NICOLÁS COOPER.Camino de un lado a otro hasta que la puerta de la habitación se abre y por ella sale el doctor.—¿Cómo está? —le pregunto preocupado.—Bien —me contesta—. Aunque va a seguir con dolores de cabeza y mucha sed por unos tres días.Eso me calma un poco.—La droga que se le dio era muy fuerte y se le dio una gran cantidad —sigue hablando el doctor—. Tuvo suerte de no tener una sobredosis.Mierda.Debí de poner más atención en la dosis.—Aunque es una fortuna que ya hayan hecho la unión de sangres, de lo contrario, muy probablemente ella ahora estaría en el hospital —continúa hablando—. Hay que recordar quees humana y por lo tanto, es más débil.No por mucho tiempo.—Estos son los medicamentos que se le deben de dar para que esté bien.Me entrega una hoja.—¿Eso es todo? —le pregunto viendo la hoja.—Eso es todo.—Bien —le digo—. Si ya no tienes nada más que decir, te puedes retirar.El doctor hace una reverencia y Leon lo acompaña a la puerta.Cuando mi beta regresa y se
ACACIA LUNA.—No me gusta estar aquí —abrazo mis piernas—. No hay nada que hacer.—Puedes ver Netflix.—Llevo viendo Netflix desde hace mucho tiempo —le digo—. Ya me vi casi todo.—¿Casi todo?Asiento.—Casi todo —le confirmo.—Bueno...podríamos dar una vuelta por el Central Park.Asiento hasta que me doy cuenta de lo que dijo.—¿Central Park? —asiente— ¿¡Estamos en New York!?—Sí, ¿no te habías dado cuenta?Lo miro con cara de "¿es en serio?"—Por supuesto que lo sabía, por eso te pregunto —le digo sarcásticamente— ¿Por qué otra razón te lo preguntaría?—Ya entendí, ya entendí —me dice levantando las manos— ¿Alguna vez te he dicho que eres muy sarcástica?—Em...no.—Pues ya te lo dije.Ruedo los ojos.—No soy tan sarcástica —le digo—. Bueno, eso creo.—Sí eres muy sarcástica —me informa—. Pero bueno, hay una librería cerca de aquí.—¿En serio?—Sí —me responde—. Cuando vayamos a dar una vuelta por el Central Park podemos entrar y comprar unos libros para que no te aburras tanto.Me e
ACACIA LUNA.Veo mis manos con ganas de llorar mientras las mujeres me arreglan el cabello y me maquillan.El anillo en mi dedo anular hace que me sienta peor de lo que ya me siento.—Listo —me dice una de ellas— ¿Qué le parece? ¿Le gusta?Me veo en el espejo y siento un nudo en mi garganta cuando veo mi aspecto.—Sí —le contesto volviendo a ver mis manos—. Me gusta.Ellas hablan de lo que no debo de hacer con el maquillaje y el peinado, pero no les pongo atención.Yo solo me limito a asentir y a decir "ok" cada vez que me dicen algo.Alguien toca la puerta de la habitación y las tres volteamos nuestras cabezas.Nicolás nos ve desde el marco de la puerta.—Ustedes dos, fuera.Las mujeres asienten y salen rápidamente de la habitación después de agarrar sus cosas.—Te ves muy bien.Lo ignoro.—¿Ya escogiste un vestido de novia?Lo ignoro.—Yo ya tengo listo mi traje —me dice—. Es negro.¿Y a mí qué me importa?Me asusto y me regaño a mi misma cuando recuerdo que él puede leer mis pensam
ACACIA LUNA.—¿Cameron?Él viene y me abraza.Yo le devuelvo el abrazo y lloro de felicidad en su hombro.Lo extrañé tanto.Levanto un poco la mirada y veo a una mujer pelirroja vernos desde el marco de la puerta.Cameron se separa y lo primero hago es preguntarle:—¿Quién es ella?Mi hermano voltea y ve brevemente a la mujer antes de volver a verme a mí.—Es Sarah —veo como se sonroja un poco—. Es mi novia.Lo miro sorprendida.Ok, eso no me lo esperaba.—Ella es una hada.Los miro asustada y me alejo lo más posible en la cama.—Tranquila, no te voy a hacer daño —me habla Sarah—. Somos cuñadas después de todo.Veo a Cameron asustada.—No pasa nada —me dice—. Solo tranquilízate por favor.Asiento intentando tranquilizarme, pero la poca tranquilidad que consigo se va cuando recuerdo algo.Nicolás.Veo asustada a mi hermano.—Hay que irnos de aquí ahora —le digo llorando—. Él va a venir y nos va a matar.—Hermanita, tranqui...—HAY QUE IRNOS YA.Él me ve sorprendido cuando me ve desespe
TIEMPO ATRÁS...Melody se encerró en su habitación y suspiró.Lidiar con Tamara era cada vez más difícil.Y ni hablar de sus padres, los cuales como siempre, defendían a su hermana.Lo bueno es que los mellizos no eran así.Lo malo es que Tamara se volvía más insoportable.Y sus padres no se daban cuenta de la situación.O por lo menos eso parecía.Se dejó caer en la cama y se tapó el rostro con las manos.Desde que Ian se había ido, las cosas para ella en la casa se habían vuelto más complicadas.Abrió el cajón de su mesa de noche y saco una pequeña píldora color rosa pastel."—Toma esta pastilla antes de dormir y dejarás esta vida."Se le quedó viendo fijamente a la pastilla."—Tú sabrás cuando será el momento indicado."Se levanto de su cama y fue a su baño."—Esta pastilla solo reacciona cuando estás dormida, así que puedes tomarla en cualquier momento del dia."Miro su reflejo en el espejo y después miro la píldora.Se cuestionó si era lo correcto,pero entonces empezó a recordar
ACTUALIDAD.—Encontré una casa —me dice Cameron—. Lo malo es que la cocina deja mucho que desear.—¿Tan mal esta? —le pregunto.—Con suerte entra una persona, creo que con eso te digo mucho.Rayos.—¿Y no podemos arreglarla?—Creo que sí, pero como es muy pequeña a lo mejor tendremos que contratar a alguien para que la amplíe y haga todo lo necesario para que quede bien —responde— ¿Y tú, encontraste algo?—Sí —le contesto—. De hecho, hace rato fui a ver una, pero no cumple con nuestros estándares.—Déjame adivinar —se queda callado por unos segundos—. Las habitaciones son demasiado pequeñas.—Bingo.—Creo que soy bueno en esto —bromea.—No te creas mucho —me rio—. Ni que te hubieras ganado la lotería o algo por el estilo.—Pero así me amas, ¿o me equivoco?—¿Quieres la verdad o la mentira?—La mentira.—Te amo mucho y eres el mejor hermano del mundo.—Escogí la mentira, no la verdad, debes limpiarte los oídos.—Debes de hacerlo tú.—Ya casi se acaba mi descanso...¿Qué?—¿Desde cuándo
NICOLÁS COOPER.—No entiendo por qué sigues cambiando la foto —me dice Leon—. Pronto estarán juntos.Estoy seguro de que harías lo mismo.—Las personas cambian mucho físicamente.—Pero no en un día, todos los días cambias la foto del retrato y eso no es algo muy normal que digamos.¿Normal? Que extraña palabra.—No sé por qué te sorprendes —le digo—. Tú harías lo mismo si estuvieras en mi lugar.—No digas mentiras —me regaña—. A comparación tuya, yo sí sé comportarme y no actúo como un acosador.—Solo la estoy protegiendo.—Acosándola, mejor dicho.Jamás lo va a entender.—¿En dónde están los idiotas de mi gamma y delta?—Que humor.—Contesta.—Roberto está espiando a tu mate y Michael fue a arreglar los últimos detalles de tu plan.—Perfecto —le digo— ¿Qué sabes del hermano de mi melodía?—Llegó al hotel al medio día, se contactó con Acacia y ahora está trabajando en lo que pediste.—Todo parece ir bien.—Todavía estas a tiempo de arrepentirte y de conquistarla como una persona norma
ACACIA LUNA.—Aquí tiene su licuado, jovencita —me dice la señora entregándome mi vaso.—Gracias —le doy un billete—. Quédese con el cambio.—¡Vuelva pronto! —escucho como me grita cuando estoy saliendo del local.Son apenas las tres de la tarde, el clima es perfecto; no hace calor, pero tampoco hace frío.Es uno de esos días en los que disfrutas como los pocos rayos del sol junto con su aire te pegan en todo el cuerpo.Creo que se podría decir que el clima es perfecto.Lo malo es que Cameron se fue de viaje y no tengo trabajo hoy, así que me la pasaré en mi habitación o en el sofá buscando con que entretenerme.Y si no encuentro con que entretenerme, entonces me dormiré o buscaré un libro en la librería que está cerca del edificio en donde vivo.Sí, ese es un muy buen plan.—Disculpa —un hombre se me acerca—. Estoy perdido, ¿sabes dónde queda esta dirección? —me enseña un pedazo de papel.—Claro —le respondo—. Doblas a la izquierda en esta esquina y luego es todo derecho.—Gracias —m