Rebecca observa a Magno, quien sigue en silencio sin dirigirle la palabra. Luego, ella vuelve a hablar.– Hasta donde sé, el único que fue un imbécil conmigo fue él. Nadie más. Entré esa noche al bar decidida a encontrar al hombre más estúpido que pudiera. – Ella mira a Peter. – Alguien que pasara la noche dándome placer, aprovechando cada centímetro de mi cuerpo. Algo que tu hijo nunca sabrá cómo es, porque nunca me volverá a tocar. Quería a alguien que ni siquiera se molestaría en llamarme al día siguiente. Así que no me importa que se haya ido, porque obtuve exactamente lo que buscaba. – Robert golpea la mesa, asustando a todos.– Levántate de esta mesa ahora. Si estás contenta de ser una puta, no perteneces a esta familia. Ahora estarás castigada en casa, reflexionando sobre tus acciones. Ya no avergonzarás a nadie más, ¿entendiste?– Ya no soy una niña. No me quedaré castigada. – Estaba exhausta de la vida que solía llevar. – Regresaré al campus. Entonces, tu preocupación de que
En Boston, Richard llega al restaurante para almorzar con sus amigos.– Ryan, me tomé unos días libres. Escuché que vas a Nueva York. Iré contigo. Alex me dijo que fuera. Vamos a disfrutar en la ciudad, ¿qué te parece? ¿Qué pasó, Sophia? Parecían estar bien y de repente se separaron. Hablé con Alex ayer y estaba con una mujer. Incluso ella me pidió consejos de diversión para hacer con él. ¿Cómo pasaron de un posible compromiso a esto? – Sophia se atraganta con el agua que estaba bebiendo y tose sin parar. Ryan sacude la cabeza.– ¿Qué dijiste? ¿Es una broma, verdad? – Pregunta incrédula. Richard mira a Ryan sin saber qué decir. – Pero qué tipo tan despreciable, ha estado ignorándome estos últimos días para andar con cualquier mujer por ahí. ¿Dónde está él, Ryan? No me mientas. – Comienza a llamar a Alex, pero solo llega al buzón de voz, ya que él ya está en su vuelo. Ella llama varias veces sin éxito.– Está en Seattle, Sophia, o volando hacia Nueva York. Me dijo que iba a Nueva York
Alex llega a Nueva York al inicio de la noche. En el hotel, enciende su celular y verifica varias llamadas de Sophia y sus amigos.– ¿Qué diablos está pasando? – Se cuestiona. Llama a Ryan. – Entonces, ¿qué está pasando? – Pregunta al ser atendido.– Tenemos un problema, Alex. – Lo pone en altavoz.– Alex, lo siento mucho, de verdad no sabía. Pensé que tú y Sophia habían terminado y terminé hablando de eso ayer. – Escuchan el suspiro de Alex.– Bueno, ¿y qué? ¿Por qué es un problema? No me importan estos dramas.– Sophia quiere acompañarnos a Nueva York. – Alex se ríe al escuchar eso.– ¡Carajo! ¡No quiero que ella esté aquí! Siempre me están causando problemas. Resuelvan esta mierda. Si no quieren enfrentar las consecuencias.– ¿Quién es ella, Alex? – Pregunta Ryan. Alex ignora, no responde y cuelga.– Dije que él estaba con otra.– No puedo creer que Alex haya hecho algo así. ¿Cómo se atrevió?– No lo sé, pero olvídalo por ahora. Vamos a encontrarnos con Saulo.En la habitación del
En Seattle, en la fiesta de la piscina, los grupos de amigos están separados, evitando problemas entre ellos después de todos los incidentes de los últimos días.– Deberían haberla escuchado hablar, como si fuera bonito ser usada y desechada por un hombre. – Dice Sabrina burlándose. La atracción que sintió por Alex la irritaba de todas las formas, aún más porque él salió con su prima.– No estuve en la fiesta anoche, pero Melissa me dijo que el hombre con quien estuvo Becca es muy guapo e interesante. El poder que emana hizo que ella mojara su ropa interior. – Se divierte Tiffany.– Es normal, Peter es mucho más guapo. – Dice Samantha con desdén. – Solo estuvo con ese hombre para quedar por encima, pero al final solo logró convertirse en una vulgar delante de todos. Ni siquiera ese tipo la respetó, se acostó con ella todo el fin de semana y se fue sin mirar atrás.En el grupo de amigas de Rebecca, están conversando; ella se ríe sola, dejando claro que ha bebido demasiado.– Estaría mu
Alex se levanta y se dirige hacia la ventana, quedándose pensativo durante largos minutos. Verifica la hora y baja al vestíbulo del hotel.– Envié todos los contratos a tu correo electrónico, prepáralo todo para mañana. – Dice Alex, acercándose a Ryan y Richard. Luego se dirige al bar del hotel. Como no suele beber sin motivo, sus amigos saben que está de mal humor. Lo siguen en silencio. – Una botella de Macallan Sherry Oak, por favor. – Le pide al camarero. Alex se dirige a la mesa para esperar. – Ustedes me han metido en un buen lío. ¿Dónde está lo que les pedí? – Pregunta, observándolos.– ¿Qué es todo esto, Alex? ¿Qué has estado haciendo en estos últimos días? – Pregunta Ryan, entregando la memoria USB y observando cómo Alex la conecta al celular.– Trabajando como siempre. – Responde, mirando los archivos en su celular.– Alex, lo siento. Todo fue culpa mía. Pensé que ustedes habían terminado. Nunca estuviste con otra mujer mientras estabas en una relación con Sophia. – Dice Ric
En Seattle, Rebecca abre los ojos y siente que su cabeza da vueltas, una vez más por haber exagerado en la bebida. Divisa en el sillón ropa que probablemente sus amigas dejaron allí. Se levanta, realiza su higiene personal y sale de la habitación, encontrando a sus amigos en el comedor.– Mira a la bella durmiente. Me has hecho pasar un mal rato otra vez, jovencita. - Dice Luan.– No beberé la próxima vez. – Dice riendo, provocando risas en sus amigos.– ¿Estás bien, amiga? – Pregunta Susan.– Sí, lo estoy. Todavía no puedo creer lo que pasó.– Todos quedamos sorprendidos. Peter es un idiota. – Dice Marcelo.– Seguramente lo es, pero sabes, creo que la bebida me salvó. Porque una parte de mí quería aceptarlo. Si estuviera sobria, seguramente estaría con él ahora y probablemente me arrepentiría de haberlo perdonado. No puedo quedarme aquí, creo que volveré al campus.– Becca, huir no va a servir de nada. Tienes que enfrentar esto, no tiene sentido engañarte a ti misma, amiga, todo cola
Alex está parado frente a la ventana, perdido en sus pensamientos. Vuelve en sí cuando su teléfono celular suena.– Papá, buenas noches. – Dice al contestar.– Hijo, ¿cómo estás? Supongo que los problemas ya te han alcanzado.– Estoy bien, nada que no pueda manejar. Pero dime, ¿cómo está la situación allá? Para que pueda prepararme.– Las cosas están caóticas, Alex. Todos están tratando de descubrir cómo resolver y salvar el compromiso que planean anunciar al final del verano.– No habrá compromiso. De hecho, ni siquiera lo habría habido antes, y ahora mucho menos.– ¿Vas a contarme qué pasó?– Fue solo otro de los brotes de Sophia, nada nuevo en mi vida.– ¿Estabas con otra mujer?– Sí, lo estaba. – Escucha golpes en la puerta. – Lo siento, tengo que colgar. Resolveré esto cuando regrese.– Pero, Alex...– Hablamos cuando regrese, adiós, papá.– De acuerdo, hijo, te quiero. Cuídate. – Dice Luiz y Alex cuelga.– ¿Qué quieren ustedes? – Pregunta al abrir la puerta.– Entonces, ¿estás l
Algunos días después, cuando los asuntos en Nueva York finalmente llegaron a su fin, Alex regresó a Boston. Deliberadamente evitó todos los intentos de contacto tanto de Sophia como de sus familiares. Durante toda la semana, trabajó desde una de sus casas, optando por evitar cualquier interacción con los miembros de su familia en el grupo Shaw. El fin de semana, después de varios días de incertidumbre sobre el paradero de Rebecca, finalmente recibió un correo electrónico de la concesionaria."Estimado Sr. Baker, buenos días. Nos gustaría informarle que el contrato de arrendamiento de su vehículo ha sido finalizado. Agradecemos que haya elegido nuestros servicios."Al leer ese correo electrónico, Alex sintió una incomodidad surgir, pero el verdadero golpe vino cuando recibió un mensaje de Rebecca. Fue en ese momento que se sintió desanimado, al darse cuenta de que ya no tenía motivos plausibles para mantener contacto con ella."Sr. Baker, en el futuro, reembolsaré todos los montos que