Dublín-Irlanda.
En la actualidad... La última vez que Kylian sonrió fue mientras veía a todos los pequeños herederos de la mafia de sus amigos. Él tuvo un tiempo deseando formar una familia con Kassia. Un hogar lleno de amor y alegría, pero mientras más pasaban los días, más sabía que eso nunca pasaría. —¿Encontraste algo? —le preguntó a su mano derecha, mientras bebía de su vaso de whisky. —Pudimos recuperar la mercancía y tomamos el control de Escocia. No estaremos de manera activa por el tema de los príncipes, pero estamos presente y nos tienen miedo —miró a Matt y asintió—. Con respecto a lo sucedido en Polonia... —¿Siguió suspendida? Yo no quiero que por mi culpa Nicole se encuentre en una situación que la ponga en peligro. —No está peligro y sigue trabajando. Estuvo suspendida unas semanas, pero ya volvió a trabajar. Nicole vive con Selene en una zona bastante privilegiada de Madrid. —Creía que... —Aysel y Alice las han hecho vivir allá. Selene no quería vivir más en Grecia y Nicole por su trabajo se fue de casa de sus padres. Tengo entendido que no vive en Dubai porque está apartada de toda su familia y prefiere estar más cerca —dijo Matt. —¿Qué pasa con sus padres en Escocia? Comprendo lo de vivir en España, pero irse con Selene... —A ambas les gusta el acento español. Selene no tiene a nadie y Nicole la adoptó. Así que van de Escocia a España y de España vienen aquí a visitar a los tíos de Nicole —Kylian suspiró. —Bien, por lo menos no tengo que preocuparme tanto por ella —se levantó de la silla—. Voy a pasear con Zeus. Estás a cargo de la mansión mientras yo no esté. Quiero que el armamento llegue bien a su destino. No quiero perder el dinero por un error. Si nos va bien, creo que podré poner otro zoológico. Matt quiso reírse, pero prefirió guardar silencio. Kylian era un hombre peligroso. Pero los animales eran un tema delicado. Ha matado gente y salvado animales a su antojo. El tipo da miedo, pero sus acciones y apariencia son otra cosa. ☆☆☆ Nicole tenía unas cuantas horas de haber regresado a Irlanda y disfrutar de sus vacaciones con sus tíos, pero Ezequiel no paraba de corretear por la hacienda y pasarse a la casa del vecino. Cabe destacar que ambas casas están lo suficientemente separadas y que la casa del vecino era la más grande de ahí. Nadie lo conocía y cuando hubo el accidente en donde murió su pavo real, le sorprendió ver que Kylian estaba cerca. Ese hombre la intrigaba. Más que todo porque parecía un fantasma. En todos lados lo veías y no sabías como aparecía. —¡Ezequiel, salte de ahí! —le gritaba la chica, ya ella estaba instalada en la casa de sus tíos y parecía una vaquera con su vestimenta—. ¡Ezequiel, te van a comer y no podré salvarte! Miró a su avestruz como corría directamente hacia la mansión del terror. Nicole suspiró y brincó la cerca. —Hola, Dios, soy yo de nuevo. Yo vi la matanza de Texas y sé perfectamente que esta mansión es igual a esa. Que no me salga ningún asesino con una cierra —iba orando mientras caminaba con sigilo, Ezequiel la miraba fijamente, esperando el momento perfecto para seguir corriendo—. No quería tener hijos de joven y criar un avestruz fue mi mejor idea. Dios, como te comentaba, no quiero tampoco que me conviertan en un muñeco de cera... Kylian abrió la puerta y vió la escena frente a él. Alzó una ceja y miró a la pelirroja con una cola de caballo, unos jeans azules, una camisa de cuadros rosa y unas botas de vaqueros. —Señor, esa mujer... —detuvo al guardaespaldas alzando la mano, se apoyó en el marco de la puerta y sonrió al ver que era Nicole. —Ella solita entra a la boca del lobo por buscar a su animal —murmuró—. Zeus, ve y asusta al avestruz, pero no te lo comas. Nicole estaba tan ensimismada con Ezequiel, que no se dió cuenta del perro que venía directamente hacia ellos. Su ladrido fue tan espeluznante, que la pobre mujer casi muere de un infarto. —¡No! —se puso en el medio entre su avestruz y ese perro—. ¡Mira, hijo de Lucifer, deja a Ezequiel! Ya nos íbamos, solo no te acerques a mi bebé —pero lamentablemente, Ezequiel salió corriendo hacia el otro lado de la mansión y a Nicole el aire se le escapó. Era el final de su Ezequiel. Sus ojos se llenaron de lágrimas y supo que lo vería morir. Su pequeño bebé se iría y no podría hacer nada. —¡Zeus, ven aquí! —el perro negro se detuvo y Ezequiel siguió corriendo como alma libre sin saber que iba a morir—. No debes asustar a las personas, muchacho. Nicole cayó de rodillas y miró a Kylian con el perro. Se empezó a reír como una histérica por el miedo que acababa de tener. —Por supuesto que esta era tu casa y ese perro hijo de Lucifer tenía que ser tuyo —se limpió las lágrimas, Kylian se acercó a ella y se sentó a su lado junto a Zeus—. Te pareces a tu perro. —Se llama Zeus —se sacó un pañuelo del bolsillo de su pantalón y limpió el restante de las lágrimas de Nicole—. ¿Qué haces aquí en mi casa? Ella se giró para ver a Ezequiel, que parecía burlarse en su cara. Kylian miró a esa ave que siempre hacía lo mismo, pero nadie podía atacarla. Por alguna razón, esa cosa se parecía a Nicole. —Ezequiel... quise llevarlo a casa, pero le pareció más divertido correr hacia aquí —volvió a verlo. Ella lo miró y detallo perfectamente. Kylian era un hombre musculoso, cabello negro un poco largo y barbudo. Daba esas vibras de que era un lobo Alfa qué te destrozaría si le daba la gana. Kylian parecía una bestia salvaje y no le importaba. —¿Te regalo una foto? Todavía sigue en pie lo que te dije en el avión aquel día —se burló. Ambos se rieron, pero ella negó con la cabeza. —Esa vez tenías el cabello corto y ahora te pareces a eso —señaló su perro—. ¿Sabes que parece salido del inframundo? —Zeus es un Cane Corso —acarició la cabeza de su mascota y guardó el pañuelo—. ¿Te despidieron y por eso estás aquí de campesina? —Eres un idiota. —Te iba a dar trabajo, pero quiero escuchar tu miserable historia para ver cuantas monedas te doy —la veía ponerse molesta poco a poco. —¿No te enseñaron tus padres a ser un caballero? —lo miró mal. —Sí, pero yo no quiero ser un caballero contigo. Después te enamoras y me va a dar lástima tener que dañar tu bonito corazón de princesa —dijo obvio y estiró sus piernas. Nicole lo miró como si estuviera loco y se preguntó que hacía sentada con él y el perro del inframundo, pero en ese instante se dió cuenta de que ya no lloraba y Ezequiel estaba caminando para la casa de sus tíos. Se había calmado y no lo supo hasta ese momento. —¿Por qué crees que me enamoraría yo de ti y no sería al revés? —lo miró seria. —Porque eres el tipo de mujer que no se mete con cualquiera y solo busca tener una relación que va camino al matrimonio —le guiñó un ojo—. Y yo soy muy puto, Nicole. No tengo material para novio y tampoco doy pie a algo que incluya sentimientos. —No me digas... —respondió con sarcasmo y tocó la pata de Zeus—. Los sentimientos se te fueron al culo. —Qué vulgar eres. Tu avestruz es menos grosero —ella lo ignoró porque Zeus le estaba lamiendo la mano—. No tengo los sentimientos en el culo, pero no estoy disponible sentimentalmente para una relación. —¿Y tú crees que yo estoy disponible para ti? —ambos se miraron y sonrieron—. No metas sentimientos en donde nadie más que tú los nombra. Se acercó a ella hasta rozar su nariz con la de él. Nicole no lo demostró, pero todo su ser sintió nervios. —¿Entonces no tienes miedo de estar con alguien que solo quiere sexo contigo? —Sí quisiera sexo contigo por supuesto que no tendría miedo —se levantó del suelo—, pero no quiero. Verás... —lo miró con una sonrisa pícara—. Solo busco hombres para matrimonio. Ella se empezó a alejar y Kylian se levantó, haciendo una mueca. —¡No lo dije con mala intención, Nicole! Solo no quiero que te hagas una idea errónea de algo que no puedo darte. —Kylian, tengo novio. Así que no me metería contigo —se encogió de hombros, pero no lo miró—. Además, tienes una novia lo suficientemente loca como para que seamos amigos. Gracias por salvar a Ezequiel. Kylian suspiró y miró a Zeus. —Creo que se molestó —su perro lo ignoró y se metió a la casa—. ¿Qué tiene de malo solo querer sexo, Zeus? ¡Dije que era un puto! Y en una cosa el irlandés tenía razón, no estaba disponible sentimentalmente para nadie. Pero Nicole levantaba su interés sexual. Quería solo acostarse con ella y dejarla en paz al amanecer.Nicole no había tenido una mala vida. Nació en una familia bastante normal y tradicional. Era una joven de 24 años que estaba experimentando apasionadamente la vida. Le había costado muchísimo lograr ser azafata porque sus padres no tenían los recursos suficientes para poder costearle la profesión, así que un día caminando por las calles de Edimburgo, se consiguió un cazatalentos y la invitó a una agencia de modelaje. Trabajó muy duro y fue una de las mejores modelos de Escocia. Sus padres le agradecieron mucho todo lo que hizo por ellos. Así que cuando estuvieron un poco más estables, pusieron una cafetería. Por eso Nicole era buena haciendo postres.Disfrutaba vacacionar con sus tíos. Ellos tuvieron un solo hijo, pero murió en un accidente de tránsito cuando Nicole tenía 12 años. Así que su familia era pequeña. Sus tíos, sus padres y su abuela. No tenía mala relación con la familia de su padre, pero tampoco era muy cercana con ellos. ¿Qué problema podría tener Nicole? Sí, su novio
Varsovia-Polonia.Un año y medio atrás... Cada historia tiene un inicio, un desarrollo y un final. ¿Pero qué pasa cuando el amor te queda guindado en las manos y no te lo permiten dar? ¿Qué pasa cuando te limitan y juegan contigo? Kylian siempre se preguntó que estuvo haciendo mal durante todos los años que amó a Kassia incondicionalmente. Siempre la buscó y trató de demostrarle cuan sincero era lo que profesaba por ella. Lo que sintió por la mujer fue instantáneo. Era como si los cielos los hubiesen bendecido al conocerse. Kylian nunca pensó que no fuera recíproco y por muchos años se lamentó guardarse sus emociones... hasta que se confesó.Su familia era muy prestigiosa y se podría considerarse la realeza irlandesa. Pero la vida del empresario más cotizado de su país, tenía un lado muy oscuro. Él siempre anheló poder y controlar a todos a su alrededor. Sus padres querían que Kylian tuviese una mejor vida, pero el hombre decidió desde muy temprana edad que era lo que quería. A dife