Por más que se allá intentado el odio de Laed hacia nosotros era demasiado grande, murió peleando sin arrepentimiento alguno, disfrutaba más que nada vernos sufrir y advirtiendo a los ancianos, al alfa y a los betas que combatieron en contra suya, que una bestia peor que él estaba al asecho cerro sus ojos para no despertar nunca más.
Y aquí Ronan apareces tú, hacían ya alrededor de quince años que Akira estuvo arreglando los convenios de paz entre los Quimeras y los Taed como se suele hacer.
Para aquel tiempo había una jovencita muy osada muy parecida a Luana, ella llevaba varios meses exigiend
Terminaron de narra aquella historia, pero, en mi mente la duda tomaba el control, eso no podía ser posible no hay forma de aquello realmente hubiese sucedido. Solo pensaba... Aquello solo podía ser una tonta broma y yo sería más idiota si realmente creyera aquello, no sabía que pensar, pues para mí era totalmente imposible. Exclamé...
Ha pasado 1 mes, aquella voz y aquellos ojos no han dejado de aparecer en mis sueños, durante cada semana que ha terminado algo nuevo se agrega en aquella imagen, paso de ser dos simples ojos, a tener orejas y cola, junto con un hocico, pero, aun aquel ser no estaba completo. Las noches parecen ser tan largas y caóticas me suelo espabilar muy rápido sobre todo permanezco alterada, empapada de sudor y con escalofríos, no sé qué sea aquello, pero me perturba, intenta hablar conmigo, pero, algo en mi impide escucharle, solo lloro, me desespero y despierto. Du
Entre a mi cuarto con la esperanza de descansar, me quite los zapatos y me acomode a orilla de la ventana.Toc,toc,toc ...Se escucho el sonido rítmico de unos nudillos contra la puerta, no tenía intenciones de ponerme de pie para abrir, pues tampoco no me apetecía hablar con nadie, o quien quiera que fuera que estuviese tocando, así que solo permanecíen silencio. Intento analizar lo sucedido, intento darle forma lógica a todo, pero, no lo logro, solo provoco abrumarme aún más.Necesitaba salir de aquella habitación así que rápidamente me coloco los zapatos, tomo las llaves, me pongo un abrigo y tomo mi teléfono, al abrir la puerta me encontré con Yin con la mano alzada echa un puño.—Precisamente iba a tocar. Comentó con cara sorprendida.—¿Qué haces aquí?Capítulo XXXIII - Los celos de Linda - Parte 1
En la cara de aquel chico se dibujó una sonrisa aterradora, una risa que fácilmente te provoca escalofríos desde los pies hasta la cabeza y sin pensarlo dos veces se abalanzo en contra mía.Me tomo por los hombros y me presiono contra el vehículo acercando completamente su cuerpo contra elmío, no forcejee en contra suya pues quería saber hasta qué punto llegaría, aun con aquella sonrisa tan detestable exclamó.&mdash
Aun mientras permanecía en el suelo frio batallaba para no perder el conocimiento el dolor a cada segundo que pasaba se agravaba, y lo único que llegaba a mi mente era la siguiente frase…—´´Como es posible que alguien que intenta pasar tan desapercibida pueda meterse en tantos divinos problemas´´.Mientras entre abría y cerraba mis ojos podía ver como aquella persona peleaba contra todos los que intentaban retenerme a la fuerza,uno a uno caíaal suelo malogrados
Estabalista para marcharme, pero para Yin se volvió buena idea el hecho de pararse justamente en frente de mi auto colocando sus manos encima del capó. — No pienso moverme de aquí hasta que hables conmigo. En su cara podía verse lo mucho que necesitaba que le explicase que mesucedíay sabía que hasta que no hablase con él no se movería. — Solo déjame ir Yin Aquel médico se quedó extrañado, confundido y un tanto inquieto, su rostro simplemente se dirigió a la nada permaneciendo sumergido en sus pensamientos, intentehablarle,pero aquello no daba resultado, hasta que la enfermera que le acompañaba sutilmente le toco el hombro. — Señor… DoctorÁlvarole pasa algo. Aquello le hizo regresar de nuevo a su consciencia, pero, no del todo algo me daba la impresión de que no iba nada bien. —Disculpe querCapítulo XXXVII - El hospital militar