Isaac me contó anécdotas de Tessa y su hermano que hicieron que sonriera mucho ese día. Todavía me costaba trabajo creer que por fin había encontrado a alguien que conoció a mi esposa desde antes y podía darme pistas más adelante. Me quedé con su número de teléfono y su dirección exacta para ir a visitarlo con Tessa.Pasé a mi departamento a ducharme y a descansar un par de horas antes de llamarle a Tessa, aunque no lo hice porque quería sorprenderla.A primera hora de mañana iba a ir directo a ella.En mi pensamiento solo estaba Tessa Morgan. Solo ella.Nadie más.Y mis gemelos, valga la redundancia.Mi departamento se sentía cada vez más triste por la ausencia de ella en él. Antes de conocer a Tessa, pensé sentir lo mismo por Jane en el ámbito de su ausencia en mi vida, pero ahora me daba cuenta que no era tan fuerte como con mi esposa. Es decir, era extraño y sorprendente el hecho de que Tessa comenzaba a ser lo más importante en mi vida. Era como si toda mi vida hubiera estado
—Perdóname…—Perdóname a mí por no haber podido estar ahí para cuidar de ti y de Tessa.—Te enviaré la dirección en mensaje, pero por favor, ven con cuidado.Tras terminar la llamada, detuve un taxi y me fui rumbo al hospital en donde mi hermana estaba. Ya era de tarde, y aunque aún faltaba para el atardecer, estaba oscuro por las nubes grises. Cuando llegué, encontré a Alessandro Santoni esperándome en el estacionamiento. Le pagué al taxista y corrí a alcanzarlo. Le di un abrazo efusivo porque él había estado para cuidar a Adele y no permitir que nada le pasara. El estúpido, de no haberse largado a Sicilia, le habría hecho mucho bien a mi hermana en los años más difíciles.—Gracias por estar al pendiente de mi hermana—dije.—Daría mi vida de ser necesario, no te preocupes—me aseguró.Me senté un momento en una de las sillas en lo que él iba por un poco de café para mí y se encargaba de manipular a una enfermera para que pudiéramos entrar a ver a Adele los dos.Finalmente, me entre
Hasta ese instante, las lágrimas se acumularon en mis párpados y me solté a llorar. Estúpidamente había tenido esperanzas en mi subconsciente de que quizá lo de la sangre fue una simple hemorragia y una amenaza de aborto. Y ahora que todo estaba confirmado, no quería aceptarlo, pero me dolió muchísimo.Me dejaron llorar durante diez minutos e incluso la enfermera pidió salir de la habitación para prepararme algo caliente para beber y tranquilizarme.—El sujeto se llama Noah Birdwhistle y lógicamente no es mi hermano, ni siquiera lo conozco—dije entre dientes y ahogué un sollozo—fue el mejor amigo de mi esposo, Barnaby Flynn y perdió su fortuna por apostar. Y ahora busca vengarse de su ex mejor amigo porque él era el dueño del casino. Le cuento esto por si tienen la posibilidad de llamar a la policía y decirles que me ayuden a contactar a mi esposo…El doctor asintió y me depositó la frazada de la cama sobre los hombros porque no me di cuenta en qué momento comencé a temblar.La enfer
La puerta se abrió y entró Noah Birdwhistle con irritación.—Han estado hablando demasiado y me estoy poniendo nervioso—espetó, rascándose una ceja—no escuché nada, pueden estar tranquilos, pero odio que estén cuchicheando a mis espaldas.—¿Qué otra cosa podemos hacer aquí? ¿Acaso hablar también es un crimen para ti? —carraspeé.—Me ponen de nervios y eso no me gusta. Si ya te sientes mejor, regresarás en donde estabas.—El hecho de que esté tranquilamente hablando, no quiere decir que ya está bien—dijo Doc Mike con amargura.—¿En cuánto tiempo estará bien? —Noah resopló.—Depende de cuándo dejen salir a todos de aquí.—Escucha, anciano, no quieras pasarte de listo porque lo único que conseguirás es que haya un cadáver más, aparte del aborto de ella—me señaló—así que mejor cierra la maldita boca.Más tarde, William entró nuevamente a la habitación para llevarnos algo de comer. Su expresión seguía siendo huraña y desdeñosa, pero cuando me miraba, se suavizaba e imploraba múltiples disc
—En vista de que estás mejor que nunca y que no corres peligro de nada, te mantendré en calidad de secuestrada, puesto que como ya no estás embarazada, no es necesario tener tacto contigo—dijo, entusiasmado y chasqueó los dedos—llévenla al sótano, pero donde no estaba, sino al subsuelo total.—¿Te has vuelto loco? —intervino William.—Y encierren aquí a este idiota. Si intenta salir, ya saben qué hacer—ordenó Noah.Fui arrastrada por dos hombres sin oponerme. Escuché los gritos de William detrás de mí y me negué a llorar. ¿En qué momento fue que me vi envuelta en este desastre que no me competía?Me llevaron a lo que parecía ser una cocina y vislumbré una trampilla en el suelo, la cual la abrieron y Noah me dio un empujón. Estaba todo oscuro adentro.—Entra o te lanzaré por la fuerza.A regañadientes, obedecí. La escalera era de madera y estaba muy vieja y crujió bajo mis pies cuando fui descendiendo. —No veo nada—me quejé.Se escuchó un “clic” y la bombilla antigua iluminó tenuement
—Si quieres tener mi cuerpo, lo tendrás—logré decir sin manifestar miedo ni asco en mi voz ni expresión, aunque por dentro quería morirme—pero a cambio, quiero información.Asintiendo, dio un paso hacia mí, pero yo retrocedí.—No hay trato si no hablas antes—sentencié.—Eres lista.—Gracias.Se sentó en un escalón y yo tomé asiento en el sofá. Ambos frente a frente.—Jane Howe fue una víctima más de la prestigiosa familia Flynn—comenzó a decir—después de que el abuelo de Barnaby me ayudara a salir ileso de un problema con un mafioso italiano, usando a un par de socios muy astutos, Jane no quedó del todo bien porque fue secuestrada por mi enemigo.—Entonces fuiste tú el culpable—musité.—Indirectamente sí, pero yo no hice el trabajo sucio—aclaró.—Explícate.—Jane quedó traumatizada después del secuestro y los Flynn, especialmente los padres de Barnaby, usaron eso a su favor para deshacerse de ella para siempre. La sometieron a fármacos que la hacían alucinar y cuando tuvo un ataque, l
Lo ignoré y me fijé únicamente en la bandeja tapada que guardaba un manjar.—Te traje un poco de lasaña casera, vegetales y gelatina de fresa—comentó al tiempo que depositaba la bandeja sobre la vieja cama, a un lado de mí.Sus ojos grises se encontraron con los míos y del bolsillo de su pantalón sacó un pequeño jugo de manzana con una pajilla. —Come con calma, por favor, o te caerá pesado…Apenas escuché sus palabras cuando me abalancé a la bandeja. Fue una deliciosa probar aquella lasaña hecha por los dioses. No respiré por miedo a que me lo arrebataran y no pudiera comer lo suficiente para saciar mi hambre.William se sentó en el sofá, mirándome con tristeza o lástima. A decir verdad, me valió un rábano. Yo me dediqué a comer lo más rápido que pude.—Tessa…Tragué con dificultad y lo miré con desdén.—¿Qué? —logré decir.—Come con calma—repitió.—Nada me garantiza que volverán a alimentarme mañana—grazné—debo guardar reservas…Estreché los ojos. —Hablas como si de verdad Noah fu
—¿Tessa? —dijo él, sobresaltado. Casi podría jurar que sus preciosos ojos aceitunados estaban entornados y escudriñando a su alrededor, en mi búsqueda.—¿Qué? —musitó su acompañante con extrañeza.—Cierra la boca, creí haber escuchado la voz de…—Barnaby, soy yo, Tessa, aquí estoy, justo debajo de ti—susurré con ansiedad—hay un sótano a mitad de la cocina.—¡Dios! ¿Estás bien? Dime que sí… —exclamó Barnaby y maldijo entre dientes al darse cuenta que había alzado la voz—no logro ver nada, por favor, sigue hablando para buscarte en la oscuridad.—Estoy bien, solo sigue mi voz—continué susurrando. Mi corazón latía a toda velocidad porque sabía de antemano el enorme peligro que eso significaba.De pronto, el ruido de las manos de Barnaby encontrando la trampilla me hicieron respingar.—Te encontré—dijo. Su voz no era alta, pero tampoco baja, sino segura y determinada.Lo escuché maniobrar y a medida que pasaban los segundos, comenzó a estresarse.—Tiene candado—me informó—no hay manera d