CAPITULO 141: LA CAÍDA DE TODOS.Al día siguiente, Enzo se levantó temprano, con una determinación fría y calculada que hacía tiempo no sentía. Los alcances de los Torriani y Belladona había llegado demasiado lejos, y él estaba decidido a terminar con ellos de una vez por todas. Ya no era solo cuestión de poder; era personal. Esa misma mañana, Iván había ofrecido su ayuda y después de unos segundos de reflexión, aceptó. Sabía que Iván no era hombre de ofrecer algo sin un propósito claro, y en este caso, parecía que sus intereses estaban alineados.Por eso, ahora estaban en su estudio mientras el sentado en su silla de respaldo alto, tamborileaba los dedos en la mesa mientras escuchaba a Iván. Cassio, por su parte, estaba recostado en un sillón, con una copa de whisky en la mano y una sonrisa despreocupada en los labios.—La AGS está investigando a los Torriani y a los Belladona —dijo Iván, directo al grano —. Si jugamos bien, podemos hacer que ellos se encarguen de eliminarlos por no
CAPITULO 142: NEGOCIOS, POLÍTICA... AL FINAL, TODO ES LO MISMO.El despacho del gobernador.—¿Has tomado la decisión finalmente, Iván? —preguntó el hombre canoso, su tono fue directo y sin rodeos. —. Ya no hay vuelta atrás.Iván tragó saliva antes de responder. —Sí, lo he hecho. —Sus palabras salieron firmes, pero sus ojos traicionaban algo de inquietud—. Pero me preocupa cómo reaccionará Madison. No sé si podrá aceptarlo.El gobernador lo observó por un momento, como un hombre que evalúa una jugada en el ajedrez.—Madison lo entenderá. Has hecho lo que debías. Ella está en peligro.Iván asintió lentamente, como si necesitara convencerse a sí mismo. —Lo sé. Y le prometo que haré lo que sea necesario para asegurarme de que esté a salvo.El gobernador se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio. —Mi hija tendrá que acostumbrarse a ser tu mujer, le guste o no, ¿entiendes? Aquí no hay espacio para debilidades, Iván. No ahora.Mientras tanto, afuera, Enzo y Cassio est
CAPITULO 143: TU MUNDO Y EL MÍO.El salón privado de la mansión Bianchi resplandecía bajo la tenue luz de las lámparas de cristal, cada rincón impregnado de lujo y poder. Era una noche de celebración, un momento de tregua en el caos que siempre parecía rodear sus vidas.Santino, con una copa de whisky en la mano, se acercó a Enzo, le dio una palmada en el hombro, su sonrisa amplia y orgullosa.—Enzo, me llegó la noticia —dijo, su voz grave resonando sobre el murmullo del salón—. Los Belladona y los Torriani van a pasar una buena temporada tras las rejas. Un movimiento limpio, rápido... y letal. Bien hecho.Enzo alzó su copa en un gesto casual, aunque sus ojos brillaban con satisfacción. —No fue tan difícil. Cuando los peces gordos se creen intocables, bajan la guardia. Y ahí es donde entras tú.Andre, sentado cerca, intervino con un tono cargado de sarcasmo mientras giraba su copa de vino entre los dedos. —Ah, la justicia de este país. Tan firme e implacable como un castillo de naipe
CAPITULO 144: SORPRESA.La fiesta estaba en su apogeo y Svetlana ajustó su vestido con manos temblorosas. Estaba nerviosa. Asi que respiró hondo y se dio valor.Su embarazo lo cambiaba todo, pero no su decisión. No iba a huir. Este era su mundo, su vida, y ahora también sería la de su hijo. Los tacones resonaban en las escaleras de mármol mientras bajaba. Y el murmullo de los invitados era un zumbido constante, el calor de las luces la envolvía, pero ella solo tenía un objetivo. Al llegar al último escalón, lo vio.Enzo estaba al otro lado de la sala, hablando con alguien importante. Su porte firme, su mirada calculadora, todo en él imponía. Entonces, como si lo sintiera, levantó la vista y la vio. Sus miradas se cruzaron. Fue un segundo, pero ella lo sintió eterno.Su corazón latía con fuerza, pero no se detuvo, cruzó la sala con pasos firmes, como si todo el peso de su decisión la empujara hacia él. Cuando llegó Enzo estaba rodeado de hombres importantes, todos hablando en voz ba
CAPITULO 145: PLACER Y SUMISIÓN.Enzo seguía abrazando a Lana con fuerza, aun procesando la noticia del bebé. Su risa baja y entrecortada mostraba la mezcla de emociones que lo invadían. La miró a los ojos, con una ternura que pocas veces dejaba ver, y acarició su rostro como si quisiera asegurarse de que todo era real.—No puedo creerlo, amore... otro bebé. Me haces más feliz de lo que merezco —le susurró, mientras sus labios rozaban su frente.Lana sonrió y sus dedos acariciaron la mano de Enzo, se apartó un poco y él lo notó al instante. Había algo más que ella quería decir.—Esposo... —comenzó, su tono siendo más serio ahora—. Hay algo más que quiero hablar contigo.Él frunció el ceño, aún con la emoción del momento brillando en sus ojos.—¿Qué pasa, amore? —preguntó, aunque habia un ligero tono de preocupación,Lana tomó aire, buscando las palabras correctas. Sus dedos subieron hasta acariciar la mejilla de su marido y lo miró con una intensidad que lo dejó inmóvil.—He tomado un
CAPITULO 146: ¡REPITELO, MALDITO BASTARDO!Svetlana y Enzo estaban en la consulta del médico. Ese día era su primera ecografía, un momento que habían esperado con ansias. Había pasado un mes desde que Svetlana le dio la noticia a Enzo, y sus vidas habían cambiado significativamente. Enzo había asumido el papel de capo otra vez, y todos en su círculo estaban felices por ello. Cassio, por otro lado, por orden de Enzo, se había establecido en Italia para encargarse de las operaciones allá, dejando todo perfectamente organizado. Todo marchaba sobre ruedas, pero ese día tenía un significado especial. Ambos estaban emocionados por ver al pequeño bebé que crecía en el vientre de Svetlana.Mientras esperaban, Enzo, no podía ocultar su felicidad, tomó la mano de su esposa y la miró con ternura. —Amore mio, estoy seguro de que es una bambina. Una princesa, igual que tú —dijo mientras se inclinaba y depositaba un suave beso en su frente.Svetlana sonrió, sus ojos brillaban de felicidad mientras
CAPÍTULO 147: DIFERENTES OPINIONES.El doctor Huich levantó las manos instintivamente, intentando calmarlo mientras luchaba por respirar.—¡Señor Bianchi, por favor! Entienda que esto no es algo que diga a la ligera. Solo estoy pensando en la salud de su esposa, no hay otra opción médica viable… —intentó explicar, aunque su voz se quebraba bajo la presión de la mano de Enzo.Svetlana, aunque devastada por lo que acababa de escuchar, reaccionó rápidamente. Se levantó de la silla y puso una mano en el brazo de él.—¡Enzo, basta! Por favor, suéltalo. Esto no va a resolver nada… —dijo con un tono suplicante, intentando calmarlo.Enzo respiraba con dificultad, sus músculos tensos mientras miraba fijamente al médico. Finalmente, soltó al doctor, quien cayó de pie pero visiblemente afectado. Se giró hacia Svetlana, con el rostro aún lleno de rabia, pero también de algo más: miedo. Miedo de perderla.La sala quedó en silencio nuevamente, con una tensión que parecía imposible de romper. El doc
CAPITULO 148: UN SUSTO INESPERADO.Los días pasaron pesados, llenos de silencios incómodos y miradas evitadas. Después de la confrontación en el dormitorio, Enzo y Svetlana apenas se dirigieron la palabra. Solo hablaban lo estrictamente necesario, y cuando lo hacían, sus voces eran frías, distantes. Esa noche, Enzo llegó tarde de nuevo. La casa estaba en completo silencio, como si nadie estuviera allí. Subió las escaleras con el corazón pesado, sintiéndose más perdido que nunca. Pensó en ir directo a su habitación, pero algo lo llevó a la de Matteo. Necesitaba verlo, aunque fuera dormido. Tal vez eso lo ayudaría a calmar el caos en su cabeza.Abrió la puerta con cuidado pero se detuvo en seco al ver a Svetlana sentada junto a la cuna. No lo había escuchado entrar. Ella estaba inclinada hacia adelante, sus hombros temblaban ligeramente, pero no hacía ningún ruido. Lloraba en silencio, mientras sus ojos estaban fijos en Matteo, que dormía, ajeno a todo.Enzo se quedó en la puerta, si