Durante el camino hacia el hotel, Alex quedó pensativo sobre lo sucedido. Se sintió incómodo al saber que la había hecho llorar y que sus lágrimas eran por otro hombre, lo cual lo dejó afligido. Perdió todo el deseo que había sentido esa noche, ya que se sintió rechazado y no estaba acostumbrado a eso. Rebecca tenía la cabeza apoyada en el vidrio, perdida en sus pensamientos. Se estaba odiando por pensar en Peter. Él la lastimó y ella ya no quería sentir nada por él, solo desprecio, pero todo era muy reciente. Alex salió del auto y abrió la puerta para ella.– Gracias. – Dijo ella sin mirarlo.Al llegar a la habitación, Rebecca fue directo al baño. Pasó largos minutos debajo de la ducha, dejando que sus lágrimas se mezclaran con el agua que recorría su cuerpo. Alex se quedó parado frente a la ventana, pensando en cómo unas pocas palabras habían arruinado la noche. Después de un rato, ella salió del baño envuelta en una bata y con una toalla en el cabello. Alex se volteó al escuchar el
Durante el trayecto al aeropuerto, apenas intercambian palabras, llevan una mezcla de sentimientos.– Entonces, Sr. Baker, su viaje ha terminado. Por favor, déme 5 estrellas, ¿de acuerdo?– No, necesitas mejorar un poco más para eso. Como mucho 2 estrellas, y estoy siendo generoso. – Alex baja y recoge sus cosas del maletero.Rebecca baja del auto, su corazón late rápido. Odia las despedidas y sus sentimientos están confusos.– Entonces, Sr. Baker, gracias por estos días. Fue un placer conocerte.Alex se acerca y la besa. Le acaricia la cara y la besa de nuevo.– Aún tienes tiempo para venir conmigo, solo tienes que quererlo, Srta. Jenkins.– No puedo. Pero te deseo un buen viaje. – Esta vez, toma la iniciativa de besarlo, besándolo durante varios minutos. – Dormiré todos los días con tu camisa, solo con ella. Hasta luego, Sr. Baker. – Se sube al auto y se aleja.Él queda inmóvil, viéndola alejarse, aún asimilando lo que dijo y controlando su deseo de seguirla. Respira y se dirige al
Rebecca observa a Magno, quien sigue en silencio sin dirigirle la palabra. Luego, ella vuelve a hablar.– Hasta donde sé, el único que fue un imbécil conmigo fue él. Nadie más. Entré esa noche al bar decidida a encontrar al hombre más estúpido que pudiera. – Ella mira a Peter. – Alguien que pasara la noche dándome placer, aprovechando cada centímetro de mi cuerpo. Algo que tu hijo nunca sabrá cómo es, porque nunca me volverá a tocar. Quería a alguien que ni siquiera se molestaría en llamarme al día siguiente. Así que no me importa que se haya ido, porque obtuve exactamente lo que buscaba. – Robert golpea la mesa, asustando a todos.– Levántate de esta mesa ahora. Si estás contenta de ser una puta, no perteneces a esta familia. Ahora estarás castigada en casa, reflexionando sobre tus acciones. Ya no avergonzarás a nadie más, ¿entendiste?– Ya no soy una niña. No me quedaré castigada. – Estaba exhausta de la vida que solía llevar. – Regresaré al campus. Entonces, tu preocupación de que
En Boston, Richard llega al restaurante para almorzar con sus amigos.– Ryan, me tomé unos días libres. Escuché que vas a Nueva York. Iré contigo. Alex me dijo que fuera. Vamos a disfrutar en la ciudad, ¿qué te parece? ¿Qué pasó, Sophia? Parecían estar bien y de repente se separaron. Hablé con Alex ayer y estaba con una mujer. Incluso ella me pidió consejos de diversión para hacer con él. ¿Cómo pasaron de un posible compromiso a esto? – Sophia se atraganta con el agua que estaba bebiendo y tose sin parar. Ryan sacude la cabeza.– ¿Qué dijiste? ¿Es una broma, verdad? – Pregunta incrédula. Richard mira a Ryan sin saber qué decir. – Pero qué tipo tan despreciable, ha estado ignorándome estos últimos días para andar con cualquier mujer por ahí. ¿Dónde está él, Ryan? No me mientas. – Comienza a llamar a Alex, pero solo llega al buzón de voz, ya que él ya está en su vuelo. Ella llama varias veces sin éxito.– Está en Seattle, Sophia, o volando hacia Nueva York. Me dijo que iba a Nueva York
Alex llega a Nueva York al inicio de la noche. En el hotel, enciende su celular y verifica varias llamadas de Sophia y sus amigos.– ¿Qué diablos está pasando? – Se cuestiona. Llama a Ryan. – Entonces, ¿qué está pasando? – Pregunta al ser atendido.– Tenemos un problema, Alex. – Lo pone en altavoz.– Alex, lo siento mucho, de verdad no sabía. Pensé que tú y Sophia habían terminado y terminé hablando de eso ayer. – Escuchan el suspiro de Alex.– Bueno, ¿y qué? ¿Por qué es un problema? No me importan estos dramas.– Sophia quiere acompañarnos a Nueva York. – Alex se ríe al escuchar eso.– ¡Carajo! ¡No quiero que ella esté aquí! Siempre me están causando problemas. Resuelvan esta mierda. Si no quieren enfrentar las consecuencias.– ¿Quién es ella, Alex? – Pregunta Ryan. Alex ignora, no responde y cuelga.– Dije que él estaba con otra.– No puedo creer que Alex haya hecho algo así. ¿Cómo se atrevió?– No lo sé, pero olvídalo por ahora. Vamos a encontrarnos con Saulo.En la habitación del
En Seattle, en la fiesta de la piscina, los grupos de amigos están separados, evitando problemas entre ellos después de todos los incidentes de los últimos días.– Deberían haberla escuchado hablar, como si fuera bonito ser usada y desechada por un hombre. – Dice Sabrina burlándose. La atracción que sintió por Alex la irritaba de todas las formas, aún más porque él salió con su prima.– No estuve en la fiesta anoche, pero Melissa me dijo que el hombre con quien estuvo Becca es muy guapo e interesante. El poder que emana hizo que ella mojara su ropa interior. – Se divierte Tiffany.– Es normal, Peter es mucho más guapo. – Dice Samantha con desdén. – Solo estuvo con ese hombre para quedar por encima, pero al final solo logró convertirse en una vulgar delante de todos. Ni siquiera ese tipo la respetó, se acostó con ella todo el fin de semana y se fue sin mirar atrás.En el grupo de amigas de Rebecca, están conversando; ella se ríe sola, dejando claro que ha bebido demasiado.– Estaría mu
Alex se levanta y se dirige hacia la ventana, quedándose pensativo durante largos minutos. Verifica la hora y baja al vestíbulo del hotel.– Envié todos los contratos a tu correo electrónico, prepáralo todo para mañana. – Dice Alex, acercándose a Ryan y Richard. Luego se dirige al bar del hotel. Como no suele beber sin motivo, sus amigos saben que está de mal humor. Lo siguen en silencio. – Una botella de Macallan Sherry Oak, por favor. – Le pide al camarero. Alex se dirige a la mesa para esperar. – Ustedes me han metido en un buen lío. ¿Dónde está lo que les pedí? – Pregunta, observándolos.– ¿Qué es todo esto, Alex? ¿Qué has estado haciendo en estos últimos días? – Pregunta Ryan, entregando la memoria USB y observando cómo Alex la conecta al celular.– Trabajando como siempre. – Responde, mirando los archivos en su celular.– Alex, lo siento. Todo fue culpa mía. Pensé que ustedes habían terminado. Nunca estuviste con otra mujer mientras estabas en una relación con Sophia. – Dice Ric
En Seattle, Rebecca abre los ojos y siente que su cabeza da vueltas, una vez más por haber exagerado en la bebida. Divisa en el sillón ropa que probablemente sus amigas dejaron allí. Se levanta, realiza su higiene personal y sale de la habitación, encontrando a sus amigos en el comedor.– Mira a la bella durmiente. Me has hecho pasar un mal rato otra vez, jovencita. - Dice Luan.– No beberé la próxima vez. – Dice riendo, provocando risas en sus amigos.– ¿Estás bien, amiga? – Pregunta Susan.– Sí, lo estoy. Todavía no puedo creer lo que pasó.– Todos quedamos sorprendidos. Peter es un idiota. – Dice Marcelo.– Seguramente lo es, pero sabes, creo que la bebida me salvó. Porque una parte de mí quería aceptarlo. Si estuviera sobria, seguramente estaría con él ahora y probablemente me arrepentiría de haberlo perdonado. No puedo quedarme aquí, creo que volveré al campus.– Becca, huir no va a servir de nada. Tienes que enfrentar esto, no tiene sentido engañarte a ti misma, amiga, todo cola