— Katherine, ¿Qué estás haciendo? — Preguntó Dante molesto sin soltarla, protegiendo a Mia. Mia tocó su cara molesta, sintiéndose cansada de ser golpeada por los demás, pero de nuevo no podía hacer nada, porque todos tenían más poder que ella, solo podía respirar profundo y soportarlo. — Hermano ella es una perr… — Respondió Katherine mirando a Mia con rabia, mientras actuaba como una niña mimada. — Más te vale que cuides tus palabras, vamos arriba. — Dijo Dante dándole una mirada sería. — Pero hermano. — Intentó replicar Katherine antes de quedarse callada y dejarse llevar al ver que él estaba realmente molesto y apretó sus manos en puños culpando a Mia de que su hermano favorito quien siempre la había mimado se comportará tan frío con ella. Los niños que estaban llegando siendo sostenidos por el ama de llaves, al ser liberados cuando Dante se llevó a Katherine, corrieron de inmediato hacía Mia. — Mamá lo siento, no pude protegerte. Mi tía es demasiado cruel. Quería detenerla,
Dante la miraba tenso, sintiendo que ella solo quería escapar de él y Mia quiso tragarse la lengua de inmediato, arrepentida por no estar pendiente de lo que decia al estar perdida en sus pensamientos. — No, no, no, Sr. Walsh, lo entendió mal. No lo pensé de esa manera. Solo esperaba encontrar un lugar tranquilo. Después de sufrir tanto acoso por parte de mi familia. — Explicó Mia nerviosa, no quería que él malinterpretara las cosas. — Ya llegamos, señorita Miller. — Espetó Dante cuando el chófer se estacionó, en este momento tenía muchas cosas en mente, no quería hablar más debido a su molestia y Mia asintió tomando a Lydia en sus brazos para bajar del auto. — Gracias por traernos. — Susurró un poco incómoda antes de bajarse. Dante las miró entrar a la casa frunciendo el ceño y luego el chófer volvió a acelerar el auto para irse. Por la noche, Dante estaba solo en el escritorio de su oficina, mirando por la ventana, la imagen en su mente era la primera vez que la vio al abrir la
Carson empezó a sudar de los nervios al no saber que responder, si este hombre poderoso tenía interés en Mia no podía decirle que la echó simplemente hace unos años y que no ha vuelto a saber nada de ella.— ¿Mi otra hija le interesa? — Preguntó Carson queriendo cerciorarse de lo que había escuchado.— Si, ella salvó a mi hijo y me gustaría poder agradecérselo en persona, compensarla. — Respondió Dante sin dejar de evaluar las expresiones de Carson.— ¿Ella regresó? ¿Dónde… dónde la vio? — Tartamudeo Carson avergonzado, no podía creer que ni él mismo sabía del regreso de su hija a la ciudad y tenía que enterarse por alguien como Dante.Lo que no pasó desapercibido, era que su hija y esposa que estaban escuchando la conversación no parecían sorprendidas en absoluto.— La verdad es que no lo recuerdo con exactitud, si usted cómo su padre no sabe nada, ¿Cómo yo siendo un extraño podría saberlo? — Cuestionó Dante arqueando una ceja y la cara de Carson se puso completamente roja de la verg
El dinero que Dante le había pagado por su proyecto aún no se hacía efectivo y esto podría tardar unos días porque era un monto muy grande, por eso Carson aunque quería ayudar a Mia con más dinero, no podía hacerlo por ahora.— ¿Realmente eres mi padre? — Preguntó Mia sintiéndose desconsolada, no podía entender como él podía solo ver en beneficio de su madrastra y Mandy. — No me has buscado en todo este tiempo, ni siquiera has preguntado cómo estoy o como está mi hija, simplemente vienes a exigirme que me vaya por el bien de tu esposa e hija, ¿Cómo puedes ser tan cruel?Al decir estás palabras una gota de lágrima cayó por el rostro de Mia y la limpió con rabia, pensando en que ya no debería llorar por estás personas y no debería permitirse ilusionarse con el cariño de su padre.«Por la única persona que debo preocuparme es por Lydia, ella es mi única familia.» Pensó tratando de ignorar la tristeza y la rabia que la estaba embargando al ser golpeada de nuevo por la indiferencia de su p
Él tampoco tenía la culpa de lo sucedido esa noche, él no engañó a Mia ni la obligó, simplemente algunos hilos alrededor de los dos se movieron y las cosas terminaron sucediendo de esa manera y él no recordaba bien su rostro y a pesar de eso había intentado buscarla luego de que Liam le fue entregado, solo que no había podido dar con su paradero. Era muy difícil encontrar a alguien de quien no tenía ningún tipo de información ni sabía cuál era su nombre, pero ahora que la había encontrado él realmente quería hacerse responsable, incluso cuando lo que pasó no fue su culpa. Pese a su molestia, Dante respiró profundo y quiso intentar explicar. —Quiero ser responsable, de hecho he intentado arreglarlo, le he pedido que se case conmigo, pero Mia simplemente no quiere aceptar, por eso vine a hablar contigo, necesito que me ayudes, quiero que la convenzas para trabajar como niñera de un niño y así firmará un contrato anónimo por cinco años, si lo haces… — Explicó él e Isabel al escuchar
Mia sintió el dolor, quedándose aturdida por un instante, hasta que sintió que las manos del hombre empezaban a tocar su cuerpo con perversión, la avasalló el asco y el rechazo, intentando apartarlo. —Suéltame, déjame en paz. — Gritó con desesperación, moviéndose para que él no pudiera besarla, sin poder detener todas las lágrimas que no dejaban de salir de sus ojos, mientras su cuerpo no dejaba de temblar. Arrepintiéndose de haber regresado a esta ciudad dónde solo encontraba dolor y que ahora que solo pretendía irse con su hija, volvían a lastimarla y de la peor manera. Sentía repulsión e incluso quería vomitarle en la cara al hombre para que dejara de tocarla, no podía soportar que él la destruyera de esta forma y su corazón se llenó de rencor por lo que Mandy era capaz de mandar a que le hicieran.—Ya me hartaste, te voy a enseñar una lección, las perras cómo tú solo tienen que obedecer, así que quédate quieta, hoy vas a ser nuestra y luego de muchos más en los barrios bajos
— Estoy bien, gracias Sr. Walsh. Pero, ¿qué está haciendo usted aquí? — Cuestionó Mia, justo antes de recordar lo que había hecho, había implicado a Dante en su secuestro, casi lo había olvidado. Se sintió nerviosa y avergonzada, sin saber que decir, pero Dante no parecía disgustado ni molesto. — El médico te ha examinado, no hay traumatismo, sólo alguna contusión. Mis hombres ya han atrapado a esos matones y los han entregado a la policía. — Explicó Dante sin dejar de mirarla con intensidad. Mia frunció el ceño confundida. — ¿Tus hombres? El tiroteo fue… — Eran mis guardaespaldas. Pero no te preocupes, los matones serán llevados ante la justicia. — Espetó Dante con una expresión dura al recordar que si no hubiese intervenido, quién sabe lo que le hubiesen hecho a Mia. — Siento haber tenido que mentir. Además, gracias por salvar a Lydia también.— Mia bajó la voz avergonzada por no haber podido proteger su hija y que Dante una vez más tuviera que rescatarlas. Imaginaba que así c
Mia giró la cabeza con emoción, seguía enfadada.— Sólo ha visto a Lydia un puñado de veces Sr. Walsh, ¿por qué me estoy dando cuenta ahora de lo arrogante que es usted? Usted no conoce realmente a mi hija. Y no creo que ella necesite un padrastro.— ¿De verdad cree que no necesita un padre? Es cierto que Lydia solo me ha visto pocas veces, pero ya cree que soy su padre, así que ¿cómo explica eso? — Cuestionó Dante arqueando una ceja, dándose cuenta que Mia era realmente testaruda, pero eso solo lo hacía sentir más interesado en ella. Mia se quedó sin habla.— Eso es porque tú la instigaste a hacerlo, ¡no estaba destinada a ser ese tipo de niña! — Argumentó Mia en tono elevado.— ¿Entonces por qué no te hizo caso a ti, su propia madre, en vez de a mí, una persona desconocida a la que sólo había visto dos o tres veces? — Yo…— Mia, no me respondas todavía. — Al decir esto, el hombre se sentó directamente en el borde de su cama, el olor a perfume volvió a impregnar, los latidos del co