—Está bien, madre. Lo haré. —le responde con firmeza. Lunaire sonríe orgullosa. Sabía que no podía estar equivocada con su hijo. —Ahora debes prepararte para tu regreso. Descansa y en una hora vendré por ti. Edwar asiente, se gira, cierra sus ojos y se queda dormido. En tanto, Lunaire regresa a la entrada principal para invocar a la luna antes del regreso de su hijo y dejar todo preparado para ese momento glorioso. Finalmente podría estar en paz y sobre todo devolverle a sí padre la tranquilidad de haber cumplido su promesa. Días después, justo cuando la Luna está por pasar a su fase menguante, el sigma está preparado para su retorno. —¿Estás listo, Ed? —pregunta la madre, y este asiente.—¡Sí, madre! —contesta.—Los dioses y nuestra luna Calisto, te guíen en el camino de vuelta a casa.—¿Madre y tú? —pregunta ansioso.—Ve y haz lo que debes hacer. Ya no soy necesaria en la manada, Ed. Con que tú me hayas recordado me doy por bien servida.—Pero…—Ve, hijo. Ve y recupe
La llegada de Edwar causa revuelo en la manada, gritos de alegrías vitorean al Sigma. —Bienvenido, sigma —lo saluda Larión, el gamma de la manada. —Gracias, hermano. —responde colocando su mano sobre el hombre. Las mujeres de la manada miran con asombro la presencia de Edwar quien no sólo está de vuelta, sino que hay un brillo especial en su mirada. Selena sale de la tienda, y al verlo corre a sus brazos, como si no le importara en lo absoluto los juicios y críticas del resto de la manada.—¡Volviste, volviste! —se prende a su cuello, y él intenta controlar los impulsos de la pelirroja susurrando a su oído:—¡Todos nos observan! Déjame resolver un pequeño asunto y aguarda por mí en tu tienda. —Ella asiente, y regresa a su tienda, mientras Edwar se dispone a enfrentar a su hermano.Bodolf quien ya percibió la presencia del sigma, aguarda por él. Edwar entra a la tienda del alpha, este se encuentra de espaldas a la entrada. —¿Vienes a humillarme, Ed? —pregunta y se gira len
La muerte de Bodolf viste de oscuridad la noche. Pilar está destruida con aquella noticia, por segunda vez perdía a su hijo. En tanto, Selena no deja de sentir compasión y tristeza por el destino del alpha; a pesar de todo el daño que le había hecho, no podía guardarle rencor. Edwar entra a la tienda, se sienta a su lado y la mira fijamente mientras acaricia su vientre. —¡No permitiré que mi hijo tenga que pasar por lo mismo que yo! Pienso asumir mi responsabilidad como el verdadero Rey Alpha y quiero pedirte que me acompañes en esta misión.—¡Acepto, Edwar! Acepto estar a tu lado como tu compañera y dirigir juntos el destino de Alphamoon. —Mi madre te estará plenamente agradecida. —¿Dónde está ella? —pregunta con curiosidad.—En un lugar que aún no sé como llegar. Pero le prometí devolver a mi linaje el trono que le corresponde y eso haré. Por ti y por esta criatura que está por venir. —acaricia el vientre de la híbrida.—Te amo, Ed. —dice ella, posando su mano sobre la
El nacimiento de Claraluna llena de alegrías a la pareja. Aquella pequeña es la razón para que algunas cosas comiencen a cambiar dentro de las reglas de la manada.Claraluna es la esperanza de todas las mujeres alphas que vivieron y han vivido bajo la sombra del macho alpha. Ella, la futura heredera del mando, vino a reivindicar el lugar de su abuela Lunaire. Dos semanas después, durante la luna llena siguiente, la pequeña criatura es bautizada frente a la manada que años después gobernará. Tanto Edwar como Selena están orgullosos de ser los líderes de la manada y de la evolución de esta. —Finalmente, podré ver con mis propios ojos ese hermoso momento, en que el trono de mi padre sea dirigido por una reina alpha. —sonríe la mujer con la pequeña en brazos.Todos festejan la alegría de aquel instante de dicha y justicia milenaria. Todos, excepto Pilar, cuya mirada refleja la tristeza por el recuerdo de su hijo. De pronto, ve que alguien de acerca a ella. —Pilar, podemos conv
La noche es fría y solitaria, Selena camina con la mochila a sus espaldas, un tanto aturdida por lo que acaba de descubrir, nunca pensó que aquel interés de su madre por ocultarle la verdad sobre su padre, tuviera razones tan oscuras como aquella. La brisa es fría, ella trata de abrigarse con sus propios brazos, de pronto cree escuchar un ruido provenir detrás de los arbustos. Acelera el paso y un extraño escalofrío se apodera de ella recorriendo su cuerpo entero de pie a cabeza. Es noche de luna llena, la primera del año, conocido como Luna de lobo, en la que los caninos salvajes aúllan en las afueras de la ciudad debido al invierno que se cierne en la zona norte. Ha escuchado tantas historias de lobos que no es difícil para ella imaginar cualquier situación de peligro. Mas, necesita estar sola, mucho más ahora que conoce su verdadero origen. No fue fácil para Selena descubrir que su padre era un lycan y que su madre tuvo que salir sola adelante y con ella en brazos. La pelirroja
Pronto, Edwar queda totalmente desnudo. Los ojos de Selena se abren como un par de platos, se cubre el rostro con los dedos semi abiertos. Es la primera vez que ve a un hombre totalmente en cueros frente a ella y que su cuerpo reacciona ante esa imagen de forma inesperada. Selena siente como su vagina comienza a contraerse y dentro de ella un líquido recorre su intimidad. Se siente avergonzada y quiere irse de aquel lugar cuando de pronto, el hermoso hombre se retuerce del dolor y cubre con su manos la herida que lleva en la nuca. Ella se aproxima a él. —¡Oye! ¿Qué tienes? por Dios, no te vayas a morir —Edwar tiembla de escalofríos y al rozarlo, ella puede sentir su calor. —Estás hirviendo en fiebre. Iré a buscar ayuda —le dice y él la sujeta del brazo.—¡No! No lo hagas —le pide.— Correrás peligro si sales. —No puedo dejar que te mueras, vivo cerca ¿o eso creo? —a pesar de las palabras de Edwar, la inquieta y rebelde chica se levanta para salir, el estruendo de un relámpago
La noche se volvía cada vez más oscura y fría. La lluvia era dispersa, aún así Edwar caminaba delante de Selena, asegurándose de protegerla de los peligros que pudieran aparecer en medio del bosque, conocía aquel lugar a la perfección, había crecido en él. En tanto, los pasos de Selena eran cada vez más pesados y lentos, estaba agotada, el cuerpo le dolía. —¡Vamos! No puedes detenerte. Sé donde podremos ocultarnos. Pero debemos atravesar las montaña. —dijo él. —¡No puedo! Estoy exhausta. Las piernas no me dan. —contestó ella. Él se detuvo parra esperarla. De pronto, la tomó por la cintura, la echó sobre su hombro y comenzó a andar, aquello complicaba su situación de escape, ya que debia por lo mucho más lento de lo debido.En tanto, a través del bosque denso y ominoso, los aullidos aterradores de sus enemigos se escuchan más de cerca. Edwar y Selena se aferraban con fuerza, él sostenía su mano y corría delante de ella. A ratos la dejaba ir adelante y guardaba sus espaldas, luego
Edwar continuó bajando hasta llegar a su ombligo, bordeó con su lengua el contorno redondo y luego la introdujo en el pequeño orificio; ante aquella inesperada caricia, Selena deja escapar ese gemido que estuvo intentando contener por algunos minutos, cada vez que las manos de él rozaban alguna de sus zonas más vulnerables; ella comenzó a menear sus caderas, con sus movimientos pélvicos buscaba mostrarle a Edwar la ruta que debía seguir.La pelirroja lo miró a los ojos y con una mirada consintió la entrada de él a su altar sagrado. Elevó un poco su cadera y Edwar bajó hasta el acantilado que se dejaba ver entre sus muslos. Selena acarició sus hombros, él besó la pantie de encajes que cubría su sexo. Al sentir sus labios, la chica se encendió aún más. Su vagina comenzó a lubricarse de inmediato, ansiosa de recibir a aquel inesperado huésped. Selena nunca imaginó que aquel repentino deseo de huir de su casa esa noche, le deparará tantas cosas maravillosas y sobre todo tantas emocione