—Sí, pero no lo hice todo yo sola —respondió Valeria con una expresión calmada.—¿Lo hiciste o no? —preguntó Xavier, sin levantar la cabeza, pasando una página del documento.—El video lo subió esa amante, pero el sonido lo grabé yo con mi celular y lo añadí después —contestó Valeria con sinceridad.Xavier soltó un gruñido bajo. —Te pedí que fueras dama de honor, y decidiste arruinar la boda. ¿Cómo planeas explicar esto?—Señor Palacios, para ser honesta, esto es un asunto de su familia, y no debería haberme involucrado —dijo Valeria, frunciendo el ceño—. Pero no soporto ver a hombres despreciables engañando a mujeres. Cada vez que me encuentro con uno, me veo obligada a actuar.—No sabía que eras una justiciera —repuso Xavier, esbozando una sonrisa sarcástica.—Ese tal Israel no solo engañaba a Susana con otras mujeres, sino que también aprovechó para manosearme cuando nos encontramos —dijo Valeria, algo indignada—. ¡Ese tipo de hombres son repugnantes! Señor Palacios, no quer
Los dos fingieron besarse para que la abuela lo viera, y, al terminar, Valeria empujó a Xavier rápidamente; tras lo cual tomó la pintura de manos de Valentín y la sostuvo bajo el brazo, antes de comenzar a alejarse.Después de unos pasos, se dio la vuelta, le guiñó un ojo a Xavier con el pulgar hacia arriba. —¡Gracias! ¡Hoy luce muy bien!Xavier la miró con ojos oscuros y apretó sus finos labios.¿Valeria pensaba que él se veía bien solo porque le había dado un regalo?Valentín, observando a Valeria mientras se alejaba con un paso alegre, no pudo evitar sonreír. —Señor, Valeria es bastante adorable.—¿Todavía estás mirando? —preguntó Xavier, lanzándole una fría mirada.—Señor, ¿a dónde va ahora? —dijo Valentín, apartando la mirada, asustado.—Al despacho.—¡Sí, señor!***Al día siguiente.Valeria estaba disfrutando de un almuerzo preparado por la señora Palacios cuando recibió una llamada y, aunque no tenía el número registrado, rápidamente reconoció su voz.—¡Valeria!
Siguiendo la dirección en la que señalaba Susana, Valeria levantó la vista y vio la esbelta y severa figura de Xavier, pasando por el corredor de vidrio en el segundo piso, acompañado por una mujer alta y hermosa de cabello rizado, cintura delgada y largas piernas.Valeria retiró la mirada sin mostrar ninguna emoción, y respondió con indiferencia: —No te preocupes por él.—Valeria, ¿tu esposo está arriba con otra mujer y no te importa? —preguntó Susana, perpleja.—No me importa —repuso Valeria sin inmutarse, tras sorber su jugo a través de la pajilla.Susana, que acababa de ser traicionada por un hombre despreciable y además estaba algo ebria, no pudo tolerar la situación.—¡No puede ser! Valeria, si tú no te atreves a confrontar a mi tío, ¡yo lo haré por ti! ¡Ustedes ya están casados y él sigue viéndose con otras mujeres! ¡Estoy muy decepcionada de él! —exclamó, furiosa, mientras, con un puño en alto, subía las escaleras.Valeria, sin poder detenerla, se frotó las sienes.Bue
Una voz masculina, clara y profunda, llegó a los oídos de Valeria, haciendo que ella, quien estaba a punto de cerrar los ojos para descansar por un momento, se volviera hacia él, molesta por la interrupción. Bajo las luces deslumbrantes, vio a un hombre de pie, con una sonrisa amable y un rostro atractivo. Llevaba unos pantalones negros y una camisa blanca sin corbata, con dos botones desabrochados, revelando un poco de su clavícula.A pesar de su apariencia desaliñada, tenía una elegancia innata. Seguramente era muy atractivo para las chicas.Al no recibir respuesta de Valeria, el hombre sonrió aún más y preguntó en un tono suave: —¿Estás sola?—No —respondió Valeria con pereza.—Entonces, ¿te importa si me siento aquí? —inquirió el hombre, con una sonrisa elegante.Aunque el hombre era muy guapo, Valeria no se molestó en ser cortés:—Sí, me importa.El hombre se sorprendió. Aparentemente, no estaba acostumbrado chica que una chica lo rechazara, pero pronto volvió a sonreír:
El segundo piso de El Rincón del Vino estaba lleno de elegantes suites privadas que estaban insonorizadas, separadas del bullicio de la planta baja, como si fueran dos mundos diferentes. Sin saber en qué suite podría estar Susana, Valeria trató de llamarla, pero ella no respondía.En ese momento, el gerente general de El Rincón del Vino vio a Valeria y se acercó con mucho respeto: —Señorita Quiroz, ¿está buscando a Víctor?Valeria negó con la cabeza y preguntó: —¿Ha visto a la señorita Calderón? ¿Sabe en qué suite está?—No, hoy no hemos recibido a nadie de la familia Calderón en el piso de arriba —respondió el gerente.Susana se había colado para ver a Xavier sin pasar por el registro normal.—¿En qué suite está Xavier Palacios? —preguntó Valeria, tras pensarlo por un momento.—Valeria, Xavier está en La Cava Secreta —contestó el gerente con sinceridad.La Cava Secreta es la suite más grande y lujosa de El Rincón del Vino, reservada para la alta sociedad.Justo cuando Va
—Después de casarte conmigo, dejarás tu trabajo y te quedarás en casa cuidándome. Además, ¡dentro de un año me darás un hijo varón! No quiero una hija, necesito un niño como heredero de la familia —dijo el hombre con arrogancia.Valeria Quiróz miró a su cita, quien se trataba de un hombre de mediana edad, con una calva incipiente, una barriga prominente, y de casi cuarenta años.Su madrastra, Clara Maldonado, realmente temía que no se casara, así que la obligaba a conocer, incluso, a hombres tan despreciables y mayores como aquel.El hombre, inicialmente disgustado por el oscuro maquillaje de Valeria, notó su figura esbelta y buen porte, pensando que desnuda se vería muy atractiva.— ¿Cuál es tu altura sin tacones? —preguntó.—Un metro sesenta y ocho —respondió Valeria, con indiferencia, mientras revolvía su café con aburrimiento.—Está bien, es una buena altura para mí. Mido casi un metro ochenta, así que nuestra diferencia de altura es perfecta para una pareja —repuso el hombre
Los invitados mostraron diversas expresiones y murmuraban entre ellos.—¿Esa es la prometida de Xavier? ¡Parece una chica rebelde de la calle!—La mujer de Xavier debería ser una dama elegante y hermosa. ¿Qué clase de vestimenta es esa?—Los gustos de Xavier son realmente peculiares.Valeria se había vestido intencionalmente como una chica rebelde para asustar a los pretendientes. Sin embargo, a Xavier no parecía importarle en absoluto que su prometida fuera objeto de burlas. De hecho, ni siquiera se molestaba en cuestionar su propio gusto, sino que se limitaba a observar la escena como un espectador indiferente.Bajo las miradas extrañadas de los invitados, Valeria sentía alguien la estuviera amenazando con una daga fría en la espalda, pero, aun así, intercambió los anillos de compromiso con Xavier.Aunque muchos encontraban extraño el atuendo de la prometida de Xavier, por respeto a él, no se atrevieron a no aplaudir y felicitarlos. Por lo que, en cuanto el maestro de ceremonia
Los hombres en los documentos eran todos feos, con una edad promedio de cuarenta años, y la mayoría ni siquiera tenía un trabajo decente.Raúl, muy molesto, miró a Clara con disgusto y exclamó: —¡Incluso hay algunos de mi edad! ¡Clara, ¿cómo puedes presentarle a Valeria a hombres tan viejos?!El rostro de la mujer se tensó. Ella había mandado a alguien a manipular las fotos y los datos de esos hombres. ¡No esperaba que Valeria, esa mocosa que solía ser tan callada, fuera capaz de descubrir la verdad!—Raúl, yo tampoco entiendo qué ha pasado —dijo Clara, adoptando una expresión de victimismo—. Los hombres que elegí para Valeria son los mejores de entre muchos. ¡Debe ser que la agencia matrimonial nos engañó!Valeria no pudo evitar reírse. —Clara, ¿ni siquiera verificaste la veracidad de la información y aun así dices que son hombres de calidad? ¿Acaso te tomas tan a la ligera mi futuro porque no su tu hija biológica? Papá, si realmente me caso con esos viejos, tú también quedarí