Emma.-Había olvidado lo hermoso que es Suiza no dejo de mirar embelesada y con una gran sonrisa las montañas cubiertas de nieve, la tranquilidad definitivamente lo necesitaba. Vine Suiza a concretar el capital de un inversor interesado en el laboratorio para el proyecto de Olivia, exigió reunirse con la dueña del St. James específicamente y no pude negarme, hace tres días que estoy en Suiza aunque sigo ansiosa por dejar a Sophie en Seattle.El inversor se disculpó por hacerme viajar, me sorprendió que estuviera al tanto de la situación de mi hija, confesó que buscabas proyectos para invertir y St. James está en boca de todos, el equipo de relaciones públicas de la clínica ha hecho muy bien su trabajo.Lo único que me convenció venir es saber que el estado de salud de Sophie mejora con cada día que pasa, por fin siento que el alma me vuelve al cuerpo mientras ella este bien yo lo estaré. Y este tiempo a solas aunque sea corto me servirá para pensar en lo últimos días me he sentido con
Emma.-Veía el amanecer anoche no pegué un ojo, la cabeza me daba vueltas amo a Noah de eso no tengo dudas, de lo que tengo dudas es que mis heridas nunca puedan sanar, que él no sepa ayudarlas a cicatrizarlas, también está herido lo que Brad sigue siendo un golpe del que no se recupera. La idea de Kim sobre ir juntos a terapia cruzó por mi mente.(…)Después del baño medita la idea de la terapia de pareja, extraño llamarlo así no es que nos peleemos por quien va a lavar los platos, pero podría ser una solución.Baje las escaleras sintiendo el aroma del desayuno y el chocolate caliente, me detuve al ver a Noah en la cocina nuevamente semi desnudo un con pañuelo de cocina en un hombro no sabía que cocinaba, en ese momento me di cuenta de lo poco que nos conocemos.— ¿Desde cuándo cocinas? –Pregunté sentándome en uno de los taburetes, tragando grueso por la hermosa imagen que tenía parada frente a mí.— Solo sé cocinar platillos suizos –Se giró con la sartén en la mano sirviendo un deli
Noah.-— Tal como lo pidió señor su padrino no está enterado de su visita— Agradezco que siga así, solo voy a hacerle una pregunta –Le aviso al director de la prisión donde se encuentra recluida Ella Anderson, juré nunca más volver a verla sabía que de hacerlo le rompería el cuello poco a poco con mis propias manos, pero aún quedaba algo entre ella y yo una duda.Camino por el pasillo oscuro donde la tienen recluida, Joel y yo monitoreamos cada vez que Jack Anderson la visita y grabamos las conversaciones, aunque conversamos con mi suegro le exigimos que no le diera detalles sobre nuestra vida o las de los niños, puede estar encerrada, pero no confiamos del todo, sé que Jack no podría en riesgo a sus nietos y su hija, pero Ella es tan manipuladora, no tengo idea de lo que conversó con Emma la última vez que se vieron solo sé que desde esa visita mi esposa le teme aunque intenta ocultarlo.Observo la celda oscura y fría, la única fuente de luz es una pequeña ventana enrejada en lo alt
Mi corazón estaba desecho, no podía creer que el hombre que había escogido al que le entregue mi primera vez y del que estoy perdidamente enamorada haya sido capaz de tratarme como a una basura, ¿Por qué? ¿Por qué tratarme de esa manera tan inhumana? Tan cruel, como si no valiera nada para él, en efecto no valgo nada para él solo fui una noche de copas que desvirgó usándome para levantar su ego.— ¡Nunca te voy a perdonar Noah James! Espero que algún día pagues por todas las humillaciones y por todo el daño que me causaste— Hija debes irte, ya tengo todo preparada ten - Mi padre me extendió un maletín plateado, lo miré con confusión secando las lágrimas que humedecían mi rostro-— ¿Qué es?— Es dinero, hija mía te servirá en tu nuevo comienzo –Negué con insistencia-— ¡No, papá! Yo tengo dos manos para trabajar, sabes que nunca he necesitado tu dinero— Hija, sé perfectamente que eres una mujer independiente, pero si Noah insiste en buscarte ¿No crees que lo primero que hará será bus
EMMA.-Unos años antes.-Había finalizado exitosamente mi doctorado, estaba feliz y lista para divertirme después de tres años de estar encerrada en una biblioteca, sin dormir, mi doctorado en Psiquiatría lo que siempre soñé me tarde un poco pero al fin lo logré.A la primera persona a la que le avisé fue a mi padre, estaba emocionado pude escuchar cuando le dio la noticia a mi madre a la que no le pareció importarle, lo que me decepcionó un poco, sé que en el fondo mi madre me quiere aunque no suele demostrarlo mucho, al próximo al que llamé fue a mi mejor amigo Brad James es el director de la Centro Clínico St. James en Seattle fue allí donde hice mis pasantías y gracias a él pude viajar a Zurich para obtener mi doctorado.— ¿Emma ya estas lista? –Tomé la máscara de pestañas y me la apliqué vi por el espejo a mi colega y amiga Celia, nos conocimos aquí y desde entonces hemos sido muy unidas.— ¡Lista! ¿Cómo me veo?— ¡Amiga! ¿Dónde quedo el ratón de laboratorio? –Ambas soltamos a re
NOAH.-— ¡Vamos hombre, quita esa cara larga! A este lugar vienen las chicas más lindas de todo Zúrich, además es noche de graduación –Rodé mis ojos ante las estupideces de mi amigo David.— Vine porque no me dejaste otra opción –Pronto lo veo acercarse a dos mujeres que coqueteaban desde que llegamos al club, pude notar que una de ellas me señaló y David me miró sonriendo con malicia, cuando se acercan una de ellas se sienta a conversar con él y la otra intenta conseguir un mínimo de atención de mi parte, pero fracasa estrepitosamente cuando mis ojos se centran en una hermosa joven de piernas largas, su cabello ondulado y largo moviéndose al ritmo de su cuerpo, parecía una estrella que iluminaba todo el lugar con sus movimientos sensuales, la veo acompañada de otra chica susurrándole algo al oído y luego alejarse era mi momento debía acercarme a ella, aflojé mi corbata dejé a la mujer sentada a mi lado con la palabra en la boca y me dirigí hacia esa diosa que brillaba con ese vestido
NOAH.-Alzo la mirada al ver entrar a David con gafas oscuras a mi oficina, ruedo mis ojos hacia arriba y comienzo a negar.— Recuérdame que no debo beber nunca más –Se tumba en mi sofá con una bolsa de hielo en la cabeza. –Una queda de dolor salió de su boca.— No sé cuántas veces te he oído decir lo mismo ¿De verdad no te mides? ¿Cómo vienes a la empresa en ese estado? –Se tapa los oídos con sus manos y una mueca de dolor en su rostro.— No me regañes, siento que tengo piedras en la cabeza, oye por cierto anoche te desapareciste ¿Qué te hiciste eh? –Me encogí de hombros.— Conocí a alguien –Abrió los ojos del impacto y saltó del sofá sentándose frente a mí. ¿Se te quitó el dolor? –Pregunté mirándolo y luego volví a teclear en mi laptop.— ¿Tú? Y pensar que anoche eras pitufo gruñón por ir a ese bar ¿Y? ¿Qué tal te fue?— No voy a ventilar mis intimidades contigo David, pero si quiero que busques a esa chica, cuando amaneció simplemente desapareció— ¿En serio? Así que ¿Fue especial?
A la mañana siguiente.-— Buen día, tengo una entrevista con el doctor Brad James –La secretaria me observa de arriba abajo con desdén- soy la doctora Emma Anderson— ¡No lo puedo creer! ¡Emma Anderson! –Giré al escuchar una voz reconocida de inmediato le sonreí.— Brad –Abrió sus brazos, me abrazó y me alzó en el aire- ¡Oye estás loco!— Pensé que no regresarías de Suiza, ven pasa a mi oficina –La mirada de odio de la secretaria nos siguió hasta que la puerta de la oficina se cerró.— ¿Cómo crees? Sabes que debo estar aquí y ayudar a mi familia, tomé muy en serio tu ofrecimiento –Toma mi mano con suavidad.— Me parece muy bien que hayas regresado y sí, tu puesto te está esperando al igual que tu equipo –Lo miré confundida.— ¿Mi equipo? –Asintió con seguridad.— ¡Sí! Emma quiero que seas la encargada del área de Psiquiatría, me parece que eres la persona ideal para ese puesto –Pestañee sorprendida como caricatura.— Pero, Brad yo no tengo mucha experiencia no creo que…— Emma, nunca h