Mientras Ashton estaba en la preparatoria, su cabeza divagaba en todo eso que lo tenía completamente aturdido la verdad sobre su pasado, la razón por la que a veces se sentía un poco lejano a los que consideraba sus padres, porque después de todo ellos no eran sus progenitores de verdad. No quería seguir andando por ese rumbo que le hacía daño, en su vida nunca le había faltado nada, ni siquiera amor y cariño de parte de Pamela y Oliver... por eso sería bueno descartar la idea de indagar más sobre ese asunto y preguntarle a ellos.¿Realmente podría cambiar el presente esa parte que se le había ocultado? Sin poder evitarlo pensó en su mamá biológica y su padre, o la razón por la que terminó en esa casa, así como el por qué ellos decidieron adoptarlo.Todas esas preguntas lo aventaban nuevamente a seguir buscando en el pasado. Ni siquiera podía probar un solo bocado de su desayuno, la comida dejaba de ser apetecible, se le cerraba el estómago aún clavado en lo que escuchó a escondidas
—¿Puedo saber que sucede ahora? —se presentó su abuela para sorpresa de ambos. —Yo... Me estoy disculpando con Olivia, tal vez fui un poco duro con ella hace un momento, pero ya sabes cómo es ella de rencorosa, siempre se encierra en su habitación y no saldrá de allí hasta que le venga en ganaCaroline negó con la cabeza y se llevó una palma a la frente, no era la primera vez que esos dos discutían, parecía ser el pan de cada día, así como se amaban, también se odiaban, las típicas discusiones entre hermanos, que no faltaban en su día a día. —Olivia hazme el favor de salir y acepta las disculpas de Ashton, lo está haciendo de todo corazón, no seas grosera con él. ¿No ves que no tuvo la intención de hacerte sentir mal? —Abuela no quiero verlo. Él es tan cruel... ¡Espero de todo corazón que nunca consiga una novia! El aludido terminó dándose por vencido y se volvió a su habitación, otra vez, no quería seguir perdiendo el tiempo con ella. Una vez ahí, se tiró sobre la cama. Habían cu
Ashton no pudiendo negarse se quedó con Olivia cuidando de ella, sí que sufría de dolores menstruales, eso siempre pasaba. —Solo masajea la zona —le pidió tomando su mano, para que la dejara sobre su abdomen, Asthon hacía todo lo que pedía, ella satisfecha hacía ciertos sonidos que se interpretaban de otra manera en la cabeza de Asthon, por lo tanto, un poco incómodo se ponía —. Gracias, lo haces tan bien. Se aclaró la garganta. —¿Sabías que nuestros padres se fueron a Los Ángeles y no vendrán sino hasta dentro de unos días? —Sí —se desinfló —. Mamá vino a darme un beso de despedida, asegurando que volverían pronto. Tu puerta tenía seguro y no pudo despedirse de ti, ¿qué ocultas? La picardía con la que lo miró, hizo que se enfadara. —No digas tonterías. ¿Ya te sientes mejor? —Sí, en serio tus toques son mágicos. —Olivia —elevó la voz —. Deberías asegurarte de comprar en la farmacia medicamentos para tu dolor, y no me vengas con que se te olvidó, ya que siempre sucede. —Sí, lo
Olivia negó por enésima vez, no le creía a Asthon, era imposible que ellos no fueran hermanos, después de que le soltara aquello le pidió que no revelara nada que por su cuenta había descubierto la verdad, y aún no le confesaba a sus padres que lo sabía todo. Luego venía el beso a su memoria, que no debía atesorar sino odiar. No era correcto en ningún sentido. Se acarició los labios. Su toque seguía presente con ahínco, haciendo que se sintiera bien y mal. ¿Cómo rayos era capaz de hacer algo así? No lo comprendía. Nada entendía.Los días posteriores lo estuvo evadiendo tanto que ni siquiera se fue con él a la preparatoria, tomando por su cuenta un taxi incluso se subió un par de veces en el bus. Ashton, lo estaba dejando pasar, su hermana necesitaba tiempo para aceptar la noticia. Para nadie era fácil enterarse y comprender que estuvo toda su vida siendo engañado. —Chicos, la clase de hoy se va a centrar sobre los aspectos culturales de nuestro país. Les recuerdo que mañana será
Asthon negó con la cabeza. Probablemente quien había ocasionado los ruidos había sido él, quien después de dar vueltas y vueltas dentro de la tienda no lograba conciliar el sueño. Por eso decidió salir y tomar una caminata alrededor. Pero todo estaba tan a oscuras que volvería a la carpa. Al final se percató de que Olivia intentaba salir y ahí estaba. —No te quedes callado y deja que duerma contigo, no podré descansar en toda la noche si me quedo sola —volvió a poner sus palmas juntas rogándole, haciendo que cayera otra vez—Supongo que no me puedo negar y seguirás insistiendo hasta conseguirlo, vayamos adentro pronto, antes de que algún profesor nos vea aquí afuera, no queremos recibir ningún regaño. ¿No es así? —apremió, como una niña pequeña entró junto a él. Menos mal la tienda era bastante espaciosa y podrían dormir sin ningún inconveniente los dos juntos. No era necesario que ella se pegara tanto a él, pero no pudo evitar acurrucarse en su espalda cálida. Le gustaba ahí, se se
Asthon se desvió de casa, no volvería pronto, en lugar de eso, fue a un café. Ese día había decidido contarle a sus padres que sabía toda la verdad, que conocía su origen verdadero, resultando una falacia pesada que se desmoronó sobre él.Pero no tenía el valor necesario para hacerlo, le costaba mucho encontrar la determinación. Animado por Olivia no sé daba por vencido, la joven a cada rato le recalcaba que tenía que sincerarse. —Oh, lo siento mucho —soltó al tropezar con una mujer, ella era alguien joven y de abundante cabello. —No te preocupes —emitió sin enfadarse por el incidente, Asthon inevitablemente conectó con sus ojos, a ella le pareció familiar. Tal vez solo la estaba confundiendo con alguien más. —¿Nos conocemos? —curioseó antes de que un tipo alto hizo acto de presencia colocándose al lado de la fémina, claramente posesivo —. De seguro no, con permiso. La mujer alcanzó a leer la inscripción de su uniforme, por eso se quedó congelada y su prometido ya le preguntaba s
—Papá, mamá...Ambos estaban en medio de la sala tomando café y conversando sobre una reunión pautada para el día siguiente. Pamela fue la primera que se giró para ver a su hijo y darse cuenta de que se expresión lo decía todo. Algo le ocurría. Oliver también le prestó atención. Asthon por dentro era todo un manojo de nervios, inseguro sobre lanzar la bomba o postergarlo un poco más, al final se sentó frente a ellos. Entrelazó las manos y no los miró, hasta conseguir la valentía y determinación que ya escaseaba otra vez. —Asthon, ¿ha sucedido algo? No me digas que tu hermana otra vez se ha metido en problemas en la preparatoria —se precipitó su madre, ya que la joven era quién siempre solía ser rebelde. —No, no se trata de ella, sino de mí. Oliver negó. —No creo que hallas echo algo malo. Siempre mantienes la compostura. —¡No se trata de eso! —elevó la voz sin darse cuenta y se arrepintió al instante, sus padres lo miraban con la expresión desconcertados —. Lo siento, pero no
Olivia durante la clase no dejó de pensar en su hermano. Asthon la estaba pasando verdaderamente mal, quería estar cerca de él y darle apoyo. Intentó centrarse en la actividad y no pudo. Pero no deseaba ir a verle, no cuando él mismo dijo que necesitaba espacio. Así que, tomándolo en cuenta, no deseaba irrumpir en el departamento. Lo extrañó más, cuando durante la madrugada se fue a su habitación y se quedó ahí intentando dormirse en su cama, pero con su ausencia, no lo consiguió. Pamela tampoco pudo dormir, daba una caminata con la intención de conciliar el sueño, pero no lo logró. Ella también fue a la habitación de Asthon, y se encontró con su hija en posición fetal. Olivia también lo echaba de menos. —¿Estás dormida? Se tensó al ver que su madre entró. Así que fingió dormir, sin embargo no pasó mucho, cuando fue delatada por su respiración. Pamela se quedó sentada en la orilla de la cama. Sabía que Olivia no dormía. —Olivia, no me digas que aún sigues enfadada conmigo. Lo s