De lo que Dan no se enteró en ese momento es que el puñetazo le llegó de parte de uno de los guardaespaldas de Alfa, que al ver a su jefa entre los brazos de aquel hombre le pareció extraño y no dudó en defenderla.

El problema es que se fue al extremo, porque ellos no conciben ver a su jefa con un hombre, así que lo pateó un par de veces, hasta que la misma Alfa lo lanzó lejos.

-¡Idi0ta! ¡No me estaba atacando!

-¡Pero…!

-¡Pero nada, ayúdame a llevarlo a mi auto!

El hombre lo toma como saco de papa y sin ninguna delicadeza lo lleva al auto de Alfa, dejándolo en la parte trasera.

Alfa se va por el café, pasando en medio de los curiosos y de los comentarios sin sentido. Al llegar al auto, deja todo en el asiento del copiloto y se sube atrás, ya que el tonto de su guardaespaldas será qui&eac