«Gabriela Lee, de tan solo veintitrés años, fue hallada en el baño de su domicilio, casi sin signos vitales. El dueño del edificio en donde vivía la llevó inmediatamente al hospital más cercano pero ya era demasiado tarde, la chica falleció después de los intentos de parte de doctores por salvarla». Oliver le arrebató el teléfono a la joven, al darse cuenta de que todavía seguía clavada en ese asunto, no le hacía bien estar leyendo cada nota o publicación sobre lo sucedido, eso le afectaba emocionalmente, por lo tanto la tiraba a la depresión, era consciente de lo mucho que Pamela se había visto triste y además de eso hundida en la profunda desazón por el caso de Gabriela. —Por favor te lo pido de todo corazón, no sigas pensando en lo mismo, eso no te hace bien, también me preocupo demasiado por ti, quiero que consigas estar un poco estable, es imposible si continúas por el mismo rumbo —emitió —. Nada se puede hacer, ella tomó una drástica decisión, quién sabe por todo lo que pasaba
—No, no es así. Pero míralos, ahora sí se quieren. ¿Por qué seguir dándole vueltas al mismo tema? No voy a mentir que me decepciona un poco que Oliver me haya mentido, pero no quiero molestarme por eso —declaró observando a Pamela —. Pam...—Antoine... —contestó bajito. Lo vio. —¿Te has enamorado de Oliver y quieres definitivamente pasar el resto de tu vida con él? Incluso si no estuvieras embarazada, ¿mantendrías la firme decisión de seguir a su lado porque lo quieres? La aludida miró a Oliver y sonrió. —Es un gran hombre, no quiero irme de su lado, así que le suplico a los dos para que por favor aprueben nuestra relación, que me permitan una sola oportunidad, no voy a decepcionarlos —insistió. Oliver había tomado la mano de Pamela y así transmitirle tranquilidad a la chica, pero ella en esa instancia se soltó de su agarre dulce, antes de ponerse en pies y dirigirse a Caroline. —Lo siento, le pido perdón, por favor acéptelo —emitió antes de darle un abrazo al que la madre de Ol
Tomas, estuvo pensando sobre llamar a Pamela y preguntar cómo estaba o limitarse a dejarlo pasar un día más, nunca había querido tanto ponerse en contacto con ella y preguntar sobre cómo se encontraba, pero luego de recordar que la razón por la que estaba en esa ciudad era para olvidarla, se le pasaba, no veía conveniente entonces ponerse en contacto con la muchacha, aunque sus intenciones solo eran informarle sobre su estado y saber de ella. Él, había estado trabajando desde allí, acostumbrándose poco a poco a esos lares, aunque no terminaba por sentir que encajaba. En todo caso todavía era muy poco tiempo para encontrarse en ese punto. Se quedó mirando el mar, alguien tropezó con él y le pidió disculpas de inmediato. Se giró para verla, recibiendo de su parte un "lo siento" por lo ocurrido. Era una desconocida, pero que lo aturdió. —Lo siento, es mi culpa por estar mirando el teléfono todo el tiempo. ¿Está bien? —quiso saber mirándolo completamente avergonzada, a lo que Tomas si
Dos horas después salía del hospital, a lo lejos divisó a Oliver caminando a la par Pamela. Como si su día no pudiera ir peor tenía ahora que mirarlos a ellos dos juntos, los aborrecía tanto. Claro, ellos habían ido por lo de la ecografía. No había otra explicación. Inevitablemente la mujer se llevó una mano sobre su abdomen y apretó con dureza la zona, le había sido arrebatada una oportunidad, pero eso no significaba que debía dejar de luchar. Era hora de usar ese comodín. El plan "b" llevaba su nombre: Mar. Diana se acercó a ese sanatorio, pidió hablar con Mar. Uno de los cuidadores ya le había informado que la muchacha estaba durmiendo en una habitación alejada del resto, todo esto para intentar cubrir un poco su embarazo, ocultándola lo mejor posible de lo demás, tapando la realidad que vivía la joven. —Quiero verla —rugió —. No me interesa si ella se encuentra durmiendo, solo es cuestión de que la despierten, urgentemente necesito comunicarme con Mar. Y ya no me hagas perde
—Oliver, ¿qué me cuentas? —Algo terrible estaba pasando y siento que si no lo hablo, voy a explotar —declaró dejando al otro con preocupación. —A ver, qué ha pasado. —Diana está embarazada —reveló. —¿Qué? Inmediatamente el hombre pensó en lo que pasó con ella. Esa vez que estuvieron juntos. Le preguntó a Oliver sobre el tiempo que tenía la joven de embarazo, pero este no supo responder. —Tomas, esto es un gran problema para mí. —No me digas que tú y ella... —sacudió la cabeza, no tenía sentido —. No, olvídalo.—Sí, esa anoche estaba pasado de copas y no era consciente de lo que estaba pasando. Tomas se llevó una mano a la frente. —Así que estuviste con ella y ahora está embarazada —concluyó —. Yo... Nunca te dije que ambos estuvimos juntos, eso es algo que pasó no hace mucho. —¿Qué? Diana... Esa mujer... —vociferó molesto —. ¿Qué pretendes hacer verme con eso? —Diana es astuta, quizá el bebé que espera es mío, no tuyo, no te dirá la verdad, después de todo es algo que lo q
Un accidente automovilístico era lo que a Oliver le ocurrió, Pamela no dejaba de preocuparse y su suegra intentaba calmarla, le repetía sin parar que debía mantener la tranquilidad y soltarse de todo tipo de pensamientos negativos, porque no le pasaría nada malo a Oliver. Ni ella misma estaba segura, solo intentaba dejarla más estable, ya que alterarse no era nada bueno. ...Al rato, el doctor les explicó sobre su estado. Pamela presente, miraba al especialista con los ojos inyectados de temor. Caroline no dejó nunca de tomar su mano. Antoine ya se hacía cargo del papeleo, y todo lo concerniente al pago. —Disfunción cerebral, es ocasionada por un impacto externo, generalmente un golpe violento en la cabeza. El paciente Oliver Buckland lo ha sufrido. En este caso puede ser temporal o durar décadas, es incierto saber hasta cuándo no podrá recordar, el cerebro es bastante complejo y por eso no puedo decir con certeza el momento en que eso suceda. —Doctor, ¿nos está queriendo decir q
Pamela atendió, después de tomar el desayuno y estar lista para ir a la clínica junto a los padres de Oliver. —¿Cómo está Oliver? —Tomas, discúlpame si no te había llamado para informarte sobre Oliver, es que todo ha sido repentino y no me sentía bien. Él está estable, el doctor ya nos dijo lo que tiene y solo queda pedir por su pronta recuperación...La charla se extendió un poco más hasta que la muchacha le avisó que tendría que colgar, porque ya estaba de salida, el hombre al otro lado de la línea, lo comprendió y quedó en llamarla más tarde, además prometió que tomaría un avión a la ciudad lo antes posible. Quería estar cerca de su amigo, verlo mejorar. Caroline y Antoine vieron a Pamela un poco más animada. Aún faltaba para que estuviera completamente bien, pero ya era un avance. —¿Has comido? —Sí, por cierto, muchas gracias, estaba deliciosa —comentó a su suegra, mirándola a través del espejo retrovisor. Caroline le dedicó una sonrisa complacida por su cumplido. Lo poco
Tomas llegó a los días, pasando directamente a la clínica, último día que Oliver tendría que pasar en ese centro. También había decidido irse al piso, en lugar de la casa en la que estaba Pamela. Sabiendo esto los padres de Oliver le aconsejaron a la muchacha que no lo dejara solo, que también se quedara en el piso con él, definitivamente sería algo a lo que se negaría y más cuando la estaba evadiendo con locura, pero sería insistente. —Tomas —lo saludó, a él también lo recordaba —. ¿Por qué te has tardando tanto en llegar? —No ha sido mi intención, sucede que el vuelo se retrasó por motivos ajenos. Lo importante es que estoy aquí. ¿Te sientes mejor? —¿Un vuelo? —Sí... —alargó la respuesta, confuso, más al verlo arrugar el entrecejo, ¿qué no había comprendido? Luego recordó su problema —. Oh, es que tuve que viajar desde California a New York. Allí es donde resido actualmente. —Supongo que también me olvidé de eso, lo siento. —No te preocupes que lo entiendo a la perfección. ¿Y