El día especial había llegado, Pamela estaba emocionada y sentía que podría ponerse a llorar a moco suelto cuando estuviera a punto de llegar a Oliver y tomar su mano. La muchacha además de ser un manojo de nervios, también era invadida por la tristeza, porque su madre no podría estar con ella de ninguna manera en ese momento tan especial, los tiempos no habían coincidido... pero se quedaba con la idea de que la mantenía viva en sus recuerdos y en su corazón. Percy maulló apareciendo en la habitación que estaba siendo ocupada por ella. Aún no llegaba el equipo que se encargaría de peinarla, arreglarla y todo lo concerniente para su preparación. Por eso durante esos minutos seguía en un estado de reflexión pensando en todo lo que pasaría de ahora en adelante. Acarició a la gatica, era bastante raro que con solo tocarla un poquito, aminoraba toda esa ansiedad que se esparcía a través de su ser. Caroline apareció pronto. Ella también necesitaba arreglarse. Ana estaba junto a los niñ
Cerdeña, Italia. Transcurría mayo, el cálido verano en familia. Pamela tenía la suficiente inspiración allí para recargarse y luego pintar un hermoso cuadro que reflejara, lo bien que se la estaba pasando durante la luna de miel. Los niños también estaban felices de estar con ella. Existía una necesidad increíble por pincelar odo lo que estaba viviendo ahí, atesorarlo para siempre dentro de sus recuerdos. Al fin podía respirar el aire marítimo y estar en Italia. Un lugar mágico y hermoso, ya tenía la galería repleta de fotografías. —Espero que te la estés pasando bien, deberías posar y dejar que te tome una fotografía con la vista de fondo. ¿Bien? —No, no creo que sea necesario Oliver. Además, mira a todas esas personas viéndonos —masculló. Oliver acarició su mejilla. —Supongo que todavía sigues siendo una chica tímida, oh vamos, solo posa para la foto —la animó. Finalmente Pamela había accedido y gustosamente capturaba el momento. Después de eso regresaron al hotel, una chic
La primera vez que había tocado el suelo italiano se sintió perdida, como si no podría nunca encajar en un lugar diferente al que había conocido, ciertamente, echó de menos lo que conocía antes de terminar encerrada en ese sanatorio, ahora volvía a tener la oportunidad de vivir, de recuperar lo que perdió en un chasquido de dedos injustamente, ella por fin divisaba los rayos de luz, miraba el amanecer y contemplaba el atardecer junto a dos personas que le brindaban protección y cariño, justo lo que idealizó en su imaginación y creyó nunca vivir. Mar, era una joven emocionada de poder estar al lado de ellos dos. La habitación que se le había presentado como suya por primera vez, al estudiarla la dejó perpleja, no había una cosa faltante en esa recámara que se volvió de ensueño. Poco a poco a lo largo de esos meses, se fue sintiendo cómoda y familiarizada con lo que tenía en su presente adornado de colores y lejos del blanco y negro que siempre lo opacó. Sabía de antemano que los día
Años después...Comenzó a gruñir cuando la fastidiosa de su hermana se subió sobre su cuerpo y empezaba a moverlo de un lado al otro, ese zarandeo con el objetivo de que despertara; él obviamente era consciente de lo tarde que se le haría si no abría los ojos, pero ella no tenía que hacer eso, no dejaba de hacerlo desde que era una chiquilla, ahora con dieciséis seguía con ello. —Olivia, ya te dije que no deberías hacer esto. —Ay hermanito, despierta de una vez por todas, no quiero llegar tarde por tu culpa —la curiosa Olivia sintió un bulto, algo extraño —. Asthon, ¿por qué...El joven se la quitó de encima antes de que siguiera preguntando. Inevitablemente Olivia había caído y se quejó, además de soltar varios improperios, cosa que Asthon le recriminó. No tenía que ser grosera. —Olivia —la asesinó con sus ojos verdes aceitunas. Ella sonreía inocente, como si no había hecho nada —. Sal de mi habitación. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no entres sin mi permiso y mucho menos pa
—¿Y cómo quedó? —acercó la cuchara a sus labios para que diera una probada. Elevó un pulgar antes de dar su aprobación. —Me encanta —soltó con una sonrisita. Asthon también estaba satisfecho. Había hecho un gran trabajo. Caroline era buena en darle buenas lecciones de cocina, se lo debía, gracias a ello pudo aprender a preparar esos platillos. —Siendo así debería guardarle un poco a mamá —emitió, orgulloso por lo que hizo. —Me parece bien —emitió robándole un trozo de pollo y él la miró mal —. Lo siento, está bueno. —Aún así, mantén los modales. —¿Por qué eres así? Siempre tan exagerado, ¿podrías servirme un poco? Lo hizo y pronto le puso un platillo frente a ella. A Olivia se le iluminaron los ojos al ver la comida. —Deberías ir empacando alguna de las cosas que tendremos que llevar a ese campamento, será en pocos días, yo me prepararé de antemano —añadió. —Estoy emocionada por eso, no sé qué sería de mí si no tuviera a un hermano tan inteligente. —Deberías meditar entonces
Mientras Ashton estaba en la preparatoria, su cabeza divagaba en todo eso que lo tenía completamente aturdido la verdad sobre su pasado, la razón por la que a veces se sentía un poco lejano a los que consideraba sus padres, porque después de todo ellos no eran sus progenitores de verdad. No quería seguir andando por ese rumbo que le hacía daño, en su vida nunca le había faltado nada, ni siquiera amor y cariño de parte de Pamela y Oliver... por eso sería bueno descartar la idea de indagar más sobre ese asunto y preguntarle a ellos.¿Realmente podría cambiar el presente esa parte que se le había ocultado? Sin poder evitarlo pensó en su mamá biológica y su padre, o la razón por la que terminó en esa casa, así como el por qué ellos decidieron adoptarlo.Todas esas preguntas lo aventaban nuevamente a seguir buscando en el pasado. Ni siquiera podía probar un solo bocado de su desayuno, la comida dejaba de ser apetecible, se le cerraba el estómago aún clavado en lo que escuchó a escondidas
—¿Puedo saber que sucede ahora? —se presentó su abuela para sorpresa de ambos. —Yo... Me estoy disculpando con Olivia, tal vez fui un poco duro con ella hace un momento, pero ya sabes cómo es ella de rencorosa, siempre se encierra en su habitación y no saldrá de allí hasta que le venga en ganaCaroline negó con la cabeza y se llevó una palma a la frente, no era la primera vez que esos dos discutían, parecía ser el pan de cada día, así como se amaban, también se odiaban, las típicas discusiones entre hermanos, que no faltaban en su día a día. —Olivia hazme el favor de salir y acepta las disculpas de Ashton, lo está haciendo de todo corazón, no seas grosera con él. ¿No ves que no tuvo la intención de hacerte sentir mal? —Abuela no quiero verlo. Él es tan cruel... ¡Espero de todo corazón que nunca consiga una novia! El aludido terminó dándose por vencido y se volvió a su habitación, otra vez, no quería seguir perdiendo el tiempo con ella. Una vez ahí, se tiró sobre la cama. Habían cu
Ashton no pudiendo negarse se quedó con Olivia cuidando de ella, sí que sufría de dolores menstruales, eso siempre pasaba. —Solo masajea la zona —le pidió tomando su mano, para que la dejara sobre su abdomen, Asthon hacía todo lo que pedía, ella satisfecha hacía ciertos sonidos que se interpretaban de otra manera en la cabeza de Asthon, por lo tanto, un poco incómodo se ponía —. Gracias, lo haces tan bien. Se aclaró la garganta. —¿Sabías que nuestros padres se fueron a Los Ángeles y no vendrán sino hasta dentro de unos días? —Sí —se desinfló —. Mamá vino a darme un beso de despedida, asegurando que volverían pronto. Tu puerta tenía seguro y no pudo despedirse de ti, ¿qué ocultas? La picardía con la que lo miró, hizo que se enfadara. —No digas tonterías. ¿Ya te sientes mejor? —Sí, en serio tus toques son mágicos. —Olivia —elevó la voz —. Deberías asegurarte de comprar en la farmacia medicamentos para tu dolor, y no me vengas con que se te olvidó, ya que siempre sucede. —Sí, lo