EnzoSiempre estuve seguro de que Cyrene es la mujer con quien quiero pasar el resto de mis días. La ceremonia de luna me unió a ella de formas que una boda común no conseguiría, pero no me desagrada la idea de estar con ella de todas las formas creadas posibles.Sin embargo, también estaba convencido de que ella no querría casarse conmigo de ese modo, después de todo, solo hasta hace poco fue capaz de aceptar su destino como mi luna y dejar atrás esos miedos de haber sido hecha solo con el único fin de pertenecerme.Ahora que sé que es una posibilidad a la que no le daría un rotundo rechazo, no me quedó ningún atisbo de duda para preparar este picnic romántico en medio del lago y pedirle que sea mía en todos los sentidos.—¿Celebramos algo especial? —pregunta mirándome con esos hermosos ojos azules que brillan debido a la luz de las velas.—Mmm, ¿acaso tiene que haber un motivo especial para hacer algo así?—No, supongo que no —responde encogiéndose de hombros.Tomo su mano y la llev
Los lobos festejaron toda la noche la ceremonia de matrimonio del Alfa y el Beta de la manada. Ninguno de ellos sospechaba que, entre las sombras, una nueva amenaza los acechaba. En lo alto, la luna llena brillaba con intensidad, sin embargo, ni siquiera la luz de la diosa luna era lo suficientemente fuerte como para que pudiesen ver los ojos azules que los miraban desde la distancia. Una sonrisa se formó en su rostro, porque sabía que había encontrado a los que tanto había perseguido durante años, y ahora nada lo detendría para cobrar su venganza. De pronto, n aullido hizo resonar todo a su alrededor, el lobo plateado salió corriendo a toda prisa de allí, mientras un par de cuervos volaban de entre los árboles, dejando la advertencia de su venida.
Hace más de veinte años que no vengo a este endemoniado pueblo. Numore Falls era un recuerdo borroso de mi pasado más tierno, cuando solo era una pequeña niña. Ya sabía que tendría que volver algún día, y aunque la idea no me emociona del todo, sé que estoy aquí por una misión en especial: cazar a la manada de hombres lobo que se ha asentado en este pueblo.Mucho se dice de los hombres lobo que habitan este lugar. Llevan siglos en guerra con los de mi clase, el gremio de cazadores. Creímos que los habíamos eliminado a todos, pero ahí están, volviendo a aparecerse como cucarachas, rehusándose a morir o a largarse.Cuando mi moto atraviesa la frontera de la entrada del pueblo siento un escalofrío recorrer mi espalda. Hace demasiado frío, pero no me importa en realidad. Con mi chaqueta de cuero negra puedo soportarlo.El camino a los lados está franqueado por un bosque espeso, puedo incluso oler el aroma del césped húmedo. Atravieso el puente que pasa por encima del río y finalmente lleg
Es la primera vez que ver a una víctima me descoloca tanto. Un par de lágrimas se escapan de mis ojos sin que pueda controlarlas. Sé que es tonto decir que me duele su muerte, como si lo conociera de toda la vida, sin embargo, siento un dolor en mi pecho que oprime y no me deja respirar.Trato de tomar aire para tranquilizarme. Las temperaturas han descendido demasiado, puedo ver el vaho de aliento cálido escapar de mi boca cada vez que respiro agitada. Limpio mis ojos con el dorso de la mano y saco de la mochila que traje a mis espaldas un par de guantes.Necesito confirmar si este hombre ha muerto a manos de un hombre lobo.Levanto la cabeza hacia el cielo nocturno. Los árboles casi no me dejan ver, aún así, sé que todavía no hay luna llena. Es extraño. Ellos no pueden transformarse sino hasta ese momento. Y para eso aun faltan un par de días.Volteo su cuerpo con mucho cuidado. Algo dentro de mí dice que le debo respeto. Está totalmente destruido, todo es un mar de sangre y víscera
Me niego a creer que se trate del mismo hombre, sin embargo, todo lo que me gustó de él en un principio sigue ahí. Esos ojos, su cabello despeinado, ese cuerpo que ahora puedo detallar un poco más sin la chaqueta que llevaba.—¿Cómo es posible? —susurro.Hace unas pocas horas creí que estaba muerto, incluso lloré por él. ¡Qué tonta! ¿Cómo no pude darme cuenta antes de lo que era? Es obvio que me cegué por su atractivo.—Ella no pudo haberle hecho eso a Connor —dice mientras mantiene su mirada fija en mí. Su expresión ha cambiado. Antes me había mirado con picardía, interés, incluso algo de deseo, pero ahora me mira con desprecio.—Pero Enzo, ella…—¡Te he dicho que no! ¡Mira su cadáver! ¡Míralo! —gruñe con los puños apretados.Alarick, quien antes parecía muy alzado, ahora baja la cabeza y no vuelve a refutarle nada más.Da media vuelta para alejarse de la jaula, ¿de verdad pretende dejarme aquí?—¡Espera! —lo llamo.Él se da media vuelta y me mira solo de reojo.»Libérame o mátame —e
Desde que le dije mi nombre, Enzo decidió que no me dejaría ir. Aquello era obvio desde un principio, no sé cómo pude ser tan tonta como para confesarle mi nombre real. Este lobo tiene algo que todavía no logro descifrar qué es, simplemente es algo que me atrae hacia él, que me hace obedecerlo, aunque no quiera. No lo entiendo, es extraño, y, sobre todo, peligroso. Encerrada en esta jaula he visto como el astro nocturno avanza hacia el paso de su ciclo a la luna llena. Mis chances de huir se hacen cada vez más reducidos; nadie me dice que pasa, solo de vez en cuando logro ver a Enzo ir y venir con algunos de sus perritos falderos, y se niegan a contestar a mis preguntas. Los intentos por escapar también se han visto frustrados, dado que siempre hay un guardia observando cada uno de mis movimientos las veinticuatro horas. Al menos he tenido la suerte de que el Beta, Alarick, no ha vuelto a acercarse a mí. Tres días han pasado donde me he mantenido con lo poco que se dignan a darme
No consigo recuperarme del shock de lo que acabo de escuchar, ¿Qué soy qué cosa?Para mí no es un misterio las jerarquías sociales de los lobos, como cazadora me he topado con todo tipo de ellos, sin embargo, pocas veces he escuchado sobre las “lunas”. Algunas leyendas cuentan que se trata de la otra mitad del alma gemela del Alfa, pero la verdad es que nunca me he topado con una de ellas; en especial porque se supone que son mujeres loba, algo rarísimo de ver en la naturaleza. Y estoy completamente segura de que yo no lo soy.Enzo se envuelve bien en la manta para cubrir su cuerpo, y de la nada me toma del brazo con un poco de fuerza.—¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame! —grito.—No voy a soltarte, has sido tan estúpida como para escaparte en plena luna llena. Tienes suerte de que te haya escuchado a la distancia.Levanto la mirada al cielo mientras él me lleva a rastras de vuelta a la casa. Todavía está la luna llena en lo alto, no comprendo cómo es que pudo transformarse todavía estand
Las horas pasan increíblemente lento para mi gusto. No puedo estar segura de que ya se haya puesto el sol, lo único que puedo hacer es pegar mi oído y escuchar atenta a que no haya nadie.Enzo no volvió a buscarme, y eso, a decir verdad, me molesta.Introduzco la llave una vez más y abro con sigilo. Me asomo con cuidado igual que anoche. La cabaña está en la penumbra. En el suelo de madera se pueden ver las marcas de las garras que dejó el lobo que quiso atacarme anoche. Trago en seco y me estremezco solo de recordarlo.Me asomo por la ventana que da hacia afuera. Algunos de ellos se encuentran afuera asando algún animal mientras están sentados alrededor del fuego.No puedo escapar por ahí, me verían. Doy la vuelta para buscar otra salida. Y entonces escucho los pasos de alguien que está por entrar.Salgo corriendo y me meto en la primera puerta abierta que consigo. Todo está demasiado oscuro como para ver algo. Me quedo agazapada ahí hasta que vuelve a irse.—Eso estuvo cerca —susurr