En la mañana siguiente, Alex sonríe incluso antes de abrir los ojos, conmovido por la emoción de sus hijos que saltan sobre él, mientras Rebecca observa con los ojos brillando, irradiando toda su felicidad. La escena que tanto había soñado finalmente se materializa ante sus ojos, convirtiendo en realidad el deseo que tanto cultivó. Alex abre los ojos y saluda a sus hijos con una sonrisa cariñosa, abrazándolos y depositando besos afectuosos en sus frentes.– Buenos días, papá. – Dice Nicolás, radiante, continuando saltando en la cama.– Papá, papá, quiero jugar. – Murmura Olga, con un brillo de expectativa en los ojos, también saltando con entusiasmo en la cama.– ¿Morí y estoy en el cielo? – Pregunta Alex, sonriendo, mientras se acomoda en la cama y contempla a su familia. – Buenos días, mis amores.– Creo que no, mi amor, de lo contrario, yo también habría muerto. – Responde Rebecca, con una sonrisa que ilumina todo su rostro.– Ustedes son las cosas más adorables de este mundo. – Al
Después de la divulgación del audio por Alex, la noticia se difunde rápidamente a través de los medios de comunicación. El grupo Wealth Technology se llena de reporteros ansiosos por cubrir los eventos más recientes que involucran al CEO del Grupo. Cuando Alex se acerca al edificio, agradece silenciosamente por no tener que enfrentar el asedio de los periodistas en la entrada principal, optando por acceder al edificio a través del estacionamiento. Mientras avanza hacia su oficina, se da cuenta de la cantidad de guardias de seguridad que trabajan en la recepción, haciendo lo posible para mantener a los reporteros fuera. Al entrar en su oficina, su humor ya está considerablemente afectado. Sin embargo, su irritación crece exponencialmente al encontrarse con Nicole ocupando su silla.– ¿Qué estás haciendo aquí? – Inquiere, observando el rostro de Nicole, que parece aún más hinchado que el día anterior. Con una expresión seria, Nicole lo mira, luchando por contener su enojo. Su furia se t
En la mañana siguiente, Rebecca se reúne con los amigos y al llegar, inmediatamente percibe que los ánimos están exaltados, principalmente los de Richard, que marcha de un lado para el otro en la sala de estar, murmurando cosas sin sentido.– Nunca más nos hagas pasar por esto, Rebecca. ¡Estábamos todos extremadamente preocupados por ti! – Exclama Leandro, envolviéndola en un abrazo reconfortante.– Lo sé, discúlpenme. Necesitaba tiempo lejos de todo esto. Samantha olvidó avisarles que estaba allá, ella me dijo que intentaron ponerse en contacto. – Responde, observando las expresiones preocupadas de todos. – Pero, ¿qué está pasando aquí?– ¿Qué crees? ¡Lee! – Resopla Richard, entregando el celular a Rebecca. Sus ojos se fijan en la pantalla, avistando un correo electrónico, su curiosidad aguzada."Dr. Miller, es con extrema satisfacción que informo que ahora soy el propietario del complejo hospitalario Miller. Estoy ansioso por colaborar contigo. Como probablemente hayas escuchado, es
Con pasos firmes, Alex camina hacia su oficina, su mirada indecifrable. Al pasar por Nicole, ella lo agarra del brazo, pero en un movimiento brusco, él se libera y entra en la sala, cerrando la puerta con fuerza, dejándola aturdida. Todos los empleados observan mientras ella entra en la sala, su mirada transmitiendo una mezcla de sentimientos confusos. Nicole se acerca e intenta abrazarlo, pero él sujeta sus manos y la aleja con determinación.– No me toques. – Grita, apartándose de ella. – Te dije que esto iba a suceder.– Alex, mi amor, perdóname.– Ni hablar de perdonar. Te elegí para estar a mi lado porque eres una mujer racional e inteligente. No fue solo tu belleza lo que me atrajo, fue el conjunto. ¿Y qué haces? Te comportas como una adolescente, peleando con aquella idiota de Rebecca.– Lo sé, me dejé llevar. Pero fui allá para hablar civilizadamente y ella me agredió. – Murmura, entre lágrimas, intentando abrazarlo nuevamente, pero siendo empujada.– No quiero más esto, estoy
Rebecca, aturdida por la repentina actitud de Alex, se debate frenéticamente en la cama, en un intento desesperado por liberarse de las ataduras. El deseo que antes la consumía es reemplazado por una ola de rabia.– ¡Alex, no hagas esto! – Grita, su voz resonando de indignación. – ¡Basta de esta estúpida broma!Sin embargo, sus súplicas son recibidas solo por el silencio ensordecedor que llena el apartamento. Rebecca, incrédula, se convence de que realmente se ha ido. Deja de debatirse y suelta un suspiro, tratando de calmarse. Al analizar la situación, una risa nerviosa la envuelve mientras observa las ataduras y se da cuenta de que la ligadura en su brazo derecho está más suelta.– Ah, Alex, vas a pagar por esto. – Susurra, moviendo la mano derecha hasta liberarse.Con agilidad, desata la mano de las ataduras y replica el proceso en las demás. Poniéndose de pie, recorre el apartamento en busca de Alex, decidida a confirmar si realmente tuvo la audacia de dejarla atada a la cama. Ent
En el aeropuerto, Alex espera la llegada de Nicole. Cuando por fin sale de entre la multitud, una sonrisa radiante ilumina el rostro de ella. El cálido abrazo y el beso en la mejilla le recuerdan explícitamente lo que debe hacer para recuperar su lugar al lado de él. Nicole, consciente de sus limitaciones, se deja envolver por el gesto cariñoso de Alex, reforzando su convicción de que él está enamorado de ella.– No esperaba esto. Muchas gracias por estar aquí. – Dice Nicole mientras caminan juntos hacia el estacionamiento.– Extrañaba tu presencia. – Responde Alex, con una encantadora sonrisa en los labios. – ¿Cómo está tu padre? – Pregunta, con sus ojos denotando preocupación.– Está bien. Fue solo un pequeño susto. – Miente, ocultando cuidadosamente su frustración por no poder avanzar con su problema, personificado en Peter. – Las cosas aquí se han vuelto agitadas, ¿verdad? Me sorprendió el suicidio de Eduardo después de la prisión de Melissa. Era un buen hombre, no merecía eso.–
Las dos hermanas comparten sonrisas, revelando la alegría que sienten por haber obtenido el perdón de su hermano al que tanto han fallado. Al regresar a la mesa de amigos, son recibidas por miradas curiosas de todos.– Entonces, ¿qué fue eso? – Pregunta Christine, mirando a las amigas.– No necesitamos hablar de eso. – Responde Luiza, sentándose con una expresión serena, mientras Camila mantiene una sonrisa discreta.– ¿Se volvieron locas? ¿Cuál es el siguiente paso, traerlo a almorzar con nosotros?– Es nuestro hermano, Christine, ¿está bien? Alex está más solo que cualquier persona en el mundo. Así que permíteme apoyarlo si quiero. Becca, no revelaré tus secretos. Pero quiero creer en él, en el Alex que conozco toda la vida y no en este Alex que te dijo que pudo hacer algo así. Querido, llevaré a nuestro hijo hasta él, quiero que lo conozca, quiero que nuestro hijo sepa que tiene otro tío.– Está bien, Camila, si eso es lo que quieres, podemos hacerlo. Te apoyaré en tu decisión. – R
A la hora del almuerzo, Alex busca un refugio para relajarse y aliviar la creciente tensión, especialmente ante las constantes demandas de atención por parte de Nicole. La irritación acumulada se hace más evidente cada día. Al llegar al restaurante Menton, espera encontrar una breve calma y al encontrarse con Rebecca, su corazón encuentra un alivio momentáneo. Después de terminar el almuerzo, antes de regresar al grupo Wealth, Alex decide darse un momento de diversión para disipar el estrés.– Buenas tardes, señores. – Saluda al acercarse a la mesa, recibiendo miradas curiosas de todos. – Sr. Miller, mis días están ocupados, así que terminé olvidándome de usted.– Sr. Baker, ¿por qué siempre busca provocar a alguno de nosotros? – Pregunta Rebecca, mirándolo con firmeza.– A veces estoy aburrido y la gente idiota me divierte. – Responde, mostrando una sonrisa burlona.– Eres un enfermo, Alex. – Constata Richard, visiblemente irritado.– Entonces, internadme ya que trabajas para mí. ¿Qu