Esa misma noche, en la mansión del CEO Carletti. Él aterrizó el helicóptero, Steven y algunos sirvientes más se acercaron a ayudar a Rouse a bajarse segura. Una vez que Leandro bajó el mayordomo se acercó de inmediato a su joven jefe preocupado. — Señor, sus padres han estado llamando constantemente, tal como me dio la orden, no les he informado de nada. Rouse se acercó a Leandro que escuchaba a Steven atentamente. — Diles que estuve mal, que me siento más cómoda en la mansión de Leandro y le hice volver en contra de su voluntad. — Pidió la hermosa ex modelo, dejándose ella todas las culpas y colocándose como la mala frente a los padres de ese hombre Italiano. Leandro volvió a ver hacia ella sorprendido sin decir alguna palabra, por otro lado Steven negó lentamente con su cabeza. — Señorita Becker, ¿Que cosas dice? No, definitivamente no puede— — Me hice prese
Rouse tomaba el tĂ© en un sector especial del jardĂn donde se habĂa preparado rápidamente una hermosa carpa blanca.Algunos sirvientes se habĂan quedado a los alrededores, pero a una distancia considerable para no escuchar ni una sola palabra de la conversaciĂłn de las dos jĂłvenes mujeres. La bella ex modelo temiĂł que todo eso se saliera de control, ya estaba rompiendo una de las cláusulas del contrato, pero se aferraba a las palabras que anteriormente el CEO Carletti le hizo saber cuándo le dijo que no tenĂa que salir huyendo de Miranda. "Espero que Ă©l no se enoje demasiado, harĂ© que Steven le explique todo por mi… ""No quiero ver la expresiĂłn que hará, ya suficiente con haberlo metido en problemas con sus padres por huir de la fiesta" Pensaba la bella mujer de ojos azules claros, mientras tomaba en sus manos la taza de tĂ© y veĂa el hermoso color dorado del lĂquido. — EscuchĂ© del señor Carle
— ÂżTĂş culpa? — PreguntĂł Rouse siendo directa. Los ojos grandes y cafĂ©s de Miranda Jhons se posaron en la mujer "rubia" que tenĂa en frente. "No estarĂa mal contarle, quizá logre obtener su lástima y su ayuda, eso serĂa grandioso" PensĂł la futura ex esposa de Leandro Carletti. — SĂ, yo no pude darle hijos. — ÂżNo? ÂżPor quĂ© no? — Me casĂ© con Leandro gracias a nuestros padres, le he conocido por muchos años, sin embargo, Ă©l jamás me habĂa prestado atenciĂłn, claramente yo no le interesaba; hice mi sueño realidad al ser su esposa, pero… — Miranda hizo una expresiĂłn llena de dolor mientras cubrĂa su boca ligeramente con su mano. — ¡Lo arruinĂ© todo! OcultĂ© el hecho de que soy estĂ©ril por miedo a que cancele la boda, Ă©l solo se estaba casando para sentar cabeza y formar una numerosa familia. Rouse se sintiĂł mal por esa pobre mujer, no sabĂa si creer o no en sus palabras, pero ella lu
"ÂżJusto?""Ella se atreve a hablarme de lo que es o no es justo, cuando le roguĂ© a ella hacerse un tratamiento y lo rechazĂł una y otra vez" Pensaba Leandro molesto, pero nuevamente, eligiĂł no decir nada por respeto a su ex pareja. — PedirĂ© a Steven que te escolte de la mansiĂłn, por cierto ya ha pasado más del mes que te dĂ, este fin de semana enviarĂ© tus pertenencias a tu familia, ya no tienes que venir aquĂ de ahora en adelante.  Dicho eso Ăşltimo por el CEO Carletti, Ă©l se marchĂł de la sala, dejando a Miranda sola. ••••••••••Una vez la puerta se cerrĂł, Miranda gritĂł con todas sus fuerzas. Maldijo una y otra vez a su ex pareja y las decisiones que tomĂł Ă©l en pleno proceso de divorcio. — ¡Desgraciado Leandro! — GritĂł ella colocando su mano sobre su pecho izquierdo. — ¡¿CĂłmo pudo hacerme esto a mĂ?! ¡Tan humillante! ¡Tan degradante! Yo… ¡CreĂ que era un buen homb
— ¡Ha roto su palabra! — ExclamĂł Leandro alterado. — TĂş eres mi testigo Steven, asĂ que yo tambiĂ©n romperĂ© la mĂa y a partir de ahora quiero a un vigilante siempre con ella, házlo de manera que no se entere y siempre envĂame el reporte. — ExigiĂł el apuesto CEO poniĂ©ndose de pie y yĂ©ndose molesto. "Él solo querĂa una excusa para no quitarle los ojos de encima a la señorita Becker" SonriĂł el mayordomo tras ese pensamiento.  "Ni siquiera han pasado treinta minutos de retraso jaja~ no me quiero hacer ideas incorrectas, pero Ă©l señor le presta inusual atenciĂłn para ella ser vista como solo un vientre en alquiler" PensĂł Ă©l emocionado. "Es una mujer muy hermosa y bastante buena persona, se ve bien al lado del señor Carletti" ••••••••••Poco más de media hora despuĂ©s, Rouse finalmente habĂa llegado a la mansiĂłn del CEO Italiano. — ÂżDĂłnde está Ă©l? — PreguntĂł nerviosa al
— Ya entendimos, que tenga un buen dĂa señora Jhons. — ComentĂł Alice acercándose a Rouse y tomándola del brazo. — Nos tenemos que ir, vamos Señorita Becker. — SonriĂł la mujer asistente de bellos ojos celestes. Rouse asintiĂł y se marchĂł con sus dos servidores. Miranda que veĂa como esas tres personas caminaban alejándose, se diĂł cuenta que habĂa arruinado sola sus planes. "¡Cierto! ¡DebĂ ser amistosa con ella!" PensĂł la mujer de aspecto inocente ahora enojada consigo misma. "Me dejĂ© llevar y la he tomado contra ella, eso solo causará que suba su guardia conmigo, ÂżEntonces cĂłmo me voy a deshacer se ese bastardo en su vientre antes de que lo de a luz?" PensĂł Miranda Jhons llevando su pulgar derecho a su boca y mordiendo su uña de ansiedad. — Señora Jhons, ya hemos llegado, ÂżCuáles son las indicaciones? — PreguntĂł Ă©l hombre a cargo de los otros que le hacĂan compañĂa y la ayudar
Leandro finalmente se enderezĂł, alejándose un poco de la hermosa Rouse Becker. — Me hubieses mandado un mensaje o llamarme, habrĂa venido más temprano y no te hubiera dejado esperar. — ComentĂł Ă©l amablemente. — Es que… — Rouse dudo por unos segundos si decirle el motivo o no. — La Ăşltima vez que te llamĂ©, no me respondiste nada bien, supuse que no te gustaba recibir llamadas que interrumpan tu trabajo; además, esto no es algo que tenga mucha importancia. — Todo lo referente a mi hijo tiene mucha importancia para mĂ. — ConfesĂł el apuesto Italiano comenzando a quitarse el saco. — ÂżEsta bien si me pongo más cĂłmodo? Ella asintiĂł rápidamente viendo como Ă©l se quitaba el saco, chaleco y corbata de tonalidades oscuras que llevaba puestos. "Él huele muy bien…" PensĂł Rouse cuando le llegĂł la familiar aroma."TambiĂ©n bailaba bastante bien la noche que le conocĂ y es muy caballeroso aĂşn
— Rouse, ella no se sentĂa bien, asĂ que no le conocerás hoy. — AdmitiĂł Leandro volviendo a su expresiĂłn pacĂfica. Mason quien ingresĂł a la sala donde estaba su amigo, vio involuntariamente la televisiĂłn que estaba encendida, haciendo de inmediato un gesto de horror. — ¡¿Por quĂ© diablos estás viendo eso?! ¡Quita esa porquerĂa! — ExclamĂł el CEO Miller asqueado. Leandro volviĂł a ver hacia la pantalla con total normalidad. — Cierto, olvidamos apagarla. — ComentĂł Leandro. — Apagado. — Dijo despuĂ©s para que se active el comando de su voz en la pantalla y está se apague de inmediato. — ÂżPor quĂ© ella se sentĂa mal? ÂżNo la has estado cuidando como se deberĂa? — PreguntĂł Mason ya más tranquilo al no ver las escenas de embarazos en esos videos. — Volvamos al salĂłn donde estabas. — PidiĂł Leandro, para ahĂ continuar la charla con su mejor amigo. …..Unos minutos más tarde,