En la cara de aquel chico se dibujó una sonrisa aterradora, una risa que fácilmente te provoca escalofríos desde los pies hasta la cabeza y sin pensarlo dos veces se abalanzo en contra mía.
Me tomo por los hombros y me presiono contra el vehículo acercando completamente su cuerpo contra el mío, no forcejee en contra suya pues quería saber hasta qué punto llegaría, aun con aquella sonrisa tan detestable exclamó.
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Aun mientras permanecía en el suelo frio batallaba para no perder el conocimiento el dolor a cada segundo que pasaba se agravaba, y lo único que llegaba a mi mente era la siguiente frase…—´´Como es posible que alguien que intenta pasar tan desapercibida pueda meterse en tantos divinos problemas´´.Mientras entre abría y cerraba mis ojos podía ver como aquella persona peleaba contra todos los que intentaban retenerme a la fuerza,uno a uno caíaal suelo malogrados
Estabalista para marcharme, pero para Yin se volvió buena idea el hecho de pararse justamente en frente de mi auto colocando sus manos encima del capó. — No pienso moverme de aquí hasta que hables conmigo. En su cara podía verse lo mucho que necesitaba que le explicase que mesucedíay sabía que hasta que no hablase con él no se movería. — Solo déjame ir Yin Aquel médico se quedó extrañado, confundido y un tanto inquieto, su rostro simplemente se dirigió a la nada permaneciendo sumergido en sus pensamientos, intentehablarle,pero aquello no daba resultado, hasta que la enfermera que le acompañaba sutilmente le toco el hombro. — Señor… DoctorÁlvarole pasa algo. Aquello le hizo regresar de nuevo a su consciencia, pero, no del todo algo me daba la impresión de que no iba nada bien. —Disculpe querCapítulo XXXVII - El hospital militar
Como si se tratase de una respuesta automática mi cuerpo me obligo a reaccionar volteando mi cara hacia el otro lado y limpiándome rápidamente los ojos me repuse de nuevo. — Si querías verme no tenías por qué llorar, solo tenías que llamarme. Efectivamente el señor Yin se hizo presente y con él su humor un tanto nefasto que carga consigo. — Te eh echo varias llamadas y la operadora contesta por ti, no serás tú quien no quería verme, la verdad no te culparía. El aún permanecía en la entrada, no muy bien me escucho decir aquello simplemente se acercó hasta la cama y sentándose a mi lado poso su mano sobre mi mejilla izquierda queriendo secar aquellas lagrimas que de nuevo humedecían mis ojos. — Como vas a pensar eso, ahora mismo eres la única familia que tengo, eres y serás siempre el regalo más preciado que mis padres y yo pudiéramos haber recibido. — No me intentes animar, tú mismo admitiste que aun antes de nacer me odiabas, mi nacimiento solo ha traído muerte, la separa
Escuchar aquello me sobrecogió bastante tenía miedo de lo que podría pasar si se lo decía, pero la verdad no tenía muchas opciones. — Yin tengo miedo de como vallas a reaccionar, incluso podrías llegar a pensar que tal vez me estoy volviendo loca y terminarías alejándote de mí. Cruzo su brazo izquierdo por encima de su estómago, mientras colocaba su codo derecho contra su mano izquierda quedando su mano derecha levemente rosando la parte baja de sus labios y repuso. — Entonces hay algo que
La verdad en aquel momento entendí que, si podía llegar a confiar en Yin, pero aquello que me hablaba en mis sueños no dejaba de perturbarme incluso parecía algo ilógico para mí aún más desconcertante. Por lo cual lleguen incluso a pensar que quizás simplemente era por el hecho de que aún no era capaz de verle de forma completa ya que siempre se aparece como un ser amorfo como si de un muñeco de retazos se tratase pues solo parecían piezas al azar difíciles de unir. Aun así, lo que me pareció mejor de toda aquella jornada era el tiempo que había ya transcurrido en su compañía, hablar con Yin ya no me hacía sentir tan atada, sino que un sentimiento de tranquilidad empezó poco a poco a asomarse en mí. Pero no todo era color de rosa ya que sin dudas había algo que me producía inquietud pues necesitaba entender cuanto tiempo aquella sensación de tranquilidad permanecería, con lo compleja que es mi vida deducía que no sería por mucho tiempo realmente así que necesitaba averiguarlo l
Acaricie suavemente su cabeza, no era capaz de apartar mi vista de él mientras emitía aquella acción, suavemente seacercomásamiquedando más cerca su hocico de la parte central de mi cuerpo, tuve la necesidad de tararear como si delante de mi se encontrase un niño en la cuna, la paz que sentía no era común en mi y simplemente me rendí a la sensación de ese momento.Levante la cabeza para de nuevo observar la imagen que se encontraba en ese lugar llevándome la sorpresa de que aquello era totalmente diferente, ni el bosque, ni las cabañas que tiempo antes había divisado ya no se encontraban, la vista había cambiado por completo de estar sentada en la hierva rodeada de un grupo de arboles, ahora solo me encontraba sentada sobre una peña rodeada de agua, al frente se enco
Recorrimos el pasillo hasta mi habitación, a lo lejos divisaba la imagen de una persona que para mi era conocida y en sus manos portaba un ramo de rosas. Nos acercamos hasta él, no pude evitar hacer el siguiente comentario… — Hola tonto. Sí, era Jacob. No era capaz de verme a la cara aparentemente el fue el responsable de aquella broma que término manteniéndome más tiempo de lo pensado aquel lugar. — Lo siento Hope, no debí hacerlo, de verdad soy un tonto. — Lo eres, pero eres mi gran torpe y loco tonto. Levanto el rostro, sus ojos se encontraban húmedos me quedaba claro que estaba luchando con sus emociones. — No puede ser, tu llorando ... todo el mundo corra.<