Capítulo 5

Habían pasado algunas semanas desde la última vez que Nicole y Kylian se vieron. Eso no quiere decir que la pelirroja no estuviese siendo vigilada. Lo estaba, solo que la chica no lo sabía. El mafioso le dió la libertad de hacer lo que quisiera, pero estaba perdiendo la paciencia. ¿Por qué tenía que esperar por ella? Nadie le decía que hacer y ella no sería la primera. 

Nicole era el tipo de mujer con la que no puedes involucrarte más de una noche. Ella te va a exigir y reclamar tiempo. Pedirá salidas y mucha atención. Una mañana invadirá tu habitación y después se adueñará de tu mansión. Es del tipo de mujer que te va a pedir todo mientras llora para conseguir su fin.

—Zeus, apestas a perro mojado —se quejó del olor de su mascota—. ¿Por qué en la peluquería no te trataron? 

Zeus lo miró, se levantó de su cama y se fue a tomar agua indignado.

—Ahora el perro me ignora —Zeus le ladró—. Bueno, eres un animal, Zeus. Apestas a rayos y sí, eres un perro —lo señaló.

El pobrecito del Cane Corso empezó a refunfuñar por quien sabe que cosas. Matt entró cuando la discusión entre Zeus y Kylian estaba llegando a un punto de inflexión.

—Ni siquiera voy a preguntar —ambos dejaron de discutir—. Nicole está en la piscina con Selene. No sé cuando llegaron, pero tienen bastante rato disfrutando del poco verano que nos queda. 

—¿Selene no trabaja? —frunció el ceño—. Creí que volvería con Nikolas hace unas semanas.

—Se irán en unos días a Dubai. Nicole volverá a trabajar y Selene seguirá estudiando la gastronomía de ese país. También he venido a hablarte de la situación con una caridad. Al parecer quieren que nosotros asistamos, pero hay tráfico de niños. Podemos intervenir en lo que toquen territorio europeo y...

—Vamos a bañar a Zeus —lo interrumpió.

—Capo, estoy hablando de...

—Lo sé, pero necesito bañar a Zeus —insistió—. Mientras lo baño tú me irás dando toda la información que necesito y saber quién es el encargado de la trata de niños. Quiero saber hasta lo más mínimo para poder proceder.

—Llegan a Dublín mañana por la noche —Kylian se levantó de su silla, tomó la correa, se la puso a Zeus y los tres salieron de la oficina hacia el patio trasero.

—¿Por qué quieren que nosotros vayamos a esa fulana caridad? —bajaron las escaleras—. Irlanda no se mete con niños, mujeres y embarazadas. No somos traficantes de personas.

—Antes la organización lo hacía. Creo que no saben que tomaste las riendas y cambiaste muchas cosas —salieron al patio trasero, buscó la manguera, la conectó y se la entregó a su jefe—. No sueles salir mucho a trabajar...

—Que no me vea la gente trabajando no quiere decir que yo no lo haga —buscó las cosas de Zeus—. En lo que lleguen a Dublín libera a los niños. Hay casas de acogida que son de mi madre. Esos niños pueden ir a la escuela y tramita todas las identificaciones que sean necesarias. Secuestra al encargado y me lo llevas al sótano después que termines tu trabajo.

—¿Te harás cargo?

—Sí. Voy a mostrar su cabeza como obra de caridad para la gente que está en ese lugar —lo miró con frialdad—. Y prepáralos a todos. Ese día haremos un exterminio.

—Son gente con poder y puedes...

—En Irlanda se hace lo que yo diga, Matt —abrió la llave de la manguera—. Ellos vinieron a mi país a imponer su ley y saben a la perfección que en donde está la gente del Sacerdocio...

—Ellos no pueden estar —culminó Matt.

Kylian asintió y se encargó del olor a perro callejero de Zeus. Se necesitó a más de tres personas para bañar a su pequeño cachorro. Podía hasta ser gracioso porque la única manera de que el irlandés sonriera sinceramente, era con las travesuras que le estaba haciendo Zeus.

Nadie lo vió venir y fue el acto más cliché que le pudo hacer Zeus a Kylian. Salió corriendo para irse al patio de sus vecinos a corretear a Ezequiel. Ambas mascotas se repelían. 

—¡Zeus, vuelve aquí ahora mismo! —le gritaba su dueño, viendo como el avestruz corría por toda la casa de los tíos de Nicole.

La pelirroja al ver como su mascota era acechada por el perro del inframundo, se puso el short que estaba en una silla y fue en busca de Ezequiel.

—Ese hijo Hades me va a terminar matando de un susto —susurró asustada, al ver como Ezequiel la miraba a lo lejos—. ¡Eso te pasa por estar invadiendo casas ajenas! ¿Cuántas veces no te he dicho que te comportes, Ezequiel?

Matt miró desde una distancia prudencial la situación y le pareció hilarante que su jefe y la mujer que ahora vigila, también pelee con un animal.

—¡Zeus, detente! —gritó Kylian, como por arte de magia, su cachorro se detuvo y se regresó con soberbia, olió a Nicole y se le echó en los pies—. Ah... maldición... —susurró y fue con ellos.

—Mira, es bipolar como tú —lo miró molesta—. ¡Es la segunda vez que tu perro persigue a Ezequiel! ¿Acaso quiere matar a mi pobre mascota?

—Se llama Zeus, tiene tres años y es un cachorro en crecimiento —la corrigió—. Puede ser que reconozca que es un alimento beneficioso en su dieta —frunció el ceño—. No sé, tal vez una pata de...

—¡Kylian! —lo interrumpió, él sonrió y sintió un movimiento en sus pantalones. Era jodidamente sexy que su acento escocés se reflejara en ese momento—. Dile a tu pe... Zeus que no se puede comer a Ezequiel.

—¿Nos vas a poner restricciones?

—Sí —dijo rotundamente.

—Zeus no se puede comer a Ezequiel y yo no te puedo comer a ti —alzó una ceja—. ¿Qué pasó, profesora? ¿Acaso le teme a quemarse? —la provocó.

Él la observó y aunque no quería ser indiscreto, miró sin disimulo el delgado y perfecto cuerpo de Nicole. Las curvas estaban en los lugares necesarios y sus pequeños pechos eran una obra de arte. Nicole era majestuosa con mucha o poca ropa. Pero ella no tenía idea de lo mucho que estaba siendo deseada en ese momento.

—Si vieras mis ojos tal vez podría explicarte mejor —él sonrió.

—No necesito verte a la cara para escucharte —pero igual obedeció.

—Las normas del buen...

—¿Eso me garantiza que no tienes miedo a quemarte conmigo? —la interrumpió.

—Terminé mi relación con Iker —confesó, él no demostró ningún tipo de emoción en cuanto habló—. Me voy en unos días por un vuelo privado, pero tengo libre pasado mañana por la noche, así que...

—¿Quieres salir conmigo, Nicole? —preguntó rápidamente.

—Ni siquiera me dejaste terminar —se cruzó de brazos.

—Fui educado y escuché la primera parte sin interrumpir. Además, pregunté si querías salir conmigo. No te lo exigí —acortó el espacio entre ellos—. ¿Te gustaría salir conmigo en una cita pasado mañana en la noche?

Ella sonrió.

—Todo lo que haces por tener una noche de sexo conmigo —ambos se rieron—. Pasa por mí a las 8 y piensa un poco a qué lugar me gustaría ir —aceptó.

—Ponte un lindo vestido —se acercó a su oído y susurró—. También trae tu pasaporte.

—No me voy a acostar contigo —él la tomó por sus mejillas y su boca rozó con la de ella.

Esa mujer estaba acabando con su paciencia de una manera nada sana y quería estar con ella de una manera muy insana. Mordió el labio de Nicole y besó la comisura de su boca.

—No juegues con fuego, Nicole —la soltó—. Porque yo si te haré arder conmigo —se alejó—. Zeus, vamos a casa.

Su mascota, que mágicamente se le quitó el sueño, se fue todo sucio a su casa nuevamente. Kylian no había terminado de entrar a la mansión cuando le fue dada la noticia.

—Pasado mañana tendrás al jefe de la caridad en el sótano. Todo estará listo en la noche para que hagas lo que tenías planeado.

Él sonrió al destino. La vida le estaba recordando que no podía dejarse llevar por el deseo que le tenía a una mujer. Ese espécimen siempre le nublaba los pensamientos con sus palabras bonitas.

—Me haré cargo del jefe —se detuvo y se dió cuenta de que Nicole lo había estado viendo—. Voy a salir pasado mañana en la noche. Si yo no he llegado a la fiesta de caridad, vas a dejarlos encerrados ahí hasta que recibas mis órdenes.

—¿Qué debo hacer? —preguntó Matt.

—Vas a quemarlos a todos mientras yo ceno con Nicole en el mejor restaurante de algún país que me apetezca visitar.

Ella dejó de mirarlo y él entró a la casa. 

De alguna manera, alguien iba a arder en dos días.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP