Esa noche, luego que los sirvientes se fueron a dormir, Beatrice fue hasta la habitación de Edwar, necesitaba estar con él. Tocó a la puerta, pero él no abrió, ansiosa se adelantó a mover el picaporte, logrando abrirla fácilmente. Ella entró al dormitorio, pero él no estaba, se dirigió hasta el baño y tampoco lo encontró.¿Dónde podía haberse metido? Se preguntó. Salió de la habitación, llevando su cuerpo ligeramente cubierto por la sugerente bata negra de seda y encajes, la cual se había colocado exclusivamente para mostrarle todos sus encantos a su nuevo amante. Bajó las escaleras sigilosamente para no hacer ruidos y despertar a algunos de los empleados de la mansión.Al pisar el último escalón, oyó un ruido en la cocina, imaginando que debía ser Edwar se dirigió hacia allá. —¡Ed! —susurró en medio de la oscuridad. La luz se encendió de pronto y frente a ella estaba la ama de llaves.—¿Necesita algo, Srta Beatrice? —preguntó en tono irónico.—Sí, venía por un vaso con agua.
En tanto, en el hospital, Selena sale de aquel lugar, confundida por todo lo que le estaba pasando, Edwar había prometido cuidar de ella y contrariamente a su promesa, la dejó abandonada en aquel lugar. Finalmente llegó a su casa. Su madre al verla, intentó abrazarla temiendo ser rechazada por su hija.—¡Por fin regresas, Selena! No sabes lo preocupada que estabas. ¿A dónde te metiste? —preguntó, ansiosa.—No puedo negarte que esto me afectó mucho, pero necesito que me abraces fuertemente, quiero sentirme protegida, mamá. La mujer sin dudarlo, la abrazó con mayor fuerza, mientras besaba su cabeza y repetía una y otra vez:—¡Perdóname! Nunca pensé que esto pasaría.—No quiero que hablemos de esto. Así como en algún momento lo mantuviste en secreto, ya no quiero saber más de mi padre.—Hay muchas cosas que aún te faltan por saber, hija. —Selena levantó el rostro y frunció el entrecejo— ¡No pongas esa cara, Selena! Ser una híbrida va más allá de simplemente tener en tu ADN genes
¿Casarse? ¿Con quién? —¿Qué estás diciendo, mamá? ¿A qué te refieres con que debo casarme con alguien que no conozco? —preguntó visiblemente aturdida con aquellas palabras.—Selena, hija —colocó su mano sobre el hombro de la chica, quien reacia, se apartó de ella.—¡No me toques! —gritó. —Por favor, Selena, escúchame. —No voy a casarme con ningún alpha, no pueden obligarme a algo que no escogí, ser. —se levantó abruptamente del asiento y corrió hasta su habitación.—¡Espera, mi amor, espera!...Selena no se detuvo, se encerró en su habitación e instantáneamente, los ojos de la chica se llenaron de lágrimas y por segunda vez, sintió deseos de salir corriendo de aquel lugar. Jamás se casaría con un desconocido. Mucho menos ahora que su ser le pertenecía a su héroe. Era con él con quien deseaba estar, con quien anhelaba pasar el resto de su vida.¿Pero qué? ¿Qué estupideces estaba pensando, si aquel hombre desapareció como por arte de magia de su vida? Todas aquellas dudas com
Cuando Edwar abrió los ojos, se vio rodeado de aparatos, tubos y mangueras por todos lados; se llevó la mano a la cabeza al sentir una punzada que venía desde adentro. La venda alrededor de su frente le hizo revivir con imágenes que como flashes se encendían frente a sus ojos, recordándole lo que había ocurrido horas atrás. Al girar su cabeza, recostado en la pared con los brazos cruzados y mirándolo fijamente, estaba Bodolf.—¿Dónde está ella? —fue lo único que le importó preguntar en ese momento. —¿Te refieres a mi mujer? —respondió con una pregunta llena de sarcasmo. Aunque Edwar le quiso responder como debía, tuvo que aguantarse las ganas. —¡Sí, a ella! —contestó parcamente.—¡No sobrevivió! Ni ella, ni mi hijo —dijo y descruzando sus brazos, metió las manos en los bolsillos del pantalón y se aproximó hacia él.— y de no ser porque eres mi hermano, te mataría ahora mismo, Ed.—¡Hazlo, maldita sea, hazlo! —Edwar intentó incorporarse y sintió un fuerte dolor en la zona lumbar
—¿Dónde estoy? —preguntó aún mareada por el olor a clorofina. Al levantar el rostro vio a su padre colgado a más de medio metro de altura, amordazado y con las manos atadas a una viga de hierro.— ¡Papá! —exclamó. Llevaba más de seis años sin saber de él. Pero le bastó ver su rostro un tanto más demacrado para reconocerlo. —¿Por qué lo tienen allí? —preguntó al enorme guardián.—No se preocupe, su querido padre estará bien. Claro, si usted hace lo que debe hacer. —añadió en tono amenazante.—¿A qué se refiere? —intentó incorporarse, pero no pudo, tenía un par de cadenas sujetando sus tobillos y sus manos atadas con una abrazadera de plástico que le impedía mover sus manos. —No intente escapar, señorita. No podrá lograrlo. Su padre la vendió a nuestro jefe de la manada y sólo estamos previendo que eso ocurra. Si usted colabora tanto usted como su padre estarán con vida, si no, su padre morirá y de igual manera tendrá que casarse con el alpha. Usted decide s
Selena permanece en shock, no puede creer en todo lo que su padre le dice. Fred relata con precisión aquella historia.—Selena cuando supe que Leticia estaba embarazada, me llené de mucha alegría, a pesar de que sabía que lo nuestro no iba a durar toda la vida. Al igual que tú, fui producto de una relación entre humanos y lobos. Mi madre era una lycan y mi padre un humano. Aún así, siempre acepté mi linaje. Muchos años después logré crear mi empresa, estaba comprometido para casarme con una omega propia de la manada con quien me crié junto a mi madre. Nunca supe quien era mi padre hasta la hora de su muerte. Aquello fue muy doloroso para mí, apenas pude despedirme de él. Por ello cuando supe que sería padre, no dude en cuidarte y protegerte, pero mi destino estaba marcado, debía regresar y cumplir con mi compromiso. Me casé con Ofelia. —La chica escucha atenta aquella historia. ¿Su padre no amaba a su madre? —¿Quieres decir que no amabas a mi madre? —No sé decirte si era o no amo
Selena termina de arreglarse el traje de novia blanco perlado. Se observa al espejo y sonríe levemente; el vestido es realmente hermoso, el cuello tipo halter que se entrecruza en su espalda cuyo escote posterior es bastante pronunciado, le da un toque de sensualidad y elegancia a la esbelta figura de la pelirroja; el corte recto en la falda hace que la tela se adhería a sus curvas sinuosamente. Aquel traje parecía haber sido diseñado a su justa medida. Lo que más le asombra es el hecho de que aquel hombre manejara tanta información sobre ella, detalles que en vez de parecerle seductores, eran escalofriantes. Bajó hasta la sala principal donde se celebraría la ceremonia civil, sencilla y de forma discreta. La sala estaba decorada con flores blancas y velas, creando una ambiente íntimo y acogedor para la ocasión. Apenas unos pocos invitados se encontraban presentes: su padre, la ama de llaves y dos o tres hombres por cuyo aspecto debían ser guardaespaldas de su futuro esposo. La m
Bodolf toma una de sus manos de Selena y la lleva directamente hacia su miembro duro y palpitante, dibujando una sonrisa perversa en su rostro. —La sientes ¿verdad? Quiero meterla completa dentro de ti. —Selena tiene que reunir todas sus fuerzas para mantenerse firme mientras en su mente piensa una y otra vez en qué hacer para librarse de aquel verdugo.El lycan se contonea ejerciendo presión en la entrepiernas de su presa y acercando más su rostro al de ella.—Te voy a tomar aquí mismo —le dice al mismo tiempo que comienza a rasgar la parte superior con sus grandes manos. Selena se siente frustrada, impotente; aún así, intenta entorpecerle el trabajo y repite una y otra vez un “no, detente por favor”. Pero Bodolf no muestra ningún interés en desistir, aquella chica no le interesa como mujer, sólo quiere que Edwar pague por su traición y hacerle pagar lo que él le hizo con Beatrice. —¡Tú tienes el deber de satisfacerme como esposa! ¿lo entiendes? —espeta, mientras la sujeta po