03: Te lo juro, yo no fuí

Sonrío levemente en respuesta a ese comentario, rayos, ese comentario fué demasiado para mí, no pensé que cosas así pudiesen salir de su boca, su mirada lo delata, está concentrado en mis ojos, baja hasta mis pechos, continúa con mi cintura terminando en mis piernas, si digo que no me gusta que me mire estaría mintiendo, pero no lo puedo demostrar.

—Lo sé, lo sé— Es lo único que le respondo para después voltear la mirada y cambiarme nuevamente

Mi esposo se queda esperándome y yo mientras pongo mi ropa nuevamente pienso ¿Es la primera vez que lo veo sonreír? Es un tipo tan serio y amargado que noto que es la primera vez que arquea sus labios en forma de una sonrisa aunque solo fuese por un instante, creo que nisiquiera está acostumbrado a hacerlo, sonrío pensando que tal vez su rostro le duela cada vez que sonríe.

—Vámonos— Le digo apenas lo veo observando su teléfono, tal vez tiene otro compromiso y yo aquí haciéndolo perder el tiempo

—Está bien— Me responde mientras mete la mano con su móvil en el bolsillo de su chaqueta

Para ser alguien que no le gusta el negro es demasiado extraño, ya que el atuendo que usó en nuestras boda era negro, e igualmente sus trajes a la hora de vestirse para cualquier ocasión, también son de color oscuro, no puedo dejar de pensar en que le ocurre con ese color, en el porqué no usa protección si puede morir en cualquier momento, además de su mirada, me trae demasiada curiosidad.

—Despues de esto ya no quemarás mi ropa ¿Verdad?— Comienzo a hablarle sin mirarlo

—No, no lo haré mientras hagas lo que yo te digo, debes aprender que para no vivir en disputa tendrás que obedecer

—Tampoco voy a ser la esposa débil y sumisa, no esperes eso, solo lo hice porque en realidad me gustó esa prenda

—Ya veo, me he dado cuenta de tu comportamiento desde que ví que tu vestido de novia era negro

LEV:

Podría decirle muchas cosas en este momento pero mejor solo guardo silencio, caminamos al estacionamiento y subimos al auto, veo su rostro radiante, entonces así es que se ve cuando está feliz, pienso, desvío la mirada y sigo conduciendo, el vestido que compramos es hermoso pero se ve más hermoso en su cuerpo aunque jamás admitiré lo linda que se veía, un hombre como yo no está para darle alagar a mujeres como ella, es arrogante, desafía todas mis órdenes y nunca está de acuerdo con lo que le digo.

Llegamos a la mansión nuevamente, ella se baja del auto sin necesidad de que yo le ayude en algo, rápidamente camina hacia la entrada, creo que le diré algo antes de que vuelva a su habitación.

—Elihana— Le hablo sin moverme hacia ella dirigiendo mi mirada a las flores que adornan la entrada solo para no ver sus ojos

—¿Si?— Responde dejando de caminar y volteando su clara mirada hacia mí

—Salimos hoy, a las seis de la tarde— Intento ser lo más preciso y rápido que puedo, su observación me está incomodando aunque no sé porqué o de qué manera

Ella sonríe esplendorosamente y yo quedo impactado ¿Puede alguien ser tam radiante aunque vista de un color tan tétrico? Parece que sí, hoy tendré que mostrársela a mis amigos y alardear un rato, de todos modos es mi esposa y hay que mostrar lo que gané.

—Está bien— Me responde —Estaré esperando en mi habitación cuando sea hora ve a buscarme— Abre la puerta y sigue caminando, parece una sexy modelo por la forma en que lo hace

Decido no entrar con ella a la mansión, mejor vuelvo a mi auto y comienzo a conducir sin dirección alguna, tengo que pensar muchas cosas, entre ellas el porqué no me siento tan disgustado con mi matrimonio, no trato de verle el lado positivo a esto pero si esa mujer me sonríe podría traerme a sus pies y eso no es típico de mí, la única persona que me enamoraba con su sonrisa ya no está y nunca volverá.

Pero Elihana, es extraña, su forma de ser, como podemos hablar sin estar en desacuerdo, la emoción al encontrar algo que le guste y la forma en que reta cada una de mis acciones y decisiones es completamente entrañable.

Un ruido se escucha y salgo de mis pensamientos, es mi teléfono que está sonando ¿Quien puede ser? Decido contestar utilizando auriculares sin dejar de conducir.

—¿Sí?— Le hablo a la persona al otro lado del teléfono esperando respuesta

—¿Señor presidente?— Mi secretaria es la que responde —Buenos días señor

—Buenos días— Intento ser un poco amable, hoy estoy de buen humor por alguna razón —Dime si pasa algo

—Lo que pasa es que nesesito saber si irá a la reunión a la que fué invitado— Habla de la salida sie tendré con Elihana a las seis

—Si iré Camile— Ya está decidido y mi acompañante también la tengo —Confirma mi asistencia

—Así será señor, me despido— Dice por último y cuelga

Debo estar más al pendiente de esto, la reunión de hoy no es la única que tengo por ahora pero me estoy entreteniendo en otras cosas como por ejemplo salir a comprar ropa, debo poner mis pensamientos nuevamente en el trabajo.

La tarde ha llegado y Elihana no baja de su habitación, ya son las seis y cuarto, en cuestión de tiempo se nos está haciendo tarde, así que decido subir las escaleras hasta llegar a su cuarto para saber que sucedió, tal vez no está y se fué a ver a su padre pero ya alguien me hubiese avisado ¿Se arrepintió?

Abro la puerta y la veo sentada al borde de su cama mirando perpleja hacia el piso, su mirada no demuestra muchas expresiones ¿Quiere llorar? no tiene su vestido puesto, solo su bata, parece que en realidad no quiere salir hoy pero será obligada porque ya es un hecho que saldremos.

—Ya se está haciendo tarde— Camino entre la puerta y entro a su habitación —Vámonos

Ella no me responde, me pongo de pié frente a ella que está arrodillada y observo que mi esposa no está mirando el piso, está mirando el vestido de color sangre el cual se encuentra en pedazos tirado en el suelo, algo me hace llenar de una ira total.

Yo sencillamente no puedo pensar, llegué a creer que el vestido le había encantado ¿Y hace esto? No tenía que hacerme perder mi tiempo llevándola a comprar ese vestido para que lo dañe de tal manera ¡Maldición! Porqué lo hace me pregunto ¿Para desafiarme nuevamente? ¿Mostrarme que no se dejará mandar por mí? ¿Decirme con sus acciones que solo utilizará negro?

—¡Maldita sea!— Mi voz se escucha por toda la mansión —¡No era necesario dañar tu vestuario de esa manera!— No puedo calmarme en estos momentos

—¡Yo no fuí!— Intenta hacerse la víctima —Entré al baño y cuando salí mi vestido estaba vuelto una mierda— Sus ojos se cristalizan aunque sé que todo es una farsa, no soy alguien que caerá en sus estupideces

—¿¡Piensas que te creeré!? Sé que el color no te convencía, gasté mi tiempo, mi dinero, mis palabras y paciencia para buscar algo que te complaciera ¡Y así es como me pagas!— Ahora pienso en que fuí un ingenuo creyendo que este matrimonio en realidad podría funcionar

—¿¡No entiendes Lev!? No fuí yo ¡Maldición créeme! Sabes perfectamente que me enamoré del vestido ¿¡Porqué querría destruirlo!?— Su voz se entrecorta, debo confesar que es buena actriz

—¡Porque eres una estúpida niña malcriada que nunca está de acuerdo con lo que los demás dicen!— No me quedaré callado, tiene que saber cuál es la verdad y lo que pienso de ella

—No te atrevas a llamarme alguien malcriada— Se levanta del piso rápidamente y me mira con sus ojos claros

—Tú eres el idiota que no se siente bien consigo mismo si no le ordena a alguien que hacer, eso no pasará conmigo

—¿Por eso dañaste el vestido? ¡Porque no dejarás que te ordene como vestirte!

—Te lo diré por última vez Lev Konstantin— Se acerca unos pasos hacia mí y me apunta con su dedo índice —No fuí yo

En este momento puedo decir que su mirada, sus ojos cristalizados, y como de amenaza convencerian a cualquier persona de que ella no lo hizo, pero a mí no.

—¡Fuiste tú!— Le contradigo —Admítelo y listo, pero pagarás esto muy caro, no dejaré que me veas como un juguete o alguien a quien le puedas jugar bromas de tal manera

—¡Lárgate!— Grita fuertemente y me señala la puerta

Yo decido salir de su habitación y al hacerlo siento el ruido de la puerta cerrandose de un golpe trás de mí ¡Joder! ¿Porqué tuve que casarme con semejante arpía? Debí haberme negado con todas mis fuerzas pero acepté porque era la voluntad de mi padre, si no fuese por eso yo en este momento no estaría pasando tal calvario.

Camino con furor hacia mi oficina donde se encuentra mi padre observando por la ventana el hermoso jardín nocturno.

—¿Que pasó con tu esposa?— Me pregunta sin dejar de mirar hacia afuera —Estoy seguro que fué otra discusión y se nota que fué seria

—Destruyó el primer y último regalo que le daré— Respondo cortantemente mientras tomo asiento en mi escritorio intentando entretenerme en otra cosa

—¿La viste hacerlo?— Mi padre trata de darle el beneficio de la duda

—No, pero sé que fué ella ¿Quién más haría tal cosa tan infame? A nadie más le interesa nuestro matrimonio o fastidiarme la vida, sé que ella lo hizo

—No seas así Caleb, trata de escuchar lo que ella te dice

—Odio que me llames por ese nombre, si lo vas a hacer mejor vete de aquí

—Ya lo sé, solo una persona podía hacerlo y ahora nadie puede

—Te estás desviando del tema papá, no estamos hablando del pasado no de esa despreciable persona

—Porfavor hijo, Elia se ve que es una chica gentil, amable y delicada, aunque a su espíritu parezca indomable es más fácil conocerla de lo que piensas

—Hablame claro ¿Crees que no lo hizo? Noto que le estás tomando cariño más rápido de lo previsto, tal vez por esto confíes en ella pero yo no

—No he dicho absolutamente nada, pero dale el beneficio de la duda— Me mira como si quisiera decirme algo— Es verdad, confío más en ella de lo que piensas, por eso estoy teniendo está conversación contigo

—Padre ¿Que sabes sobre ese vestido? Nesesito que me digas todo lo que esté en tu conocimiento, si alguien más lo hizo estará en graves problemas

—Solo abre los ojos, recuerda como actuó, si piensas que lo hizo falsamente o si en realidad tú te estás equivocando al juzgarla

—Sé que la estoy juzgando bien, yo jamás en mi vida me he equivocado y esta no será la excepción

—¿Seguro?— Intenta hacerme dudar —Que yo recuerde te equivocaste con aquella mujer de cabello rubio

—¡No la menciones!— Trato de que deje de hablar —Esa fué la única vez que me equivoqué, pero jamás lo he vuelto a hacer, sé lo que hago

—Entonces que así sea— Me dice por último para después proceder a salir de mi oficina

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo