CAPÍTULO 138: EMBARAZO SECRETO.El edificio era un infierno de balas. Enzo disparaba con precisión, moviéndose entre las cajas como un lobo en cacería. Cassio disparaba con igual destreza, pero con menos calma. Su rostro estaba rojo de furia.—¡Giancarlo, viejo desgraciado! —gritó mientras derribaba a un hombre con un disparo al pecho—. ¡Hijo de la gran putana, nos vendiste como si fuéramos carne barata!Enzo, cubierto detrás de una pila de cajas, rodó los ojos. Disparó dos veces, acertando en el hombro de uno de los hombres que intentaba acercarse demasiado.—¡Cassio, menos drama y más puntería, ¿quieres?! —gruñó, recargando su pistola con movimientos rápidos—. ¡Si quieres maldecir a alguien, hazlo después de que salgamos vivos de esta mierda!Cassio, agachado detrás de una caja metálica, soltó una risa corta mientras disparaba al último hombre que se asomaba desde una esquina.—¡Perdona si no soy tan zen como tú, Enzo! —replicó, recargando su arma con manos temblorosas pero firmes—.
CAPITULO 138: CERRAR UN TRATO.―¡Ivan! ―exclamó Svetlana, la sorpresa iluminando su rostro antes de que una gran sonrisa se dibujara en sus labios.El le dio una sonrisa cálida y abrió los brazos justo antes de que ella corriera hacia él y lo abrazara con fuerza.―Malen'kaya roza (pequeña rosa) ―murmuró mientras la abrazaba.Svetlana se apartó lentamente todavía sorprendida.―No esperaba verte aquí ―dijo.Ivan sonrió mientras ambos se dirigían al sofá. Se sentaron, y él la miró directamente, como si quisiera asegurarse de que estaba bien.―Estoy en Chicago por unos asuntos de negocios ―explicó―. Cuando me dijeron que tú y Enzo estaban de regreso, no podía dejar de visitarlos.Svetlana le devolvió la sonrisa.―¿Y cómo está todo en casa? ―preguntó, esperando noticias del lugar que todavía consideraba su refugio.Ivan bajó la mirada por un momento, Y su tono se volvió melancólico.―Todos siguen extrañando al pakhan, pero todo está en calma por ahora.Lana asintió, comprendiendo perfectam
CAPITULO 140: SIEMPRE VOLVERÉ A TI.La habitación estaba envuelta en una penumbra cálida, iluminada solo por la luz tenue de una lámpara junto al lecho. Enzo estaba boca abajo, con la cabeza apoyada sobre sus brazos, mientras Svetlana se sentaba a horcajadas sobre sus caderas, sus manos deslizando con firmeza aceite tibio sobre su espalda musculosa.Él dejó escapar un suspiro pesado, relajándose bajo su toque, pero no podía ignorar la tensión que sentía en ella. Sus movimientos eran metódicos, casi mecánicos, como si su mente estuviera en otra parte.―¿Qué pasa por esa cabecita, amore? ―preguntó rompiendo el silencio.Svetlana se detuvo un instante, sorprendida por la pregunta.―Nada ―respondió con suavidad, retomando el masaje para evitarlo.Pero Enzo no se creyó ni por un segundo esa evasiva. Con un movimiento rápido, se giró y la sujetó por las muñecas, atrayéndola hacia él. Svetlana soltó un pequeño jadeo de sorpresa, sus ojos encontrándose con los de él, intensos y oscuros como l
CAPITULO 141: LA CAÍDA DE TODOS.Al día siguiente, Enzo se levantó temprano, con una determinación fría y calculada que hacía tiempo no sentía. Los alcances de los Torriani y Belladona había llegado demasiado lejos, y él estaba decidido a terminar con ellos de una vez por todas. Ya no era solo cuestión de poder; era personal. Esa misma mañana, Iván había ofrecido su ayuda y después de unos segundos de reflexión, aceptó. Sabía que Iván no era hombre de ofrecer algo sin un propósito claro, y en este caso, parecía que sus intereses estaban alineados.Por eso, ahora estaban en su estudio mientras el sentado en su silla de respaldo alto, tamborileaba los dedos en la mesa mientras escuchaba a Iván. Cassio, por su parte, estaba recostado en un sillón, con una copa de whisky en la mano y una sonrisa despreocupada en los labios.—La AGS está investigando a los Torriani y a los Belladona —dijo Iván, directo al grano —. Si jugamos bien, podemos hacer que ellos se encarguen de eliminarlos por no
CAPITULO 142: NEGOCIOS, POLÍTICA... AL FINAL, TODO ES LO MISMO.El despacho del gobernador.—¿Has tomado la decisión finalmente, Iván? —preguntó el hombre canoso, su tono fue directo y sin rodeos. —. Ya no hay vuelta atrás.Iván tragó saliva antes de responder. —Sí, lo he hecho. —Sus palabras salieron firmes, pero sus ojos traicionaban algo de inquietud—. Pero me preocupa cómo reaccionará Madison. No sé si podrá aceptarlo.El gobernador lo observó por un momento, como un hombre que evalúa una jugada en el ajedrez.—Madison lo entenderá. Has hecho lo que debías. Ella está en peligro.Iván asintió lentamente, como si necesitara convencerse a sí mismo. —Lo sé. Y le prometo que haré lo que sea necesario para asegurarme de que esté a salvo.El gobernador se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio. —Mi hija tendrá que acostumbrarse a ser tu mujer, le guste o no, ¿entiendes? Aquí no hay espacio para debilidades, Iván. No ahora.Mientras tanto, afuera, Enzo y Cassio est
CAPITULO 143: TU MUNDO Y EL MÍO.El salón privado de la mansión Bianchi resplandecía bajo la tenue luz de las lámparas de cristal, cada rincón impregnado de lujo y poder. Era una noche de celebración, un momento de tregua en el caos que siempre parecía rodear sus vidas.Santino, con una copa de whisky en la mano, se acercó a Enzo, le dio una palmada en el hombro, su sonrisa amplia y orgullosa.—Enzo, me llegó la noticia —dijo, su voz grave resonando sobre el murmullo del salón—. Los Belladona y los Torriani van a pasar una buena temporada tras las rejas. Un movimiento limpio, rápido... y letal. Bien hecho.Enzo alzó su copa en un gesto casual, aunque sus ojos brillaban con satisfacción. —No fue tan difícil. Cuando los peces gordos se creen intocables, bajan la guardia. Y ahí es donde entras tú.Andre, sentado cerca, intervino con un tono cargado de sarcasmo mientras giraba su copa de vino entre los dedos. —Ah, la justicia de este país. Tan firme e implacable como un castillo de naipe
CAPÍTULO 1: INFIDELIDAD EXPUESTA.La catedral Madre María estaba hermosamente decorada para la boda de ese día. En el altar, una pareja de novios era vista por todos como la pareja perfecta. El sacerdote, con una voz solemne, hizo la pregunta de rigor a la novia:—Svetlana Jones, ¿aceptas a Ricardo Bianchi como tu esposo para amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separe?Todos esperaban la respuesta afirmativa de la novia, pero lo que sucedió a continuación lo cambió todo.—No —dijo ella con firmeza, y en sus ojos se mostraba el dolor y la rabia a partes iguales.Todos en la iglesia contuvieron la respiración y el silencio se volvió pesado, hasta que fue roto por el grito ofendido de la futura suegra, Doménica Bianchi, la madre de Ricardo:—¡¿Te has vuelto loca?! —preguntó la mujer con frialdad.Svetlana miró a la que hasta hacía poco iba a ser su suegra y sonrió.—Lo que menos estoy es loca. Solo me di cuenta de que su hijo es una basura podrida —respondió.La mujer abrió los
CAPÍTULO 2: NUEVO NOVIO, MISMO DÍA.El hombre comenzó a caminar hacia el altar. Todo en él gritaba enigma y poder. Caminaba como alguien que iba por lo que quería, vistiendo un traje negro de tres piezas que moldeaba cada músculo de su cuerpo, y su cabello estaba un poco revuelto, dándole un aspecto salvaje. Era un hombre que, a pesar de su frialdad y aspecto peligroso, lograba que todas las presentes se derritieran por él.Los susurros entre los invitados no se hicieron esperar."¡¿Es él?! ¡Por Dios, ha vuelto!""No se supone que murió al igual que...""Shh, es mejor no mencionar su nombre..."En el altar y junto a Svetlana, Ricardo tragó un par de veces, sintiendo su corazón en la garganta. Lo último que había pensado era ver a Enzo Bianchi allí. El hombre se detuvo al llegar a ellos, pero sus ojos en ningún momento se apartaron de Svetlana, quien, desde que lo vio, tampoco pudo apartar los ojos de él. Ella se sentía atraída, pero al mismo tiempo nerviosa. Y sin ninguna explicación,