Terminó agotada después de un largo día en la universidad, no iba a mentir, los días en los que no había tenido que ir fueron pacíficos y ahora que volvía a integrarse en esa rutina, comenzó a llenarse de estrés nuevamente, ni modo... en algún momento tendría que volver a la rutina.Había estado pensando en llamar a Diana y preguntar sobre el motivo por el que no fue a trabajar, no tenía idea de qué le pudo haber pasado, por eso estaba preocupada.La llamó varias veces, pero la chica no le contestó....Diana miró a la pequeña directamente a los ojos. Esta, apenas podía sostener su mirada.La mujer provocaba un miedo voraz en ella. Su memoria no podría olvidar todo el daño que esa mujer le hizo, lo que seguía permitiendo al dejarla allí como si fuera cualquier cosa. Mar, quiso liberarse de una vez por todas y escapar, al menos hacer el intento. No lo logró, fue descubierta al poco tiempo, recibiendo un castigo. —Y bien, ¿me vas a decir qué rayos es lo que has intentado hacer ahora?
Ni siquiera podía controlar su respiración de lo alterada que se puso. Maldijo cuando el teléfono se iluminó, dando el aviso de aquella llamada de parte de Pamela. Que molesta era esa joven, siempre recurriendo a ella. —Lo que faltaba —bramó antes de contestar —. ¿Pam? Ya volvía a fingir ser una dulce y buena persona. Aunque no era culpa suya que existieran tantas chicas ingenuas como Pamela. Además de eso, que se fiaban de cualquiera y tan rápido. —Sí, ¿quién si no? Te extrañé hoy, no pensé que faltarías, espero todo esté bien. Llamaba para saber. —Oh, así es. Perdona, estuve bastante agitada, digamos que son asuntos personales de los que no tienes que preocuparte, agradezco que te hayas tomado el tiempo para llamarme y preguntar si estoy bien... Sin mentir, ya perdí la cuenta de quién lo hizo la última vez. Pamela creyéndose su cuento, se sintió triste por la chica. ¿Por qué nadie más la llamaría y quería saber de ella? —Diana, no comprendo cómo es que no tienes amistades, co
Pamela caminaba con el resto de los transeúntes a través de las calles de la ciudad; no tenía un rumbo fijo pero ese día soleado era demasiado bueno para desaprovecharlo encerrada en casa, era agradable apreciar el día y no inquietarse por algún pendiente de la universidad.Si pudiera, hasta se abría ido a la playa o a algún sitio para pasarla bien. Chasqueó la lengua.Se detuvo al sentir que alguien la seguía, miró atrás, pero no había nadie. Pero sin deshacerse de ese mal presentimiento, optó por ingresar a una exposición de arte, no solo para resguardarse, sino porque captó su atención por el concepto que se manejaba. En poco apreciaba cada una de esas obras expuestas.Era como un hilo que comenzaba en la juventud y terminaba con esa pintura de dos personas envejecidas tomadas de las manos: era el recorrido de la vida. El inicio y al final resumidos en todas esas pinturas increíbles.Tuvo varios pensamientos en ese momento y el anhelo de que algún día ella se encontraría con al
—¿Puedo saber a dónde vas? Oliver solo pudo negar con la cabeza, antes de soltar una carcajada. —¿Ahora tengo que darte explicaciones sobre a dónde me dirijo? Creí que no te apegarías tanto al papel de esposa —enfatizó en esa última palabra. —Solamente hice una pregunta, de ninguna manera te estoy exigiendo que me rindas explicaciones, sabes que ni siquiera me interesa a dónde o con quién vas. Pasó de largo pero se frenó en seco otra vez cuando escuchó la voz de Oliver, sobre todo sus palabras batiendo la ira en ella. —¿De esa manera es como ahora te comportas con la persona que te ayudó? Creí que serías más agradecida después de todo. Estoy seguro de que ni siquiera tendrías para pagar el alquiler en donde estabas arrendada, aquí tienes absolutamente todo, comida, techo, ropa y aunado a eso, puedes darte tus lujos —le sacó en cara. —¿Y se supone que recibo todo eso porque quiero o no me queda de otra que aceptarlo? —lo enfrentó con la mirada, no se quedaría callada, entonces el
Temprano en la mañana de ese sábado, sacó todo lo pertinente para comenzar a pincelar sobre ese enorme cuadro la foto que la madre de Oliver le había hecho llegar. Mamá, papá y Oliver. Como le habría encantado omitirlo de la pintura, pero no podía hacer eso, sobre todo porque era para Caroline. —Solo no lo hago por eso —comentó rodando los ojos, como si él pudiera escucharla.Pero que bien se veía allí, no lo iba a negar, tan solo un adolescente en esa foto, pero ya era hermoso. Sacudió la cabeza. Ya dejaría de pesar en él, como si fuera lo más importante, de todos modos, seguía molesta....Oliver atacó el dolor de cabeza con unas pastillas, que mal se la estaba pasando por haber sido tan inconsciente, bebiendo como si no hubiera final. Con suerte la resaca se le pasaría en algunos minutos, pero lo que no podía olvidar con facilidad era haber pasado la noche con esa mujer. Maldijo, ¿cómo pudo seguir adelante? No podía decir que se había aprovechado de él, pero ella debió detene
Pamela alternó la mirada en los dos, a la espera de una respuesta. No parecía llegar nunca. —¿Se supone que deba contestar? —terminó soltando Oliver, antes de irse de ahí. Pamela se le quedó mirando durante el retiro sin saber cómo es que podía continuar enfadado con ella, al punto de tratarla así, terminó clavando los ojos sobre Diana, la chica se mantenía en su lugar y simplemente se encogió de hombros al recibir su mirada, haciéndose la tonta. —¿Y a este que bicho le picó? Tú —la apuntó —. ¿Qué se supone que no debo saber? —Pamela créeme que no es nada importante, así que ya es mejor que lo saques de tu cabeza, es una tontería no debería ni siquiera de contarte. Por otra parte es evidente que sigue enojado contigo, eso no se puede negar. —¿Cómo no podría ser importante sí Oliver parecía decirlo con preocupación? Por favor Diana cuéntame, dime qué es eso que...—De acuerdo —acarició sus hombros —. Sinceramente es que Oliver tiene alguien en su vida, es decir después de que firm
—Diana, lamento decirte que Oliver no desea que regreses a trabajar, no puedo hacer nada para que de su brazo a torcer. Lo siento mucho... Sé que te ayudabas con ese empleo, sin embargo es un asunto que se escapa de mis manos y no lograré que se retracte de su decisión. Espero que pronto puedas encontrar un trabajo. Eso sí que había sido algo inesperado para Diana, aunque se llenó de ira por lo que Oliver hizo, no se echaría a llorar, todavía tenía una carta debajo de la manga que no usaría sino hasta el momento que viera adecuado, esas fotografías saldrían a la luz cuando fuera necesario. Ya lo había decidido. —No te sientas mal, Pamela... no es algo que puedas decidir tú, así que no te preocupes por eso, yo de todas maneras estaba averiguando en algunos lugares para conseguir un trabajo lo antes posible, bien dicen por allí que cuando una puerta se cierra otra mejor se abrirá. Estas semanas trabajando en su casa han sido buenas para mí, también he log
Bruce la interceptó de pronto.Se asustó tanto que dio respingo, porque tranquilamente caminaba por las calles y de pronto alguien había tocado sobre su hombro cuando se giró vio que era su ex novio, se molestó al verlo, extrañamente ahora no sentía tanto odio, tal vez porque todo ese aborrecimiento ahora se lo dedicaba a Oliver. —¿Qué sucede contigo? —¿Aún molesta? —¿De qué hablas? Ni te topo, y deja de hacer ese tipo de cosas —rugió empezando a caminar, pero el hombre también comenzó a andar a su par. —Lo siento, no tenía la intención de asustarte, además te vi y no pude evitar acercarme para saludarte. ¿Cómo van los estudios y tu vida... Me enteré por las noticias que ahora estás casada. ¿De qué trata todo eso Pamela? Se frenó en seco, molesta por su impertinencia de querer saber sobre ella. Era otro idiota más, además de andar metido en su vida, preguntando cosas que no le concernían. —No sé qué es lo que quieres hacer con todo eso y lo que deseas que te diga. En todo caso es