NOAH JAMES

NOAH.-

— ¡Vamos hombre, quita esa cara larga! A este lugar vienen las chicas más lindas de todo Zúrich, además es noche de graduación –Rodé mis ojos ante las estupideces de mi amigo David.

— Vine porque no me dejaste otra opción –Pronto lo veo acercarse a dos mujeres que coqueteaban desde que llegamos al club, pude notar que una de ellas me señaló y David me miró sonriendo con malicia, cuando se acercan una de ellas se sienta a conversar con él y la otra intenta conseguir un mínimo de atención de mi parte, pero fracasa estrepitosamente cuando mis ojos se centran en una hermosa joven de piernas largas, su cabello ondulado y largo moviéndose al ritmo de su cuerpo, parecía una estrella que iluminaba todo el lugar con sus movimientos sensuales, la veo acompañada de otra chica susurrándole algo al oído y luego alejarse era mi momento debía acercarme a ella, aflojé mi corbata dejé a la mujer sentada a mi lado con la palabra en la boca y me dirigí hacia esa diosa que brillaba con ese vestido que ajustaba perfectamente cada una de sus curvas, me infiltré entre la multitud y cuando llegué a ella puse mis manos sobre su pequeña cintura, sentí como su cuerpo se sobresaltó giró para verme y quede hipnotizado una vez más ante la belleza de esos enormes ojos grises, salí del trance cuando escuché su tono de voz en mi oído a decir verdad respondí por inercia, pero todo lo que dije era sincero, nunca vi a una mujer como ella, ni que despertara tanto el deseo de poseerla.

(…)

Me estiré hacia un lado estirando mi brazo, creyendo que encontraría a mi hermosa acompañante de anoche, abrí los ojos cuando noté mi cama vacía, agudicé mi oído para constatar que estuviera dándose una ducha, pero no escuché nada, me levanté y vi que no estaba ni su vestido ni sus tacones, hice la manta a un lado cuando noté la enorme mancha roja sobre mi cama, a mi mente llegaron de nuevo las imágenes, recordé cuando con su voz temblorosa me confesó que nunca había estado con nadie.

— ¡Hola! –entré en mi baño privado, lo vi todo en su lugar lo que me confundió, salí de la habitación, caminé por el pasillo restregando mis ojos, me detuve cuando vi la puerta del baño de visitas abierta- ¿Hola? ¿Chica hermosa estas aquí? –Abrí la puerta con cuidado pero también estaba vacío, habían gotas de agua en el lavamanos, la busqué pero había desaparecido, sintiéndome frustrado, ni siquiera supe su nombre ¿Qué clase de chica se entrega a un hombre por primera vez y huye como si fuera una ladrona? ¿Tan mal la traté? Tomé el intercomunicador y le pregunté al portero por ella.

— ¡Sí, señor! Hace unos minutos que se fue, no antes sin pedirme el teléfono para hacer una llamada

— ¿Te dijo su nombre?

— No, señor lo siento, lo único que alcancé a escuchar fue que llamó a una tal Celia

— Está bien, gracias –Me tumbé en mi sofá- ¿Por qué te fuiste así? Bueno ni modo, a pesar que fue una gran noche, la verdad no me interesa tener una relación con nadie, aunque no habría sido malo follarla nuevamente –De solo pensar en ella mi cuerpo reaccionó y una vez más me sentí frustrado, tendré que quitarme las ganas con otra- Mujeres hay de sobra, Noah.

(…)

— ¡Emma! ¡Voy a matarte! ¿Tienes idea del susto que me hiciste pasar? Estaba a punto de llamar a la policía y reportar tu desaparición ¿Dónde está…?-Los ojos de Celia se fueron directo a las marcas en mi cuello- ¿Emma que hiciste? Reformulo ¿Qué te hicieron? –Me mordí el labio bajando la mirada con vergüenza- ¿Con quién?

— ¿Podemos irnos de aquí? Siento que todo el mundo me mira extraño

— ¡Eeeeh, claro sube vamos!

(…)

— No puedo creerlo ¿Dónde quedó eso de esperar al indicado?

— Es que… no me expliques como, pero sentí que era el indicado Celia –Expresé mientras terminaba de empacar-

— ¿Y entonces? ¿Te vas y ni siquiera lo vas a buscar?

— Creo que para él fue solo cuestión de una noche, un hombre así debe tener mujeres a diestra y siniestra y para ser sincera no me arrepiento, a pesar de los moretones, fue la mejor noche de mi vida

— ¡Uhm…! Lamento cortarte la nota, pero ¿Él se cuidó? ¿Usaste condón verdad? –Asentí sonriendo.

— Sí, usó condón, de hecho creo que yo misma se lo pedí –Celia me observaba con la boca abierta- no me veas así, piensas que estoy loca

— ¡No, no, no para nada! Es normal que una noche de copas termine así de vez en cuando, yo no te juzgo y si lo disfrutaste pues es lo más importante de todo, malo sería que estuvieras hecha un mar de lágrimas arrepintiéndote

— No, en lo absoluto, nunca voy a arrepentirme de haber estado con él

— ¿De verdad quieres volver? Puedes quedarte aquí conmigo, sabes que no me molesta Emma –Le negué con tristeza.

— Te lo agradezco, pero extraño a mi familia deseo verlos de nuevo y debo cumplir mi promesa de volver, la empresa de mi padre no anda muy bien económicamente, quiero ver en que puedo ayudar

— Bueno, sabes que si cambias de opinión, aquí estaré y juntas podríamos buscarte a ese hombre –Solté una carcajada, aunque estaba tentada realmente a quedarme y buscar a Noah James, pero tenía un compromiso con mi familia- Ni siquiera me has dicho como se llama –La miré en silencio con algo de duda-

— Creo que escuché decir que se llama Noah o algo así –Le mentí a mi amiga porque conociéndola estoy segura que buscaría bajo las piedras ese nombre y no sé si quiero saber de él, no sé si está casado o tiene novia, si solo está de paso en esta ciudad y yo fui una diversión más en su vida, porque un hombre así seguramente debe tener una novia.

— Bueno tal vez lo mejor es que haya sido todo así –Dijo Celia.

Me sentí decepcionada, de él solo sé su nombre, igual ya no importaba porque hoy mismo regresaría a Chicago y eso no iba a cambiar, mi madre me había ordenado volver y tenía que cumplir con su mandato. Noah James siempre formara parte de mis recuerdos, siempre va a estar en mi memoria, aunque nunca vuelva a verlo.

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