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02: ¡Ese vestido es tan hermoso como tú!

Abro mis ojos rápidamente y me acuerdo de todo lo que había sucedido el día anterior, mi nueva vida de hoy en adelante, mi boda, mi nueva casa y como ya había encontrado personas a las cuales no les caía muy bien, la verdad sobre las personas a las que no les caigo bien no me interesa, pero esta vida será difícil.

Me pongo de pié en dirección al baño, mi cabello negro estaba alborotado así que procedo a desenredarlo, me doy una ducha esperando que el tiempo pase y que cuando salga Lev no esté por ningún lado, procedo a vestirme y salir a saludar a la familia aunque no desee ver a Lev hay que hacerlos, soy su esposa, no era broma cuando le dije a mi esposo que toda mi ropa es negra, en realidad es así.

Bajo las escaleras lentamente, todo es muy lindo y demuestra mucha belleza con un toque clásico, miro hacia el pasillo y veo a pasar a una mujer de cabello negro, con verías canas, rostro cariñoso pero parece que está apurada, por eso camina rápidamente, como no tengo nada mejor que hacer decido seguirla llegando a la cocina.

—¿Hola?— Saludo contéstenme

Me encuentro al frente de tres personas, la chica con la cuál tuve mi primer altercado anoche la cual me mira con fastidio aunque me da igual, una joven al lado de ella y también a la desconocida que ví pasar antes.

—Hola señora— Habla la última que menciono —No debería estar en la cocina ¿Le sirvo su desayuno? Espere en la mesa, es por ahí— Me señala la puerta y el pasillo

—No, no es necesario que me sirva el desayuno, yo puedo hacerlo— Intento crear un ambiente agradable —¿Cual es su nombre?— Comienzo a interrogar para tener algo de qué hablar

—¿Mi nombre?— Me mira extrañada, observa a las otras dos mujeres las cuales solo parecían que me quisieran matar con la mirada —Me llamo Patricia, puede decirme Paty— Sonríe esplendorosamente —Ella es Ágata— Señala a la pelinegra de anoche —Y ella es Verónica— Dice por último al señalar a la chica al lado de Ágata la cual tiene un semblante siniestro mientras me mira con sus ojos marrones

—Mucho gusto a todas— Intento mostrar una linda sonrisa —Mi nombre es Eliahna Miller, señora de Konstantin— Miro fijamente a la mujer de ojos negros al mencionar el apellido de mi esposo simplemente para atormentar su existencia un poco

—Mucho gusto señora— Patricia me hace una leve referencia —Pero porfavor, valla al comedor, ya le llevo su desayuno

—No, no— Sigo intentando negarme —Yo sirvo mi propio desayuno— Ruego para que noe sirva —No me gusta sentirme inútil

—¡Déjala mamá!— Escucho una impertinente voz respondiendo —Si se quiere servir que lo haga, no le lleves la contraria a la señora, si le pasa algo en la cocina no será tu culpa

—¡Silencio Ágata! Es la señora de la casa y no puede hacer cosas las cuales nos incumbe a nosotros— Reprende Paty a su hija —Debemos saber cuál es nuestro lugar, y nuestro lugar es servir la comida en estos momentos

—No se inmute— Observo nuevamente a la madre de la pelinegra —Mejor permítame ayudarle y llevarle el plato a mi esposo— Decido dejar que sirva mi desayuno y tener una excusa creíble para salir de la cocina

—Oh— La señora sonríe pícaramente —¡Quiere ser romántica!— Sonríe imaginándose una escena que no es real —Que buena esposa es

—Un poco— Intento darle el lado —Trato de ser lo mejor que puedo y empiezo con pequeñas cosas como simplemente llevarle el desayuno

—Está bien señora, eso me parece algo muy admirable

Rápidamente me entrega la bandeja con el desayuno de Lev, le agradezco con una sonrisa y salgo, camino hasta el comedor y me encuentro a mi suegro tomando café y al lado el sujeto que es mi esposo desde ayer.

—Buenos días— Saludo amablemente —¿Como están?— Me acerco hacia el desconocido aún, de ojos negros y le pongo el desayuno en la mesa, él me mira sin expresión alguna

—Buenos días— Me responde el padre de Lev —Veo que eres alguien muy cariñosa— Mira a Lev —Hijo, tu esposa trajo tu desayuno

—Solo intento hacer un acto de amabilidad con mi esposo— Intento ser amable

—Para eso está la servidumbre— Agrega mi esposo a la conversación —No te acerques a la cocina, para eso están las sirvientas, le llamaré la atención a Patricia, debió mandar a su hija

—¿Prefieres que Ágata te traiga el desayuno en vez de mí?— Sonrío y termino con una carcajada —No dejaré de ir a la cocina solo porque tú lo dices, pero desde hoy tú servirás tu propia comida

—¿¡Yo!?— Noto que empieza a enojarse —¡¡Para eso les pago a las personas que están en la cocina!!— Sus caídos ojos comienzan a exaltarse y su mirada cambia notablemente

—¡Que necesidad hay! Tú puedes servirte— Expongo mi punto —Además la servidumbre tiene mucho trabajo

—Tranquilos— El señor Konstantin intenta calmar el ambiente —Eliahna puede ir a la cocina cuántas veces quiera, y pensándolo bien no estaría mal que Lev se asome por allá de ves en cuando

La reacción de mi esposo no me gusta, sus cejas gruesas y pobladas se han juntado mientras frunce su seño en señal de desaprobación y extrañeza, noto que no tomó bien las palabras de su padre, yo tomo asiento y las tres mujeres de la cocina llegan sirviendo el desayuno.

—Verónica— La chica de cabello castaño mira —Traele un poco de ensalada a Eliahna— Ordena mi suegro

—Si señor— Responde para después proceder a volver a la cocina

—Después del desayuno te espero en el auto— Me habla nuevamente mi esposo un poco más calmado sin mirarme

—¿Hacia donde iremos?— Intento saber más del tema aunque puede que no me diga nada

—Llevaremos un poco de color a tu clóset— Pensé que no me respondería pero lo hizo

Yo sencillamente no me niego, es muy temprano para seguir discutiendo y ya el primer altercado lo hemos tenido, no tengo aliento para otro.

Observo la forma en que come, tan delicadamente, ojalá y su trato fuera igual, parece que trata mejor a los alimentos que a la propia gente de su alrededor.

Después de un tiempo sigo esperando la ensalada que me "traerían" pero nunca llegó, me gustaría saber que pasa así que me pongo de pié.

—Me disculpo— Le sonrío al padre de Lev —Ya vuelvo

Me dirijo hacia la cocina lentamente, parece que no hay nadie, Paty no está, Ágata tampoco y al llegar observo a Verónica simplemente mirando su teléfono.

—Disculpa— Intento hablarle con amabilidad y carisma —Quedé esperando mi ensalada

Ella simplemente me mira con fastidio, yo no busco otra discusión así que no vuelvo a pronunciar palabra.

—Escuché que le gusta servir su propia comida— Deja el teléfono con rencor a un lado —Hágalo usted misma

—No hay problema— Me acerco, tomo un pequeño plato y me sirvo un poco de ensalada —No olvides que soy la señora de Konstantin y por tanto obedeces mis órdenes

—Eso no pasará, usted es la esposa del señor Lev, pero mi jefa jamás

—Así es, solo espera, que tengas buen día— Dejo de alegar y me marcho hacia el comedor nuevamente.

Después de un tiempo todos terminan con sus alimentos al igual que yo, Lev parte de la mesa y yo lo sigo, caminamos hacia la puerta principal y salimos.

—Espera aquí— Me dice y se aleja

Después aparece en su auto de color rojo, se nota que no le gusta el negro aunque ¿Porqué siempre se viste de ese color? Es un poco extraño y él mismo se contradice, además de eso ¿Él conduce? Que raro que un mafioso no tenga chófer, él es raro.

Me dirijo hacia él y subo en el asiento de copiloto, él empieza a conducir y nos alejamos de la mansión Konstantin, al igual que ayer, el día de nuestra boda no pronunciamos palabra alguna hasta llegar al centro comercial, uno de los más reconocidos porsupuesto, Lev nunca acepta menos.

Abro la puerta del auto y comienzo a caminar por el parqueadero hasta llegar al centro comercial, Lev me sigue rápidamente y veo un sitio que me llama la atención, lamentablemente toda la ropa que me atraía era negra.

—Sígueme— Me dice y comienza a caminar delante mío

Subimos un par de pisos hasta llegar a un hermoso lugar, lleno de vestidos de colores demasiado brillantes para mí.

—¿Aquí?— Le cuestiono —Esto no es para mí Lev, no llevaré absolutamente nada de esto

—Si, hoy en la noche hay una cena muy especial y necesitas un atuendo colorido para esta, llevarás aunque sea uno

—Que no sea muy brillante porfavor o soy capaz de quemarlo— Lo amenazo aunque no haría tanto por un vestido

Comenzó la larga odisea, la dueña del lugar me mostraba muchos vestidos de diseños variados pero ninguno me gustaba. Hasta que a lo lejos veo un hermoso vestido negro, me acerco a él y veo que es perfecto, el largo, su silueta, su diseño y la tela, todo es perfecto, es lo único que quiero.

—¡Ese!— Señalo el vestido entusiasmada

—No, es negro— Lev daña mi emoción

—¡Es hermoso miralo!

— Lo sé pero está perfecto para un funeral

—¡Ese porfavor!

—Disculpe— Llama a la mujer que me mostraba los vestidos —¿Tiene ese vestido en otro color?— Lo señala a lo lejos

—¡Si!— Responde —En un rojo pasión ¿Se lo muestro?

—Si porfavor— La mujer se aleja a buscarlo —¿Aceptas un vestido rojo?

—Tal vez, el diseño me ha enamorado

Rápidamente pude observar el vestido de otro color, la tela es suave y fresca, me cambio y muestro mi cuerpo en el hermoso vestido, en realidad me encanta, se me ve muy lindo y aunque no es negro eso no le quita su encanto, el escote hacen ver mis pechos provocativos, la silueta moldea mi cintura y el corte al lado deja al descubierto una de mis piernas dándole un hermoso toque.

—Tienes razón, ese vestido es muy elegante— Escucho que habla mi esposo

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