Nicole, al entrar en la sala de estar de su casa, se deja caer en el sofá con una sonrisa que refleja su alegría. Está profundamente involucrada en la relación con Alex, aunque él aún no se haya entregado por completo. Sabe que solo Peter se interpone entre ellos. Cuando Peter entra en la sala, sonríe al ver a Nicole inmersa en sus pensamientos y se acomoda a su lado, devolviéndola a la realidad.– ¿Y entonces, cómo fue? – Pregunta Peter, captando su mirada.– ¡Te ves horrible! – Exclama Nicole, con una sonrisa burlona.– Sí, ese hijo de puta golpea fuerte. – Se queja, mostrando su frustración.– Por favor, no hables así de él. Nuestro plan funcionó, Peter. Realmente se puso celoso. Me besó por primera vez, ¿puedes creerlo? Y suplicó que resolviera el divorcio de inmediato.– Pensé que el intrépido Alex Shaw sería más perspicaz. ¿Cómo no se da cuenta de que eres una vaca manipuladora habilidosa? – Pregunta, recibiendo una bofetada en la cara mientras la tensión entre los dos aumenta.
Algunos días después del cumpleaños de los gemelos, todos vuelven a sus rutinas. La paciencia de Alex se agota debido a la falta de pruebas que vinculen a Nicole con todo aquello. Pasea inquieto por su oficina mientras Douglas lo observa, consciente de que Alex está planeando algo.– ¿Dónde estoy fallando, Douglas? – Pregunta sin mirarlo, continuando su caminar de un lado a otro.– ¿No dijiste que no discutiríamos esto aquí adentro? – Douglas recuerda, observando con preocupación la agitación de Alex.– No te preocupes, ella está de descanso hoy. ¿Qué estoy pasando por alto? ¿Por qué diablos no puedo encontrar nada que la relacione con todo esto? Estoy seguro de que la Sra. Morgan no planeó todo esto sola. Ya me ha demostrado que no es capaz de algo así.– ¿Y si intentas sobornar al Sr. O'Donnel?– Esa es una idea tonta. Por más que le guste el dinero, apuesto a que prefiere verme sufrir. Seguro que me delataría en cuestión de segundos. Es hora de que empiece a visitar su casa. Si ten
Após aquel encuentro, Rebecca apenas podía creer en todo lo que había sucedido. Le resultaba difícil aceptar que era hora de liberar su corazón de Alex, ya que su relación se estaba convirtiendo en un ciclo constante de dolor. Cada vez que intentaba acercarse, él parecía determinado a destrozarla. Con el paso de los días, las cosas empeoraban considerablemente en el círculo de amigos y los negocios que compartían estaban en caída libre, ya que no podían negociar con sus principales proveedores, gracias a las acciones de Alex, que los había comprado. Rebecca estaba inmersa en sus pensamientos, tratando de encontrar una solución para toda esa situación, cuando Leandro irrumpió en su oficina.– Rebecca, si tomo medidas drásticas, ¿me odiarías? – Pregunta Leandro, captando la mirada perpleja de ella.– ¿Qué pasó? – Pregunta Rebecca, tratando de entender la situación.– Mis padres no contestan, fui al Grupo Murphy y créeme, no pude entrar. – Desahoga, golpeando con fuerza la mesa. – ¿Qué c
En la mañana siguiente, la tensión es visible en el rostro de Alex al entrar en la oficina. A pesar de mantener su postura firme, parece llevar un fardo descomunal. Su semblante delata una noche de insomnio y un torbellino de pensamientos. Intenta distraerse con las tareas de la oficina, pero su mente está constantemente enfocada en el peso abrumador de lo que está a punto de suceder.Minutos antes de las 10 de la mañana, camina de un lado a otro en su despacho, una tormenta de emociones al acecho. La ira domina su mente, pero la angustia también está presente. Cuando Nicole entra en la sala, se acerca a ella y la presiona contra la pared.– No puedo soportar más esto. – Afirma, llevando la mano a su nuca y besándola con fervor. – ¿Qué deseas de mí? – Pregunta, levantándola y colocándola sentada sobre la mesa. – ¿Por qué no quieres estar conmigo? – Indaga, besándola nuevamente y deslizando sus manos por su muslo, subiendo lentamente hasta detenerse cerca de su ingle, arrancándole gemi
Rebecca baja la mirada, presenciando una escena que nunca imaginó presenciar, y esa demostración de afecto se convierte en el completo colapso de su mundo. Su corazón late rápido y siente que todos los fragmentos de su vida se despedazan. Cierra los ojos, intentando contener la respiración acelerada, mientras piensa en sus hijos, haciendo todo lo posible para evitar que las lágrimas caigan de sus ojos.– Mi amor, reclamé la mansión que proporcionaste para que ella construyera, creo que merecemos mantenerla bajo nuestro dominio. – Nicole dice, sonriendo. Alex mira a Rebecca, que tiene los ojos llorosos y rojos por las lágrimas contenidas, antes de volver la mirada a Nicole, evitando arruinar el momento. – Si ella acepta venderla, estoy dispuesta a permitirle negociar con nuestras empresas.– ¿Por qué querrías una casa tan modesta? Puedo ofrecerte residencias mucho más espléndidas e incluso mandar construir una del modo que prefieras, todo para garantizar tu felicidad.– Quiero que aque
Rebecca aparta la mirada y baja la cabeza de nuevo, sus ojos vacíos expresan la profunda tristeza que la consume. Alex se acerca y se sienta frente a ella, buscando las palabras adecuadas para romper el silencio que refleja la melancolía en sus corazones.– Durante todos estos años, no he logrado desprenderme de este lugar, lo amo profundamente. – Rebecca susurra con la voz entrecortada, lágrimas resbalando por su rostro. – He dedicado todo mi corazón a su construcción, incluso cuando yo misma estaba destrozada. Después de que Ángel se fue, continué aquí, cuidando cada detalle. Porque creí que algún día podríamos ser felices aquí, que tendríamos un futuro juntos. Era un sueño que llevé durante todos estos años y ahora necesito despertar. – Sigue con la cabeza baja, permitiendo que las lágrimas fluyan libremente.– Rebecca, mírame. Por favor, solo mírame. – Pide Alex, su voz cargada de emociones conflictivas. Le disgusta verla llorar y siente un fuerte deseo de abrazarla. Rebecca final
Rebecca continúa recorriendo las habitaciones de la casa, narrando con entusiasmo las particularidades de cada una. Cuando llega al último cuarto, el dormitorio de la pareja, una suave melancolía se cierne en el aire. Ella suelta su mano y se dirige hacia la amplia ventana, que ofrece una vista espléndida del exuberante jardín en la entrada de la casa.– Elegí esta vista pensando en ti, sabiendo cuánto aprecias momentos de contemplación frente a un paisaje sereno. – Comenta, permaneciendo de espaldas a él. – Es una vista hermosa, ¿no crees?– La más hermosa de todas. – Responde, refiriéndose a ella, como siempre hace. Se acerca y la abraza por detrás, apoyando el mentón en su cabeza. Rebecca cierra los ojos, inmersa en aquel instante, mientras pasa sus brazos sobre los suyos. – Eres mi refugio, el calmante para las tormentas de la vida. – Susurra, depositando un beso cariñoso en su cabeza. Por un instante, las sombras del pasado parecen disiparse, llenando el ambiente de serenidad y a
Por la mañana, cuando Rebecca abre los ojos, se encuentra sola en la habitación y una sensación de vacío aprieta su pecho. Se estira en la cama, tratando de convencerse de que él realmente estuvo allí, que no fue solo un sueño. A medida que las palabras de la noche anterior vuelven a su memoria, una sonrisa se escapa de sus labios y ella se lleva las manos al rostro, sintiendo que sus mejillas se sonrojan, como si fuera nuevamente una adolescente enamorada.– Ay, Rebecca, necesitas dejar de hacer esto. – Murmura para sí misma, sentándose en la cama y observando a su alrededor, en busca de cualquier indicio de que él estuvo allí. – No estoy loca, él estuvo aquí. – Susurra, poniendo la mano sobre el pecho, al lado del corazón.Se acuesta nuevamente en la cama, mirando el techo, absorta en sus pensamientos, reviviendo cada palabra pronunciada por él la noche anterior. Como una niña ansiosa, se sienta agitada en la cama al escuchar el ruido de la puerta al abrirse. Su corazón comienza a l