Al abandonar la residencia de los Shaw, Alex guía a Rebecca hasta un supermercado. Durante todo el trayecto, ella mantiene un silencio reflexivo, mientras él la observa detenidamente en los semáforos.– ¿Por qué estamos aquí, Alex? – Pregunta ella cuando él estaciona.– Necesitamos adquirir los ingredientes necesarios para que prepares una comida para los dos.– He perdido el interés, ya no voy a cocinar.– Seguro que sí lo harás, me lo debes. – Afirma, saliendo del coche y abriéndole la puerta.– No veo la necesidad de estar aquí, tenemos todo lo que necesitamos en casa. – Murmura, caminando delante de él.– Rebecca, ¿recuerdas la primera vez que preparaste algo para mí?– Lo recuerdo, Alex, te gustó. Pero ahora insistes en decir que soy un desastre.– Querida, eres un desastre. Me encantó tu comida, por tu buena voluntad de hacerla en un momento especial. Sin embargo, no podemos llamar a aquello sabroso, sin mencionar el lío que causaste y, para empeorar las cosas, me obligaste a or
En la mañana siguiente, al despertar, Rebecca se encuentra con la ausencia de Alex a su lado. Después de realizar su higiene matinal, sale del cuarto vistiendo solo su ropa interior y se embarca en la búsqueda de él por la casa. Se sorprende al observar que todo el desorden de la noche anterior ha sido organizado, un testimonio silencioso del cuidado de Alex. Una sonrisa de satisfacción ilumina su rostro mientras reflexiona sobre la felicidad de tenerlo en su vida. Al no encontrarlo dentro de la casa, decide explorar el jardín, encontrándolo en el jardín de invierno.– Ahí estás tú. – Murmura, observándolo con ternura. – Buenos días, mi amor. – Saluda, acomodándose en su regazo.– Buenos días, querida. ¿Cómo fue tu noche de sueño?– Maravillosamente bien, realmente sabes cómo proporcionarme una noche increíble de sueño. – Afirma, con una sonrisa maliciosa.– Eres una mujer traviesa, querida. – Provoca, sellando sus palabras con un beso en la punta de la nariz de ella. – Iré a buscar a
Rebeca recorre la joyería con sus amigas, inmersas en una animada conversación sobre la noche, mientras aprecian cuidadosamente cada conjunto de joyas. – ¿Srta. Jenkins? – llama Jennifer al acercarse. – El Sr. Baker sugirió que usaras este conjunto esta noche para resaltar aún más tu belleza. – dice, entregando una caja de terciopelo a Rebeca. Al abrirlo, los ojos de Rebeca se iluminan de emoción al encontrarse con las joyas, los colgantes del collar y las pulseras son delicados diamantes rosados en forma de corazón superpuestos, en total cinco, y los aretes siguen el mismo patrón refinado que las demás piezas. – ¡Dios mío! Qué belleza, ¿de qué colección es esta, Sra. Stern? – pregunta Christine, impresionada por la elegancia de las piezas. – Estas son de la colección de joyas exclusivas. Srta. Jenkins, lamentablemente, el anillo aún no está listo, pero organizaré la entrega la próxima semana. – Alex siempre elegirá lo mejor para ti. Así fue con las joyas del Sr. Walsh y así será
Rebecca está completamente inmersa en la emoción al contemplar el deslumbrante mensaje en el techo de espejo. Todas las miradas convergen en ella mientras intenta contener las lágrimas de emoción que obstinadamente caen.– ¿Querida? – Llama Alex, su voz resonando suavemente, haciendo que su corazón lata aceleradamente.Rebecca se voltea bruscamente, buscando los ojos del hombre que ama. Al verlo arrodillado, con una cajita en las manos y sus dos hijos a su lado, lleva las manos a la boca en una reacción de sorpresa. Alex, con un brillo en los ojos, abre la caja, revelando un anillo de diamantes rosados, con el mismo diseño del conjunto que ella lleva puesto. La intensidad de la emoción se apodera del ambiente, creando un momento de pura magia y amor.– Sí, sí, sí, acepto. – Afirma, arrancando risas de todos incluso antes de que él haga la pregunta.– Querida, ¿me permites hacer esto, está bien? – Pide Alex, extendiendo la mano hacia ella, que la entrega prontamente. – Rebecca Jenkins
Unos días después de la emocionante propuesta de compromiso, Rebecca y Alex regresan a sus rutinas. A medida que se acerca la fecha de la renovación de votos de Grace, las amigas se reúnen en Nueva York para ayudar a la amiga a elegir su vestido.– Chicas, no tenemos mucho tiempo, la fecha se acerca. Así que recorran esta elegante tienda y elijan mi vestido. – Ordena Grace, con una copa de champán en la mano. – Elijan al menos dos vestidos cada una, el elegido dará a la mujer que lo seleccionó el privilegio de verme vestida antes de la ceremonia, así como también podrá verse a sí misma. Háganlo con estilo. – Concluye, sentándose y cruzando las piernas.Las mujeres comienzan a explorar la lujosa boutique, maravilladas con la variedad de vestidos de novia. Los ojos de aquellas que aún no se han casado brillan al imaginarse vistiendo aquellas deslumbrantes piezas.– ¿Qué tal uno rosa? Encontré un vestido maravilloso aquí arriba. – Propone Rebecca desde el segundo piso.– Cásate tú con un
En la mañana siguiente, el grupo de mujeres se reúne en el exclusivo SPA del hotel, reservado especialmente para ellas. Durante toda la mañana, disfrutan de los servicios disponibles, sumergiéndose en un ambiente de lujo y relajación. Después de un almuerzo refinado y algunas horas de ocio, comienzan a ser cuidadosamente preparadas por un equipo de profesionales dedicados a realzar la belleza de cada una. Entre copas de champán, risas y conversaciones animadas, la noche se acerca, anunciando la proximidad de la ceremonia.– Estoy tan emocionada que voy a permitir que todas ustedes me vean con mi vestido de novia antes de ponerse los suyos. – Anuncia Grace, capturando la atención de las amigas. – Pueden quitarse las vendas. – Concluye, observando cómo las mujeres se quitan ansiosamente las vendas de los ojos.– ¡Dios mío! Estás absolutamente deslumbrante. – Exclama Sophia, abrazando cálidamente a su amiga. – Definitivamente, mi elección fue la mejor. Estás radiante como una verdadera p
Después de la conmovedora ceremonia, la fiesta se desarrolla como un encantador espectáculo para Rebecca y Alex, quienes se encuentran rodeados por una ola de cálidas felicitaciones de amigos y familiares. La atmósfera palpita con la exaltación del matrimonio y el emocionante anuncio del embarazo.– Es intrigante cómo fui hábilmente engañada. Planeé meticulosamente una sorpresa para Alex, preparándome para atrapar el ramo, mientras todos ustedes conspiraban silenciosamente con él para sorprenderme. – Se queja con una sonrisa traviesa, acomodándose en la mesa con amigos. – Sin embargo, debo confesar que fue perfecto, mi amor siempre encuentra formas de sorprenderme. – Concluye, lanzando una mirada cómplice a Alex, que se sienta a su lado.– Esta vez, sin embargo, también lograste sorprenderme a mí. No esperaba esto. – Afirma, colocando cariñosamente la mano sobre su barriga y acariciándola suavemente. – Sin lugar a dudas, fue el regalo supremo.– Estoy completamente de acuerdo, mi amor
Después de dos increíbles semanas de luna de miel, Alex y Rebecca regresan a casa, siendo recibidos calurosamente por la emocionante alegría de los hijos.– Estaba muriendo de ganas de verlos, mis amores. – Afirma Rebecca, abrazando tiernamente a los niños.– ¿Mamá, vamos a jugar? – Pide Olga, extendiendo los brazos hacia ella.– Vamos a jugar por la tarde, princesa. Deja que mamá descanse unos minutos. – Declara Alex, tomando cariñosamente a Olga en brazos, evitando que Rebecca la sostenga. – Rebecca, por favor, suéltalo, están pesados para que los cargues. – Reprende, observándola sostener a Nicolás en brazos.– Estoy embarazada, Alex, no enferma. Todavía puedo cargar a mis hijos. – Afirma, acomodándose en el sofá con Nicolás en brazos. – ¿Dieron mucho trabajo? – Pregunta, mirando a María y Henrique.– Claro que no, Rebecca. Son niños maravillosos. – Responde Henrique, con una sonrisa, mientras observa a Alex sentarse con Olga al lado de Rebecca.Rebecca y Alex se sumergen en una tar