—Oliver, ¿qué me cuentas? —Algo terrible estaba pasando y siento que si no lo hablo, voy a explotar —declaró dejando al otro con preocupación. —A ver, qué ha pasado. —Diana está embarazada —reveló. —¿Qué? Inmediatamente el hombre pensó en lo que pasó con ella. Esa vez que estuvieron juntos. Le preguntó a Oliver sobre el tiempo que tenía la joven de embarazo, pero este no supo responder. —Tomas, esto es un gran problema para mí. —No me digas que tú y ella... —sacudió la cabeza, no tenía sentido —. No, olvídalo.—Sí, esa anoche estaba pasado de copas y no era consciente de lo que estaba pasando. Tomas se llevó una mano a la frente. —Así que estuviste con ella y ahora está embarazada —concluyó —. Yo... Nunca te dije que ambos estuvimos juntos, eso es algo que pasó no hace mucho. —¿Qué? Diana... Esa mujer... —vociferó molesto —. ¿Qué pretendes hacer verme con eso? —Diana es astuta, quizá el bebé que espera es mío, no tuyo, no te dirá la verdad, después de todo es algo que lo q
Un accidente automovilístico era lo que a Oliver le ocurrió, Pamela no dejaba de preocuparse y su suegra intentaba calmarla, le repetía sin parar que debía mantener la tranquilidad y soltarse de todo tipo de pensamientos negativos, porque no le pasaría nada malo a Oliver. Ni ella misma estaba segura, solo intentaba dejarla más estable, ya que alterarse no era nada bueno. ...Al rato, el doctor les explicó sobre su estado. Pamela presente, miraba al especialista con los ojos inyectados de temor. Caroline no dejó nunca de tomar su mano. Antoine ya se hacía cargo del papeleo, y todo lo concerniente al pago. —Disfunción cerebral, es ocasionada por un impacto externo, generalmente un golpe violento en la cabeza. El paciente Oliver Buckland lo ha sufrido. En este caso puede ser temporal o durar décadas, es incierto saber hasta cuándo no podrá recordar, el cerebro es bastante complejo y por eso no puedo decir con certeza el momento en que eso suceda. —Doctor, ¿nos está queriendo decir q
Pamela atendió, después de tomar el desayuno y estar lista para ir a la clínica junto a los padres de Oliver. —¿Cómo está Oliver? —Tomas, discúlpame si no te había llamado para informarte sobre Oliver, es que todo ha sido repentino y no me sentía bien. Él está estable, el doctor ya nos dijo lo que tiene y solo queda pedir por su pronta recuperación...La charla se extendió un poco más hasta que la muchacha le avisó que tendría que colgar, porque ya estaba de salida, el hombre al otro lado de la línea, lo comprendió y quedó en llamarla más tarde, además prometió que tomaría un avión a la ciudad lo antes posible. Quería estar cerca de su amigo, verlo mejorar. Caroline y Antoine vieron a Pamela un poco más animada. Aún faltaba para que estuviera completamente bien, pero ya era un avance. —¿Has comido? —Sí, por cierto, muchas gracias, estaba deliciosa —comentó a su suegra, mirándola a través del espejo retrovisor. Caroline le dedicó una sonrisa complacida por su cumplido. Lo poco
Tomas llegó a los días, pasando directamente a la clínica, último día que Oliver tendría que pasar en ese centro. También había decidido irse al piso, en lugar de la casa en la que estaba Pamela. Sabiendo esto los padres de Oliver le aconsejaron a la muchacha que no lo dejara solo, que también se quedara en el piso con él, definitivamente sería algo a lo que se negaría y más cuando la estaba evadiendo con locura, pero sería insistente. —Tomas —lo saludó, a él también lo recordaba —. ¿Por qué te has tardando tanto en llegar? —No ha sido mi intención, sucede que el vuelo se retrasó por motivos ajenos. Lo importante es que estoy aquí. ¿Te sientes mejor? —¿Un vuelo? —Sí... —alargó la respuesta, confuso, más al verlo arrugar el entrecejo, ¿qué no había comprendido? Luego recordó su problema —. Oh, es que tuve que viajar desde California a New York. Allí es donde resido actualmente. —Supongo que también me olvidé de eso, lo siento. —No te preocupes que lo entiendo a la perfección. ¿Y
La noche llegó con rapidez absoluta, Oliver se dirigió a la cocina para prepararse algo de comer. Aunque no tenía un hambre voraz y se inclinó por la idea de saltarse la comida, no era sano, tenía que alimentarse por su propia bien. En ese momento lo llamó su padre y le informó que había conseguido una enfermera, la misma, parecía estar de acuerdo con todo los requisitos y comenzaría al siguiente día.No le prestó mucha atención a lo que le dijo y simplemente estuvo de acuerdo. Una cosa que detestaba era a alguien más invadiendo su espacio, quitándole todo tipo de privacidad con la que le gustaba vivir y no siendo invadido.—Padre, ¿puedes pedirle a mi madre que venga? —Sí, lo haré. ¿Necesitas algo en específico? —Sería genial que viniera y se quedara conmigo esta noche. —Sinceramente pensé que preferías quedarte a solas, pero no tengo ningún problema en decirle para que te vaya a ver, creo que estará encantada después de todo —expresó. —Bien, te lo agradezco. Se mordió la lengua
Pamela, esa noche empezaba a dar vueltas y vueltas sobre la cama, sin poder dormirse, sabía que no sería fácil conseguir el sueño y aún así lo estaba intentando. Era otra noche más que se sumaba a los días en los que solo el insomnio reinó. Se sentía tan triste, con el corazón roto, partido en miles de pedacitos. ¿Qué tenía que hacer para volver a ser la dueña de su corazón? Necesitaba encontrar de nuevo la manera de recuperarse de todo eso.Tal vez ellos dos jamás debieron encontrarse, no estaría sufriendo así, se le pusieron acuosos los ojos de solo saber que nada sería hermoso como pensó. La tormenta no parecía tener intenciones de aminorar. Sacudiendo su vida y poniéndola en una situación en la que se sentía apresada. Su corazón no soportaría tanto así. Pamela se quedó al filo de la cama, mirando en un punto fijo de la habitación, después tomaba su teléfono y se miraba tentada a marcarle, revisar los últimos mensajes que había recibido de Oliver lo hizo extrañarle aún más. Él
Las emociones de Oliver habían sido revueltas con solamente esa ecografía, una que guardaba un profundo significado del cual era consciente, pero que ahora no podía recordar, su madre se sentó a su lado antes de abrazarlo sobre los hombros y transmitirle ese cariño que tanto necesitaba. —Madre... —Esa ecografía pertenece a Pamela, es la que se le hizo, obviamente no lo recuerdas pero ese día la acompañaste y supongo que la traías contigo en alguna de tus pertenencias. ¿Cómo te sientes al ver la foto? —le preguntó su madre sin dejar de verlo y Oliver no supo que responder, habían muchas cosas sucediendo dentro de él, pero dejarlo salir era complicado, un acto demasiado complejo que no podía llevar a cabo cuando él mismo se enredaba. Antes de poder darle una respuesta habían tocado la puerta, fue en ese momento cuando todo terminó.Era la enfermera que cuidaría de Oliver durante esas semanas. La mujer era morena, delgada y cruzaba ya los cuarenta años, se mostró amable de inmediato
Pamela tuvo que sentarse en el sofá, antes de procesar el hecho de que esos dos se estaban viendo, no había una razón en la que pudiera pensar para que Diana se viera con Oliver, aunque luego de su admisión sobre querer adueñarse de él, no le cabía duda de que se estaba aprovechando de la situación, probablemente ya sabía que Oliver había perdido la memoria y por eso se estaba aprovechando de él. Lo único que la joven podía hacer en ese momento era llamarlo al teléfono y hacer el intento de acercarse, porque tantos pasos atrás y dejándose llevar por el retroceso, solo había conseguido que los demás se aprovecharan de Oliver. Ya lo estaba llamando pero sí Oliver aún la tenía agendada en el teléfono entonces ni le contestaría. Como era de esperarse, no tomó la llamada, lo intentó varias veces y todos resultaron fallidos, al final Pamela se rindió. Así que se armó de valor para ir hasta su piso, quería verlo, hacer el intento de solucionar las cosas entre ellos y obtener su permiso pa