—¿Dónde estoy? —preguntó aún mareada por el olor a clorofina. Al levantar el rostro vio a su padre colgado a más de medio metro de altura, amordazado y con las manos atadas a una viga de hierro.— ¡Papá! —exclamó.
Llevaba más de seis años sin saber de él. Pero le bastó ver su rostro un tanto más demacrado para reconocerlo.—¿Por qué lo tienen allí? —preguntó al enorme guardián.—No se preocupe, su querido padre estará bien. Claro, si usted hace lo que debe hacer. —añadió en tono amenazante.—¿A qué se refiere? —intentó incorporarse, pero no pudo, tenía un par de cadenas sujetando sus tobillos y sus manos atadas con una abrazadera de plástico que le impedía mover sus manos.—No intente escapar, señorita. No podrá lograrlo. Su padre la vendió a nuestro jefe de la manada y sólo estamos previendo que eso ocurra. Si usted colabora tanto usted como su padre estarán con vida, si no, su padre morirá y de igual manera tendrá que casarse con el alpha. Usted decide sSelena permanece en shock, no puede creer en todo lo que su padre le dice. Fred relata con precisión aquella historia.—Selena cuando supe que Leticia estaba embarazada, me llené de mucha alegría, a pesar de que sabía que lo nuestro no iba a durar toda la vida. Al igual que tú, fui producto de una relación entre humanos y lobos. Mi madre era una lycan y mi padre un humano. Aún así, siempre acepté mi linaje. Muchos años después logré crear mi empresa, estaba comprometido para casarme con una omega propia de la manada con quien me crié junto a mi madre. Nunca supe quien era mi padre hasta la hora de su muerte. Aquello fue muy doloroso para mí, apenas pude despedirme de él. Por ello cuando supe que sería padre, no dude en cuidarte y protegerte, pero mi destino estaba marcado, debía regresar y cumplir con mi compromiso. Me casé con Ofelia. —La chica escucha atenta aquella historia. ¿Su padre no amaba a su madre? —¿Quieres decir que no amabas a mi madre? —No sé decirte si era o no amo
Selena termina de arreglarse el traje de novia blanco perlado. Se observa al espejo y sonríe levemente; el vestido es realmente hermoso, el cuello tipo halter que se entrecruza en su espalda cuyo escote posterior es bastante pronunciado, le da un toque de sensualidad y elegancia a la esbelta figura de la pelirroja; el corte recto en la falda hace que la tela se adhería a sus curvas sinuosamente. Aquel traje parecía haber sido diseñado a su justa medida. Lo que más le asombra es el hecho de que aquel hombre manejara tanta información sobre ella, detalles que en vez de parecerle seductores, eran escalofriantes. Bajó hasta la sala principal donde se celebraría la ceremonia civil, sencilla y de forma discreta. La sala estaba decorada con flores blancas y velas, creando una ambiente íntimo y acogedor para la ocasión. Apenas unos pocos invitados se encontraban presentes: su padre, la ama de llaves y dos o tres hombres por cuyo aspecto debían ser guardaespaldas de su futuro esposo. La m
Bodolf toma una de sus manos de Selena y la lleva directamente hacia su miembro duro y palpitante, dibujando una sonrisa perversa en su rostro. —La sientes ¿verdad? Quiero meterla completa dentro de ti. —Selena tiene que reunir todas sus fuerzas para mantenerse firme mientras en su mente piensa una y otra vez en qué hacer para librarse de aquel verdugo.El lycan se contonea ejerciendo presión en la entrepiernas de su presa y acercando más su rostro al de ella.—Te voy a tomar aquí mismo —le dice al mismo tiempo que comienza a rasgar la parte superior con sus grandes manos. Selena se siente frustrada, impotente; aún así, intenta entorpecerle el trabajo y repite una y otra vez un “no, detente por favor”. Pero Bodolf no muestra ningún interés en desistir, aquella chica no le interesa como mujer, sólo quiere que Edwar pague por su traición y hacerle pagar lo que él le hizo con Beatrice. —¡Tú tienes el deber de satisfacerme como esposa! ¿lo entiendes? —espeta, mientras la sujeta po
Por alguna extraña razón, Selena comenzó a sentirse un tanto ansiosa por aquel hombre. Ella misma no lograba aclarar lo que le estaba ocurriendo. Sensaciones extrañas, imágenes que aparecían en su cabeza de forma inexplicable como señales de lo que estaba por ocurrir. Y hasta ese instante, no se había percatado de que de una u otra manera, se relacionaban con lo que estaba pasando en su vida. La misma noche en la que discutió con su madre, había sentido que alguien la observaba y aunque pensó que todo era debido a la condición psicológica que le habían diagnosticado durante su desarrollo a los doce años, daba por hecho que eran producto de su alucinaciones esquizofrénicas. Luego de que Fred las abandonará a ella y a su madre, la pequeña comenzó a tener fuertes pesadillas que lograban llevarla a un punto extremo donde la verdad y la imaginación de confundían, o eso creía ella. Luego en su etapa adolescente con la llegada de su primera menstruación notó que su cuerpo cambió abruptam
Selena estaba entusiasmada con todo lo que había comprado para ella. Realmente nunca se había dado un lujo como ese. No desde que su padre la abandonó a ambas. A pesar de que Leticia trabajaba como empleada de limpieza en una pequeña empresa cercana al pueblo, Fred se ocupaba de enviarle el dinero necesario para los estudios de la pelirroja. Por lo que la ostentación y el lujo era algo novedoso para la chica.Tomó el elegante vestido rojo y se lo colocó con la ayuda de Pilar. El vestido de suave tejido de seda caía delicadamente sobre el cuerpo de la chica mostrando su silueta esbelta y femenina. El corte ajustado en la parte superior, estilizaba su figura y el escote en forma de corazón, resaltaba de manera sutil y elegante su busto, mientras que los hombros descubiertos le añadían un toque de sensualidad y sofisticación. La parte baja de la falda se abría suavemente del lado de su muslo izquierdo dándole un efecto de vuelo al caminar. Cuando Selena bajó las escaleras, Bodolf la c
Durante la cena no hubo comentarios, apenas miradas esquivas y el sonido de los cubiertos al chocar con los platos. La situación era tensa e incómoda. Finalmente cuando terminaron de cenar, Edwar se despidió para ir hasta su dormitorio. No aguantaba más el deseo de gritar y desahogar su ira y su frustración.—¡Que tengan buenas noches! Nuevamente bienvenida, Selena. —ella lo miró sintiendo un nudo en la garganta, con ganas de decirle mil cosas a la vez, pero sin poder hacerlo.— Queda usted en su casa, Leticia. —La mujer sonrió amablemente.Si bien, Edwar había estado ocultando sus emociones frente a Bodolf y sus dos invitadas, no podía permanecer más tiempo en aquel escenario tenso y lleno de mentiras. —Creo que es mejor que yo también me vaya, hija. —aprovechó de decir. Tampoco le era del todo agradable estar en aquel lugar.—Espera el postre, mamá; luego el chofer te llevará a casa. —Selena le pidió a su madre. Si algo no deseaba era quedarse tan pronto a solas con Bodolf, much
Selena esperó a que su madre se quedara dormida, y sin más remedio, tuvo que regresar al dormitorio matrimonial. Entró a la habitación con sumo cuidado para no despertar a su esposo y que este notara allí, su presencia. Si algo no deseaba la pelirroja era volver a estar con él. Mas, cuando abrió la puerta, Bodolf estaba sentado en la cama esperando por ella. La pelirroja tenía que zafarse de él a como diera lugar, no quería que volviera a tocarla, no ahora que Edwar había aparecido nuevamente. Rápidamente pensó en exigirle una explicación por algunas situaciones que su esposo no le había dicho. Mas, no tuvo tiempo de hacerlo.—¡Mi querida esposa, al fin llegas! Estaba ansioso de verte entrar por esa puerta. —exclamó Bodolf en tono seductor y perverso.—Me entretuve con mi madre. —expresó algo perturbada— Pensé que estabas dormido. —añadió. —¿Dormirme? Jamás —dijo y se levantó de la cama para acercarse a ella. Selena caminó hasta el lado contrario al suyo.— ¿A dónde vas? —Tiró de
Bodolf subió hasta la habitación donde se encontraba Selena. Ella permaneció acostada por indicaciones del médico. Escuchó los pasos acercarse; debía ser él, debía ser el hombre que logró lastimarla de aquel modo sin importarle nada. El pelirrubio entró al dormitorio y se acercó a ella, con una actitud un tanto arisca Selena se volteó de lado para no verlo.—Sé que estás enojada conmigo. Pero tienes que entender que eres mi mujer y no puedes rechazarme como a cualquier objeto. —dijo posando su mano en el hombro de la pelirroja.—¡No me molestes por favor! —contestó y se apartó de él— sigo sin sentirme bien. —espetó.—¿Qué te dijo el médico? —Bodolf indagó previamente antes de hablar con la chica, no podía correr el riesgo de que el médico hubiese dicho algo diferente a lo que le indicó Caleb mientras iba por él.—Dice que fue sólo una reacción de mi cuerpo al recibir el golpe que me has dado. —respondió con enojo sin mirarlo. —No quería hacerte daño. Sólo deseaba que pasáramo