NICOLÁS COOPER.

Veo a Roberto entrar al hospital y caminar hacia mí.

—¿Cómo está? —me pregunta cuando me ve sentando, mordiéndome las uñas de preocupación.

—No lo sé —le respondo—. No me dejaron quedarme con ella, dijeron que estoy muy "alterado".

Me levanto y empiezo a caminar de un lado a otro.

—¿Acaso no lo estas? —me cuestiona—. Desde lejos se puede oler tu preocupación.

—¿Cómo quieres qué no este así? —le pregunto—. Mi mate es la que esta herida y siendo atendida... Aquí.

Le digo con un poco de molestia, ya que este pequeño hospital está muy descuidado y desde que entre, me dio el olor a que muchas personas han muerto aquí y eso no es nada bueno en estos momentos.

—Podemos cambiarla de hospital.

—Eso estaba pensando.

—¿Familiares de Acacia Cooper?

Volteo y camino hacia la enfermera que pregunto eso.

—Soy su esposo —le digo— ¿Cómo está?

La enfermera me ve sorprendida por mi aspecto y huelo como se excita un poco.

—Ella está bien —me dice sorprendida—. Sigue inconsciente, pero esta