En la mañana siguiente, la tensión es visible en el rostro de Alex al entrar en la oficina. A pesar de mantener su postura firme, parece llevar un fardo descomunal. Su semblante delata una noche de insomnio y un torbellino de pensamientos. Intenta distraerse con las tareas de la oficina, pero su mente está constantemente enfocada en el peso abrumador de lo que está a punto de suceder.Minutos antes de las 10 de la mañana, camina de un lado a otro en su despacho, una tormenta de emociones al acecho. La ira domina su mente, pero la angustia también está presente. Cuando Nicole entra en la sala, se acerca a ella y la presiona contra la pared.– No puedo soportar más esto. – Afirma, llevando la mano a su nuca y besándola con fervor. – ¿Qué deseas de mí? – Pregunta, levantándola y colocándola sentada sobre la mesa. – ¿Por qué no quieres estar conmigo? – Indaga, besándola nuevamente y deslizando sus manos por su muslo, subiendo lentamente hasta detenerse cerca de su ingle, arrancándole gemi
Rebecca baja la mirada, presenciando una escena que nunca imaginó presenciar, y esa demostración de afecto se convierte en el completo colapso de su mundo. Su corazón late rápido y siente que todos los fragmentos de su vida se despedazan. Cierra los ojos, intentando contener la respiración acelerada, mientras piensa en sus hijos, haciendo todo lo posible para evitar que las lágrimas caigan de sus ojos.– Mi amor, reclamé la mansión que proporcionaste para que ella construyera, creo que merecemos mantenerla bajo nuestro dominio. – Nicole dice, sonriendo. Alex mira a Rebecca, que tiene los ojos llorosos y rojos por las lágrimas contenidas, antes de volver la mirada a Nicole, evitando arruinar el momento. – Si ella acepta venderla, estoy dispuesta a permitirle negociar con nuestras empresas.– ¿Por qué querrías una casa tan modesta? Puedo ofrecerte residencias mucho más espléndidas e incluso mandar construir una del modo que prefieras, todo para garantizar tu felicidad.– Quiero que aque
Rebecca aparta la mirada y baja la cabeza de nuevo, sus ojos vacíos expresan la profunda tristeza que la consume. Alex se acerca y se sienta frente a ella, buscando las palabras adecuadas para romper el silencio que refleja la melancolía en sus corazones.– Durante todos estos años, no he logrado desprenderme de este lugar, lo amo profundamente. – Rebecca susurra con la voz entrecortada, lágrimas resbalando por su rostro. – He dedicado todo mi corazón a su construcción, incluso cuando yo misma estaba destrozada. Después de que Ángel se fue, continué aquí, cuidando cada detalle. Porque creí que algún día podríamos ser felices aquí, que tendríamos un futuro juntos. Era un sueño que llevé durante todos estos años y ahora necesito despertar. – Sigue con la cabeza baja, permitiendo que las lágrimas fluyan libremente.– Rebecca, mírame. Por favor, solo mírame. – Pide Alex, su voz cargada de emociones conflictivas. Le disgusta verla llorar y siente un fuerte deseo de abrazarla. Rebecca final
Rebecca continúa recorriendo las habitaciones de la casa, narrando con entusiasmo las particularidades de cada una. Cuando llega al último cuarto, el dormitorio de la pareja, una suave melancolía se cierne en el aire. Ella suelta su mano y se dirige hacia la amplia ventana, que ofrece una vista espléndida del exuberante jardín en la entrada de la casa.– Elegí esta vista pensando en ti, sabiendo cuánto aprecias momentos de contemplación frente a un paisaje sereno. – Comenta, permaneciendo de espaldas a él. – Es una vista hermosa, ¿no crees?– La más hermosa de todas. – Responde, refiriéndose a ella, como siempre hace. Se acerca y la abraza por detrás, apoyando el mentón en su cabeza. Rebecca cierra los ojos, inmersa en aquel instante, mientras pasa sus brazos sobre los suyos. – Eres mi refugio, el calmante para las tormentas de la vida. – Susurra, depositando un beso cariñoso en su cabeza. Por un instante, las sombras del pasado parecen disiparse, llenando el ambiente de serenidad y a
Por la mañana, cuando Rebecca abre los ojos, se encuentra sola en la habitación y una sensación de vacío aprieta su pecho. Se estira en la cama, tratando de convencerse de que él realmente estuvo allí, que no fue solo un sueño. A medida que las palabras de la noche anterior vuelven a su memoria, una sonrisa se escapa de sus labios y ella se lleva las manos al rostro, sintiendo que sus mejillas se sonrojan, como si fuera nuevamente una adolescente enamorada.– Ay, Rebecca, necesitas dejar de hacer esto. – Murmura para sí misma, sentándose en la cama y observando a su alrededor, en busca de cualquier indicio de que él estuvo allí. – No estoy loca, él estuvo aquí. – Susurra, poniendo la mano sobre el pecho, al lado del corazón.Se acuesta nuevamente en la cama, mirando el techo, absorta en sus pensamientos, reviviendo cada palabra pronunciada por él la noche anterior. Como una niña ansiosa, se sienta agitada en la cama al escuchar el ruido de la puerta al abrirse. Su corazón comienza a l
Alex sigue contemplando el paisaje afuera mientras desliza suavemente sus dedos por el cabello de Rebecca, quien descansa con el rostro acunado en su pecho. En aquel momento, cada toque y palabra compartida resuena en la profundidad de los sentimientos que los unen, resistiendo con firmeza las adversidades que los rodean. A pesar de las heridas compartidas y los momentos en que se lastimaron, el amor que habita en sus corazones persiste, sirviendo como un recordatorio constante de su conexión inquebrantable. Cuando se abrazan, es como si fueran uno solo, compartiendo emociones que iluminan sus días y llenan sus vidas de alegría.– Querida, cuando mencionaste aquela noche en el hospital, ¿te referías a la noche anterior al velorio de nuestra hija? – Pregunta, sus ojos reflejando tristeza mientras sus dedos se deslizan suavemente por su cabello.– Sí, fue la noche en que soñé contigo. – Responde, separándose suavemente de su abrazo. Camina hacia la cama y se acomoda en el borde, su voz
Con ternura, Alex recibe a Rebecca en sus brazos y se acomoda en el sillón, acariciando a la mujer delicada que derrama lágrimas. Su deseo es protegerla del sufrimiento que la aqueja. Poco a poco, el calor del cuerpo de Alex comienza a suavizar la turbulencia que la rodea, y ella se refugia en su abrazo reconfortante.– Querida, entiendo profundamente el dolor que esto representa para ti. Fue solo cuando te vi herida nuevamente que me di cuenta de la extensión de la maldad que nos rodea. Siento un peso en mi alma por no haberlo percibido antes.– No había motivos para sospechas, no te culpes. En aquel momento, yo misma creía en la atrocidad que alegué haber cometido y te hice compartir esa creencia. Si hubieras tenido alguna sospecha, lo habrías resuelto mucho antes. – Dice, trazando suavemente los dedos por el rostro de Alex. – ¿Cómo lo descubriste?– Al leer cada palabra de tu carta, en la que expresabas tu falta de memoria de aquel fatídico día, y al conectar las piezas de lo que o
Nicole mantiene una sonrisa maliciosa en los labios mientras observa a Rebecca. Las manos temblorosas de Rebecca intentan desesperadamente abrir la puerta, mientras Nicole la estudia, cuestionando cómo Alex pudo involucrarse alguna vez con alguien tan patética.– ¿Necesitas ayuda para abrir la puerta, damisela? – Susurra provocativamente en el oído de Rebecca. – Pareces tan nerviosa, ¿qué pasó, ratita? – Provoca con un toque de sadismo, observando cómo la puerta finalmente cede y se abre.Rebecca, ansiosa por librarse de la presencia amenazadora de Nicole, entra en su apartamento e intenta cerrar la puerta, pero Nicole la detiene con firmeza, empujándola con fuerza. Al entrar en el apartamento, Nicole trae consigo una atmósfera cargada de tensión y hostilidad, creando un escenario aún más angustiante.– ¿Qué diablos piensas que estás haciendo? Sal ahora mismo de mi casa. – La voz de Rebecca temblaba de furia.– Cierra la boca y cierra esa maldita puerta. Necesitamos tener una conversa