Dante respondió, todavía sin mirar atrás:— Lo que dije es verdad, desapareceré Srta. Miller. Ahora no puedo seguir aquí, lo siento Lydia. —La voz de Dante se volvió profunda y distante.Mia sintió que se le helaba la sangre por un momento, no quería que él saliera de esa puerta en absoluto, pero por alguna razón no podía decir nada.—¡Mamá! ¡Por favor no dejes ir a papá! — Los ojos de Lydia estaban llenos de lágrimas y corrió hacia la cama de Mia.Al ver que Mia no respondía, Lydia notó el botón de emergencia al lado de la cama y lo presionó. Entonces Lydia tiró de la manija de la puerta antes de que Dante cerrara la puerta.— ¡Papá, no te dejaré ir! —Dante finalmente giró la cabeza, pero a través de la rendija de la puerta, Mia solo pudo ver que los labios del hombre, que en ese momento estaban llenos de energía, se habían vuelto pálidos. ¿Qué tan grave fue su lesión en el brazo? No esperaba herirlo al intentar alejarse de él.El médico residente estaba haciendo rondas cerca y lle
— Haz lo que te digo Axel, y además, dile a Katherine que no diga nada de Mia a los abuelos, o nadie le enviará una invitación a la Semana de la Moda de París el mes que viene. — Ordenó Dante, preocupado por las calumnias de Bruno hacía Mía y Lydia, porque es probable que Katherine se deje engañar por él y tome en serio las falsedades, y aún no le ha enseñado a Katherine los resultados de las pruebas de Lydia.— Sí, señor.— Además, necesito que le asignes una casa más bonita y en una zona más segura de mis propiedades a la que Mia y Lydia se puedan mudar pronto. — Ordenó pensativo, quería que mientras su hija y Mia no se mudaran con él, estuvieran cómodas y seguras.— Entendido, señor. ¿Se lo digo directamente a la Srta. Miller?— Quiero que vayas a ver a su amiga Isabel y trates de convencerla de que se muden, debe decirle a Mia que el precio del alquiler será un poco más bajo que el que pagan actualmente o que incluso un amigo se lo proporcionó gratis para que lo cuidara. — Respond
Mia abrió los ojos y se encontró con la mirada de la enfermera que recién había entrado a su habitación.— Señorita Miller, hoy se le dará de alta. —Informó la enfermera.— Está bien, gracias. —Murmuró Mia y vio a la mujer salir.Al quedar sola no pudo evitar pensar en lo sucedido con Dante ayer, se sentía muy reacia a dejarlo ir, desde entonces había un vacío en su pecho.Se sentía muy incomoda con esto y estaba preocupada por él, pensaba que él no debería haberse ido así, pero Dante simplemente se había negado a mirar atrás, dejándola sin nada más que la tristeza y la culpa ahogándola.Había sido su propia culpa, lamentablemente lo había entendido demasiado tarde y renunció a alguien que realmente la quería y se preocupaba por ella.Ahora ya no importaba si se arrepentía ni el dolor de perderlo, ya todo había terminado y pensaba que irse de aquí seguía siendo la mejor opción.Su secuestro lo había confirmado, sin importar lo que hiciera, ni si ella se mantenía a distancia, si seguía
Mia al verlo, voltea su rostro, ignorándolo, sigue caminando hacía el lado contrario de donde él venía como si no lo conociera, queriendo evitarlo porque no quería hablar con él, pero una mano la toma del brazo por detrás, deteniéndola y Mia con su cuerpo rígido, voltea hacía él. — Mía, espera, quiero hablar contigo. — Espetó Carson, soltándola. — Me enteré por la policía de que fuiste atacada por un grupo de personas y que fuiste hospitalizada, quería saber cómo estabas. — Dijo amablemente y ella frunció el ceño. Al escuchar las palabras de su padre Mia sintió que esto era irónico, él estaba diciendo que fue atacada por un grupo de personas, pero no hablaba de la persona que los instigo, la verdadera culpable. — Estoy bien, si eso es todo, debo irme. — Musitó Mia sin dejar de fruncir el ceño. Como ella esperaba, su padre nunca creía que Mandy le hizo daño, o lo sabía, pero fingía que no saberlo. Fuera lo que fuera, no tenía ánimos de discutir. Cuando Mia se dirigió a otra orienta
Todos los agravios, el dolor y las emociones incómodas llegaron a su corazón, pero Mia no pudo refutar que Carson tenía razón. Ella creó un escándalo, pero realmente no podía recordar quién habría pasado la noche con ella si no fuera con Bruno. Carson Miller no puede creer que hace seis años su esposa Celia echó a Mia, que estaba embarazada. Pero han sucedido cosas y él piensa que su esposa debe tener sus razones para hacer esto. Además, el comportamiento de Mia es casi imperdonable. Incluso si la dejara en casa, ella definitivamente intentaría escapar. — No quiero seguir peleando contigo Mia. La vida que estás viviendo como una rata de alcantarilla es tu propia elección. No pienses en culpar a tu hermana. Ahora súbete al auto conmigo y llévame a ver a mi nieta. Le traje un regalo.—Carson relajó ligeramente su tono. — Hace unos minutos estabas llamando bastarda a tu propia sangre. No dejaré que la vea, Sr. Miller. Si quiere ser abuelo, pídale a Mandy que le dé un nieto. Mi hi
Dante colgó el teléfono, volviendo a sentarse detrás de su escritorio, debía continuar trabajando ya que tenía planeado un viaje de negocios para encargarse él mismo de la adquisición de Eurofoods, en lugar de depender de una mujer que quería acercarse a él para lograrlo. De esta manera convencería a su abuelo de le dé más gestión en el grupo y no insista en que se case con esa mujer. Estaba perdido en estos pensamientos, mientras organizaba algunos documentos, cuando escuchó que alguien tocaba la puerta. — Papá. — Llamó Liam al otro lado. — Adelante. — Espetó Dante y el pequeño niño entró frunciendo el ceño. — ¿Qué sucede Liam? — ¿Dónde has estado estos días? — Cuestionó Liam un poco frustrado, sintiendo como si su papá hubiese estado evitando a su bisabuelo desde que Charles llegó. Dante se quedó en silencio por un instante, no quería que su hijo se enterara de lo que le pasó a Mia y tampoco que él había salido herido. — Tuve que trabajar mucho estos días, por eso no pud
Mia al ver a Katherine se tensó, la última vez que se habían visto su encuentro había sido demasiado desagradable. — Señorita Walsh, por favor suélteme. Este es un lugar médico. Luego, Katherine la llevó hasta el final del pasillo para evitar que su conversación llamara la atención. — Mia Miller, ¡nunca pensé que tu bastarda recibiría tratamiento aquí! Como tu bastarda es la hija de Bruno, no la molestaré. ¡Pero te advierto que nunca vuelvas a aparecer en ninguna de las propiedades de la familia Walsh! De lo contrario, pediré a los médicos de aquí que descalifiquen a su hija del tratamiento. — Katherine, estás equivocada. Mi hija no es…de Bruno…—Mia tuvo que apretar los dientes cuando dijo el nombre de Bruno. Este hombre causó miedo en su subconsciente. — Para ti y todos los demás, soy Srta Walsh. — Lo siento Srta Walsh, solo quiero decirle que nunca quise engañar ni ocultar deliberadamente cosas sobre Bruno, pero créame, mi hija no es su hija. — ¿Qué quieres decir? ¿Qui
— Aquí tiene, espero que sepa mantener esto también en secreto. — Espetó Axel. — ¿Que exactamente es esto? — Isabel tomo la bolsa con el ceño fruncido. — Mi jefe eligió esto para Lydia. Luego te transferiré una suma de dinero y podrás llevar a la señorita Miller a una tienda de moda para elegir un vestido. — Respondió Axel despreocupadamente. — Dame el número de tu cuenta bancaria. Isabel se lo dio de mala gana. En un instante, se acreditaron en su cuenta cientos de miles de dólares. Los ojos de Isabel se abrieron después de ver varios ceros. — ¿Estás loco Axel? ¿Por qué me das tanto dinero? ¿O crees que el dinero puede comprar el corazón de Mia? — Cuestionó Isabel exasperada. — Solo estoy siguiendo las instrucciones. Ahora tienes que llevar a Mia a una tienda de moda para comprar un traje que le quede bien, tienes que gastar todo el dinero.— Axel respondió sin ninguna expresión facial y esto solo hizo que Isabel se sintiera más frustrada. — Eres increíble, ¿estás loco? ¿Cr