—¿Te gusta el lugar? — Armando había convencido a Ivette para que se escaparán ese fin de semana, quería que Paola se sintiera libre para que guiará al investigador a la casa donde iba a revolcarse con su amante, después de instalarse en el hotel subió con Ivette a la habitación y le hizo el amor como ella quería.Cuando terminó la dejo dormida en la cama, mientras llamaba al investigador para saber a qué hora regresó Paola, había sido todo el día fuera, apretó con fuerza el vaso de Whisky, imaginándola revolcándose en una cama con un hombre que no era él. Los celos lo inundaron, lo mataban por dentro, tenía que calmar su cabeza. Por la mañana despertó con una fingida calma, llevó a Ivette al restaurante del hotel, tomando una mesa discreta.—Si, es discreto— contestó Ivette— pero lo que más me gusta es estar contigo— sonrió sin muchas ganas, había decido salir de la ciudad, porque no quería que nadie los viera juntos. Además, que le quería dar a Paola la libertad para que terminara
En cuanto entro a la oficina sintió como unos brazos fuertes le rodeaban la cintura y la atraían hacía un pecho sólido— no sabes cuánto te extrañé princesa— escucho la voz ronca de Cris sobre su oído— quería ir a tu casa y entrar por tu ventana para hacerte el amor como un loco, y despertar pegado a tu cálido cuerpo, pero no quise provocarte problemas.Paola también deseaba lo mismo, solo que no podía continuar, no sabiendo que Armando ya debía estar viendo la manera de cobrarle lo que le había hecho, aunque pensará que era gay, no creía que perdonaría que lo hubiera golpeado. Tembló al sentir sus labios calientes sobre su cuello, debía hacer que parará porque en cualquier momento alguien podría entrar y descubrir lo que estaba pasando entre ellos.—Cris— dijo con un suspiro al sentir su mano entrar por debajo de su blusa— Cris aquí no, alguien…— no le importó que estuviera hablando, había extrañado tanto esos labios que quería tomarlos, sus dedos se hundieron en su cabello castaño, si
De camino a ascensor puede notar como Cris aun le guiña un ojo, aprieta con fuerza el haza de la bolsa que traía en la mano, como era posible que dijera que la quería a ella y se ponía a coquetear en sus narices con la recepcionista. De pronto siente sus pasos casi pisándole los talones, suben al ascensor sin decir nada, quería esperar hasta que estuvieran solos en la oficina, aquí en cualquier momento podrían ser interrumpidos. Percibe la mirada intensa de Cris, no podía negar que estaba celosa y se lo dejaría muy claro que no podía hablar con ninguna mujer, sabía que se contradecía así misma, pero había sido un error pensar que pudiera verlo con otras y no sentir los celos que sentía en ese momento. Las puertas del elevador se abren al llegar al piso de la oficina, la primera en salir es Paola que es seguida muy de cerca de Cris; —Hola Sandy ya regresé— le dice con amabilidad a su secretaría— ¿algún pendiente? —No licenciada— responde con una sonrisa.—Muy bien, tengo que revisa
Armando no había dejado de pensar en ella, era un fantasma que había vuelto para atormentarlo, le ordenó a uno de sus hombres que investigaran si se había registrado con su nombre y así fue, si había hecho eso entonces debía seguir viviendo en el mismo lugar, sin pensarlo más fue aquella casa donde fue feliz con su primer amor. Ahora miraba la fachada de esa casa, si no hubiera seguido con su venganza tal vez hubiera sido feliz ahí, se acercó con el corazón latiendo con fuerza a la puerta, con su mano temblorosa tocó el timbre, los segundos que espero se hicieron eternos hasta que se abrió y delante de él estaba ella, la vio a los ojos y no encontró sorpresa en ellos. —Sabía que me buscarías, pero no tan pronto— cuando se presentó ante Ivette y el, no noto que seguía igual de bella, o más tenía un tinte de madurez que lo atraía— ¿Qué quieres?—A ti— dijo solamente antes de abalanzarse sobre ella, la tomo entre sus brazos y la besó fuerte y duro como a ella siempre le había gustado.
Los días siguientes Paola estaba más feliz de lo habitual, y eso era gracias a Cristopher, que no dejaba de recordarle cuanto la quería, al llegar a la oficina se encontraba con un detalle, un chocolate, una flor o algo que la hacía sonreír sin querer todo el día. Por el momento parecía conforme con la relación que llevaban, teniendo unos cuantos besos furtivos en la oficina, yendo a su departamento donde le hacía el amor la mayor parte de la noche, donde le dejaba claro que era suya, que le pertenecía en cuerpo y alma. Delante de todos se comportaban como dos extraños algo que se le hacía difícil porque sus cuerpos y sus corazones se llamaban para estar juntos, se limitaban a sonreír discretamente cuando sus miradas chocaban, no podían evitar no revivir algún momento cuando estaban solos, cuando Cris la hacía entrar a su departamento y en cuanto estaba la puerta cerrada el comenzaba a besarla como si hubiera estado en el desierto, como si fuera su oasis para poder vivir.Fueron var
Después de ver a Emma se encontraba pensativo, ¿su madre había sido capaz de mandar hacerle daño al amor de su vida con tal que no dudara en su venganza? Y la respuesta era sí, ella no iba a descansar hasta ver arruinada la empresa. Por su lado comenzó a investigar que había pasado esa noche, pero sus hombres no habían encontrado nada, como si hubieran destruido el expediente de Emma. Se preguntaba porque ese médico la ayudaba, tal vez la había vuelto su amante, no tenía que dar con ella, alejarla de él y hacerla suya, había sentido como aun le correspondía. Pero después de su encuentro se fue de la casa sin dejar ningún rastro de nuevo. Un hombre de traje se sentó junto a él en el bar donde lo había citado. —¿Qué me tienes? — Armando le preguntó al investigador que había seguido a Paola toda la semana, esperaba que en estos días de libertad hubiera cometido un error, de ir a llorar en los brazos de su amante. Si el investigador llegaba con buenas noticias, ya tenía pensado como le
Antes de ir al centro nocturno que Ivette le había propuesto ir, se detuvo en una casa que estaba en el centro de la ciudad, la fachada era de una gran casa antigua del tiempo de la colonia, sus puertas de madera talladas con románticos querubines de sonrisa maliciosas, en su interior se guardaba un secreto.Contaba con varias habitaciones, algunas siendo usadas; en medio de la gran casa se encontraba un jardín hermoso, desde donde se puede escuchar el sonido de la sala donde está en apogeo una fiesta, música, hombres brindando, gritando, riendo en las penumbras, mientras unas chicas casi niñas bailan arriba de una mesa que está en medio de los divanes, deleitando los ojos libidinosos que se encuentra sentados;—Al fin llegas— un hombre alto, sin cabello se acerca a Armando que ha entrado a ese lugar— pensé que no te habrías olvidado de nuestro trato—Eso jamás, ahora más que nunca quiero llevar a la ruina la empresa Alcaraz— estrecha la mano del sujeto que deja de lado el puro que tr
Armando besaba a Ivette, sin mucho entusiasmo, pero quería mantenerla tranquila estos días, mientras organizaba todo para destruir a la empresa y a Paola con ella.No había sido mala idea ir a ese lugar, mientras le hacía el amor no la veía e imaginaba que estaba con Paola, que seguramente estaba en casa de su amiga llorando porque ya no tendría a su amante, pero él se iba a encargar de que nunca volviera.Sin querer recordó a la mujer que había chocado con él cuando entro, tenía una figura hermosa, una que se antojaba mucho.—No sabes cuanto te extrañe— le dijo al oído— me hice mil ideas en la cabeza, pensando que esa mujer fuera una antigua amante y que al volver a ver tu me dejas de querer.Miró al techo, si supiera que de verdad si había ido a buscarla, no se podía engañar la seguía queriendo de una forma diferente que a Paola.—No digas tonterías, tu eres la única— beso su cabeza—no te he demostrado hoy, te complací al venir aquí aun con el riesgo que alguien nos pueda descubrir.