Capítulo 6 – La realidad es dura, y los sueños hay que dejarlos atrás.
A la mañana siguiente Emily estaba feliz, pues había quedado con Murray en unas horas y estaba realmente impaciente por empezar aquella ruta histórica.
Se preparaba el desayuno, en aquella enorme cocina. Acababa de sacar la leche sin lactosa del frigorífico cuando un sonido la asustó.
Caminó hacia la mesa de la cocina, donde su teléfono móvil sonaba sin cese. Se asomó sobre este, admirando el nombre de la persona que llamaba:
Emily nunca había tenido un cariño real hacia nadie, pues su padre murió cuando ella era una niña, rompiendo la única conexión real que sentía con alguien, y su madre nunca la dejó visitar a su abuela loca, así que siempre había tenido esa falta de conexión con alguien, pues su hermana Kayla y su madre, no pudieron llenar nunca el vacío tan grande que su padre había dejado en ella.
Por eso quizás, se inventó un amigo imaginario que tuviese esa conexión con ella, al que llamó William, al que nadie más veía o conocía en el pueblo.
Y así fue como comprendió, en aquel momento, que su madre y el doctor tenían razón sobre aquello, William Drake no existía, tan sólo era un producto de su imaginación, y ella estaba enferma, necesitaba aprender a diferenciar la realidad de los sueños.
Colgó el teléfono, sin responder si quiera a las insistencias del doctor por que volviese a casa, se sentó sobre la silla junto a la mesa, con la mirada perdida en el suelo, resignada a dejar todos aquellos sueños atrás, pues ya no sabía lo que era real de lo que no, y estaba tan confundida.
Su hermana entró en la cocina, seguida por Murray, que al parecer llegaba pronto, haciendo que la joven levantase la cabeza para mirar hacia ellos, limpiándose las lágrimas con rapidez, haciendo que ambos dejasen de hablar y mirasen hacia ella.
Capítulo 7 – Una alucinación muy lúcida.
Habían pasado algunos días desde aquello y Emily seguía igual. Se pasaba los días encerrada en su habitación, metida en la cama, llorando, y Kayla estaba comenzando a preocuparse de que su hermana estuviese en aquel estado. Incluso llamó a su madre varias veces para culparla de lo ocurrido, pero la mujer insistía una y otra vez que lo mejor para ella era que ingresara en un centro para ser curada.
Kayla conversaba en el salón con su amigo Alex, que acababa de llegar de una larga gira por el extranjero, ya que el joven era un prometedor músico.
Apenas unos minutos después entraba en la habitación de su hermana, haciendo que esta se diese la vuelta, indicándole que no estaba de humor para hablar con ella.
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Emily se asomaba a la ventana, observando el hermoso atardecer, al mismo tiempo que su hermana entraba en la habitación con algunos trajes, pero la joven ni siquiera le prestó atención, pues no le parecía una buena idea salir de aquel lugar, no le apetecía en lo absoluto.
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Aún no entendía cómo podía haberse dejado convencer por Kayla, odiaba estar allí, se sentía totalmente fuera de lugar en aquel jardín, rodeada de tanta gente que no conocía, todos lucían largos vestidos de noche.
Se apoyó sobre la barandilla, dejando la fiesta tras ella, y miró hacia la espesura de la noche de nuevo.
Miró hacia el despacio, vislumbrando primeros sus carnosos labios, rodeados de una bien recortada barba, subiendo la mirada un poco más, admirando su perfecta nariz, redondeada y puntiaguda, para luego subirla del todo, observando sus hermosos ojos verdes, haciendo en ese justo instante que Emily comprendiese que tan sólo era una alucinación, como otras muchas, pues aquel hombre que acababa de agarrar su brazo era William Drake.
Se soltó de él, de malas maneras y continuó su marcha, pues ya no podía volver a aceptarle en su vida, dolía demasiado cuando se daba cuenta de que no era real, tan sólo era un producto de su imaginación. Debería haberse quedado en casa, estar allí era tan difícil para ella que apenas sabía muy bien que hacer.
Corrió hacia la playa, con aquel largo vestido, sin tan siquiera despedirse de su hermana, pues estaba demasiado asustada después de haber vuelto a verle, después de haber comprendido que tenía razón, él tan sólo era una alucinación.
Tocó su pecho, afligida, y se lo golpeó con fuerza, mientras se tiraba al suelo de rodillas y comenzaba a llorar desconsoladamente en aquella silenciosa noche, frente al mar, expulsando todo su dolor de su interior, pues sabía que si no lo hacía moriría de dolor.
Capítulo 8 – Un lluvioso día.Cuando levantó, al día siguiente, Kayla la esperaba en el salón, con mala cara.¿Por qué te fuiste ayer así, sin despedirte siquiera? Estaba preocupada – le espetaba, mientras la muchacha se sentaba sobre el sofá.Las alucinaciones volvieron – aseguró, haciendo que la joven la mirase preocupada – te dije que no era bueno para mí…¿qué viste? – preguntó su hermana, con el alma en vilo.A él, a William.¿deberíamos volver a casa? – preguntó, pensando en que la mejor manera de que su hermana estuviese mejor quizás era la que su madre proponía, encerrar a la joven en un centro.Deberíamos.De acuerdo, reservaré un vuelo para esta misma semana.Hace un día de
Capítulo 10 – Los dibujos del museo.Caminaba por los pasillos del museo, calada hasta los huesos, con la mirada perdida, abriéndose paso hacia el lugar que el guarda de la puerta le había indicado que estaba la exposición de piratas del joven Murray.No podía ser real, pensaba a cada paso que daba, William Drake no podía haber existido realmente, si él había existido… ¿cómo podía saber ella tanto sobre él? Si en realidad nunca le había conocido … ¿cómo?Pero no pudo seguir pensando en aquello, pues acababa de llegar a una vitrina, donde se encontraba un catalejo, una brújula y una pistola.Miró hacia la brújula, con sumo interés, pues acababa de visualizar las letras WD grabadas en ella, comprendiendo que le pertenecían a él.Prosiguió caminando entre las vitr
Capítulo 12 – El error.Habían pasado unos pocos días desde aquello, y Emily se sentía algo mareada de buscar una y otra vez una explicación coherente para todo aquello, pero parecía imposible, cómo podía ser que él la hubiese dibujado, que él, que no sólo había existido realmente, recordaba cosas que habían vivido, pues las había plasmado en sus bocetos, estuviesen realmente allí, nada de aquello tenía ni pies ni cabeza.Kayla irrumpió en su habitación, de nuevo, haciendo que la muchacha levantase la cabeza de la pared, y mirase hacia ella, ya que había estado recostada sobre la pared minutos antes, intentando encontrar una explicación para todo aquello.Esta noche tenemos que asistir a una cena – aseguró, haciendo partícipe a su hermana, que volverían a salir –
Capítulo 14 – Un descuido.Emily no volvió a hablar sobre el tema después de aquello, pues sabía que Kayla tenía razón, y no quería volver a pensar en ello de nuevo, hablar sobre el hombre al que amó, aquel que no parecía ser real, le traía mucho dolor.Kayla canceló el viaje a casa en el último momento, con la excusa de que aún tenía cosas que resolver en aquel pueblecito de la costa de Irlanda, asegurando a su madre que su hermana estaba mejor, y que su internamiento en el centro podían esperar un poco más.Pero Emily sabía muy bien que sólo lo hacía para descubrir más cosas sobre William Drake, porque sabía que la única forma de salvarme era que comprendiese que él no era real, y para ello tendrían que llegar al fondo del asunto.De nuevo se encontraban en casa de
Capítulo 15 – ¿quién es él?Emily caminaba hacia casa, pensando en lo que había sucedido en casa de Alex, sus labios se parecían a los suyos, pero sabía que no era él, no había podido encontrar nada de él en sus ojos, tan sólo era un amigo de su hermana, nada más.Kayla tenía razón, aquel hombre al que amaba no era real, no sabía en qué momento todo se había complicado de aquella forma, pero lo que si sabía era que tenía que dejarle atrás, seguir aferrándose a él de aquella manera no traería paz a su corazón, en lo absoluto.+++++++++++++++++A la mañana siguiente, Emily desayunaba alegremente en el jardín, había cocinado después de mucho tiempo sin hacerlo, y cuando Kayla llegó hasta ella y admiró boquiabierta a
Capítulo 16 – Entre la verdad y la mentira.Emily caminaba por la playa junto a Alex, de camino a casa, mientras el muchacho la escuchaba con atención, aquellas intrépidas aventuras que la joven contaba sobre William Drake y su amada eran realmente interesantes, y lo más seductor de todo era que ella aseguraba que la joven de los dibujos era ella misma, cosa bastante comprensible dado al gran parecido que tenía con la muchacha de que aparecía en los retratos del museo.… y entonces tuvimos que dejar a nuestra pequeña Andrea … - aseguraba mientras él agarraba el medallón con la gema esmeralda que guardaba en su bolsillo, con fuerza, al escucharla hablar sobre aquello, pues ella aseguraba que aquella joya era mágica.Era cierto que él había percibido un destello especial en la gema esmeralda alguna que otra vez, pero de ahí a
Capítulo 17 – TemplanzaSobre el alfeizar de la ventana, en aquella casa de montaña, una joven, sentada, admirando como la lluvia cae sin cese, mojando los campos a su paso, mojando todo aquello que se encuentra desprotegido.Hubo un tiempo en el que temía ser mojada por ella, no hace mucho, pero parece tan lejano ahora, parece tan irreal, parece que quizás todos tengan razón y todo no era más que un sueño, pero hay algo que fue real, algo que aún siente dentro de su corazón, él existió realmente, él no es sólo un producto de su imaginación, él fue un pirata en antaño, aunque nunca se conocieran en realidad.Levantó las piernas, apoyando la planta del pie en el alfeizar, dejando caer su cuerpo hacia atrás, sobre la fría pared de aquella ventana, al mismo tiempo que cerraba los ojos, imaginando aquel apuesto r
Capítulo 18 – Locuras frente al mar.Emily reía a carcajadas, junto a su hermana, justo al lado del mar, arropándose con el pareo que había comprado en los puestos esta misma mañana, pues habían cometido la tremenda locura de bañarse en el agua, desnudas, y ahora no tenían con que secarse, pero parecía ser algo realmente divertido, pues ninguna de las dos podía parar de reírse.¿Viste la cara que puso cuando dijiste “Sí mamá, voy a quedarme unos días más”? – preguntaba, para luego admirar como su hermana volvía a estallar de la risa, al pensar en la cara que había puesto su madre al escucharla decir aquello.Deberíamos dejar de beber vino en las comidas – añadía Emily, haciendo que su hermana estallase en carcajadas de nuevo.Alex corr&