizándola como si buscara alguna respuesta en su postura o en sus palabras.—¿Comiste algo? —preguntó, su tono más suave ahora.Mickaela negó lentamente, dejando la taza sobre la mesita de noche.—Desde el almuerzo, nada —admitió, casi con vergüenza.Xavier exhaló con cierta frustración, pero no dirigió su malestar hacia e
Capítulo 51 —Amistades incómodasNarrador:Mickaela despertó al día siguiente con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas de la habitación. El ambiente era tranquilo, pero el peso de la noche anterior aún residía en su pecho. Se sentó en la cama, frotándose los ojos, y miró a su alrededor, recordando que estaba en el apartamento de Xavier. Aunque sabía que no había pasado nada entre ellos, más que una conversación algo tensa, la situación se sentía extrañamente íntima. Se vistió con la misma ropa de la noche anterior, salió al pasillo y encontró a Xavier en la cocina, vestido con una camisa blanca arremangada y preparando café. La escena era casi doméstica, algo que no esperaba pero que, de alguna manera, le resultó reconfortante.—Buenos días —dijo Mickaela, entrando tímidamente.Xavier levantó la mirada y le dedicó una sonrisa leve.—Buenos días, ¿café?Ella asintió y tomó asiento en la barra de la cocina. Xavier le sirvió una taza y colocó un plato con tostadas frente a
Capítulo 52 —Juego de estrategiaNarrador:A las cinco en punto, Xavier llegó al restaurante del Hotel Carlton. El ambiente elegante y discreto del lugar era perfecto para la reunión que había planeado con precisión. Su traje oscuro, impecable, complementaba su porte decidido mientras avanzaba hacia la mesa reservada. Allí estaba Camila, sentada junto a una ventana, con una taza de té humeante entre las manos. Su postura relajada irradiaba una confianza tranquila, y sus ojos se alzaron al verlo acercarse.—Señor Donovan, que placer conocerlo —dijo, esbozando una sonrisa cordial mientras extendía su mano.Xavier la tomó con firmeza pero delicadeza, inclinando ligeramente la cabeza en un gesto de respeto.—El placer es mío, señora Verdier. Gracias por tomarse el tiempo para esta reunión.Camila esbozó una sonrisa ligera, con un brillo travieso en los ojos.—Por favor, llámame Camila. "Señora Verdier" suena demasiado formal, ¿no crees?, además ya pronto dejaré de serlo —dejó caer, para
Capítulo 53 —Las piezas del tableroNarrador:Xavier estaba sentado en su despacho, revisando algunos documentos cuando su teléfono vibró. Era el investigador. Había esperado esa llamada durante todo el día. Contestó de inmediato, apoyándose en el respaldo de su silla con una calma aparente.—¿Qué tienes para mí? —preguntó, sin molestarse en saludar.La voz al otro lado de la línea era firme y profesional, pero con un toque de intriga que dejó claro que la información era sustanciosa.—Camila Verdier. El apellido todavía le sirve de algo, pero no por mucho tiempo. Está en medio de un divorcio bastante escandaloso con Jean-Marc Verdier, el magnate. La razón… infidelidades. Y no una, sino dos, que su esposo descubrió personalmente, pero seguramente hay más.Xavier dejó escapar un leve sonido que podría haber sido una risa contenida o un suspiro de desdén.—Parece que esa chica no puede mantener las piernas cerradas —comentó con un sarcasmo seco, mientras tamborileaba los dedos sobre el
Capítulo 54 —Que empiece el juegoNarrador:La mansión Donovan brillaba con elegancia bajo las luces cálidas que iluminaban su fachada. El personal se movía con precisión, asegurándose de que cada detalle estuviera en su lugar. En el comedor, la mesa principal estaba decorada con arreglos florales impecables, candelabros antiguos y una vajilla que reflejaba el lujo inherente de la familia Donovan. Kael y Mickaela llegaron juntos, sus pasos resonando por el pasillo mientras eran guiados hacia el comedor principal. Mickaela lucía un vestido negro que destacaba su figura, mientras Kael caminaba junto a ella con una sonrisa tranquila que escondía su incomodidad. Xavier los esperaba en la entrada del comedor, impecable en un traje oscuro, con una copa de vino en la mano y una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.—Kael, Mickaela —saludó, inclinando ligeramente la cabeza antes de mirar a Mickaela con un destello en los ojos y al propinarle un cálido beso en la mejilla, le susurró —Estás deslum