El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas cuando Aiden y Hendricks llegaron a Portofino.El pequeño pueblo costero aparecía ante ellos como una postal viviente: casas coloridas colgando sobre el acantilado, calles empedradas que serpenteaban hasta el puerto, y el mar Mediterráneo que se extendía hasta el horizonte, reflejando los últimos rayos dorados del día.El trayecto desde el aeropuerto de Génova había sido un recorrido pintoresco, con las ventanas del coche ofreciendo vistas de viñedos, olivos y acantilados. Aiden no podía dejar de admirar el paisaje, aunque una parte de él seguía lidiando con el asombro de estar allí, a punto de vivir unos días que prometían ser inolvidables.—¿Estás nervioso? —preguntó Hendricks, rompiendo el silencio mientras el coche descendía por la sinuosa carretera que los llevaba hacia la costa.—Un poco —admitió Aiden—, pero es más emocionante que otra cosa. Nunca pensé que acabaría aquí… contigo.Hendricks le lanzó una sonrisa tranquila mientras e
Aiden respiró hondo, mirando a Hendricks a los ojos, sintiendo el peso de lo que estaba a punto de decir. El sonido suave de las olas golpeando la orilla y el cielo teñido de tonos naranjas y violetas creaban un ambiente casi mágico. El rostro de Hendricks cambio de entusiasmo a tristeza en segundos.— Quiero lo mejor para ti...me encanta tu familia y estarán mejor con mi plan si lo piensas a profundidad, ese es tu objetivo y se convirtió en el mío, por eso se me ocurrió esta idea, no es porque te Heche al menos o no te crea capaz de salir adelante sin mi ayuda es solo que sería muy muy feliz, y quiero verte feliz a ti también.Al ver Aiden que Hendricks no se daría por vencido, sabe que no se callaría hasta escuchar una respuesta en ese momento. —Mi respuesta es que sí, aunque...—dijo finalmente, con una sonrisa tranquila— acepto todo lo que me has dicho . No sé qué nos depara el futuro...pero quiero que sea contigo... además concuerdo contigo a mi familia le iría mejor con su colab
Tiempo presente.* final del flash back.El penthouse compartido de Aiden y Hendricks estaba decorado con globos y serpentinas de colores que aún recordaban la reciente celebración del cumpleaños número 25 de Hendricks. Los ecos de risas y música aún reverberaban en las paredes, pero la mayoría de los invitados ya se habían ido, dejando a los dos amigos en un ambiente íntimo y tranquilo.La luz suave de la lámpara iluminaba sus rostros, y la atmósfera estaba impregnada de una mezcla de alegría y nostalgia.Aiden recogía algunos vasos vacíos de la mesa cuando Hendricks se acercó, todavía vestido con su elegante camisa de celebración. Mientras ambos se movían por la habitación, Hendricks lo jala por el brazo y Aiden tropezó. En un intento de equilibrarse, empujó accidentalmente a Hendricks, quien a su vez perdió el equilibrio. Ambos cayeron al suelo en un torbellino de risas y cuerpos entrelazados.La caída fue rápida, pero el momento se alargó. Aiden miró a Hendricks a los ojos, y en u
La luz tenue de las lámparas y el suave tintineo de los vasos de vino vacíos llenaban el aire de la habitación de Hendricks.Aiden se apoyaba de la enorme cama, su largo cabello rubio platinado caía en suaves cascadas sobre su espalda, mientras su mirada seguía la figura de Hendricks, quien andaba descalzo, con los ojos ligeramente nublados después de la celebración.—Ven aquí, no tienes por qué temerAiden alzó la mano y, casi con timidez, tocó el rostro de Hendricks, sus dedos rozando su mejilla.Hendricks se quedó quieto, como si el más leve movimiento pudiera romper el encanto que parecía envolverlos.La mirada de Hendricks se suavizó, y sus labios esbozaron una sonrisa que parecía llenar toda la habitación. Lentamente, como temiendo que el momento se evaporara, se inclinó hacia Aiden una vez más. Esta vez, el beso fue más seguro, más consciente. Aiden respondió, y ambos se dejaron llevar, explorando el sentimiento que hasta entonces habían reprimido.—¡Espera!... me siento extrañ
—Dices que me detenga pero tú penë está así de duro...—Eso es porque lo estás tocando...pero duele realmente ahí abajo.—Mierda… siento que me cortaras el pene, relájate un poco— Hendricks lo besa en la mejilla. —Siento que moriré, no te muevas, por favor…por favor—le suplica Aiden con los ojos aguados y la voz entrecortada casi en un susurro. —Shhh…tranquilo, respira… déjame besarte, no me moveré hasta que me digas, cuando sientas que te acostumbras solo dime para continuar, veras como te vas sintiendo bien. Nos sentiremos muy bien. El agua que corría por las ventanas creaba un juego de luces en la habitación, y cada relámpago que iluminaba el cielo parecía sincronizarse con el ritmo acelerado de sus corazones. Hendricks se detuvo un momento, hasta que Aiden le diera la señar de seguir, en ese momento, Hendricks se queda contemplando a Aiden con una mezcla de amor y deseo. Luego, le tomó las manos y las colocó sobre su pecho, guiándolo para que Aiden pudiera sentir la aceleración
Con el primer rayo de sol colándose por la ventana, la noche de pasión se transformaba en un nuevo día lleno de promesas. Hendricks y Aiden se quedaron bajo las sábanas, disfrutando de la calidez de sus cuerpos, de la cercanía que les daba la fuerza para enfrentar todo lo que viniera. Juntos, sintiendo la eternidad en cada caricia, decididos a hacer de cada amanecer un encuentro memorable.El reloj marcaba las 7:00 am cuando Aiden y Hendricks despertaron, aún bajo las sábanas, envueltos en el cálido resplandor del amanecer. Hendricks, visiblemente feliz, resacado y un poco adolorido por los arañazos en su espalda y costillas, por la noche de pasión, se despertó perezosamente, mientras Aiden, con una sonrisa cómplice, contemplaba el comienzo de un nuevo día. Tras unos momentos de miradas y sonrisas silenciosas, ambos sabían que era hora de prepararse para otro día en el Splendido Mare, el elegante hotel donde ambos trabajaban y que se había convertido en su segundo hogar. —Tenemos qu
*Actualidad.Había sido un día muy pesado en el hotel. Miles de cosas por hacer y otras tantas sin terminar.Ya es navidad (25 de diciembre) y coincide con el cumpleaños número 25 de Hendricks. Hay trabajo a donde quiera que se mire por la alta ocupación, el hotel está más que sobre vendido.Hendricks invitó a Aiden, su mejor amigo desde hace seis años, para que lo acompañe a celebrar su cumpleaños en su apartamento, luego de que terminen sus labores de trabajo. Hendricks solo invito a su a Aiden, Enzo y a Gabriela (Mejores amigos) a sus hermanas y a sus padres. El día anterior, Hendricks había abastecido el frigorífico con sus bebidas favoritas y mandado a preparar un buffet privado.La fiesta duró alrededor de seis horas, bailaron, comieron y bebieron hasta más no poder.—¡Aiden ven canta para mi!—lo llama Hendricks al poner un tema de Indila en el idioma francés, luego que sus amigos y familiares se retiraron súper agotados y casi borrachos—Turrón de azúcar, ven, no seas agua fiest
En Chablis, los veranos son calurosos y parcialmente nublados y los inviernos son muy frío, ventosos y mayormente nublados. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de -0 °C a 26 °C y rara vez baja a menos de -6 °C o sube a más de 32 °C. Ese día en especial se podía sentir la suave brisa de agosto.—De acuerdo, será París, sólo debes prometerme que sacarás excelentes calificaciones y te graduarás con honores. Eres mi hijo ejemplar, sólo espero que Bromelia siga tus pasos.Aiden casi se atraganta con su desayuno, al ver cómo su padre cede tan fácilmente ante su petición. A Aiden le invade una felicidad que lo arropa. De una cosa Aiden estaba seguro, en París nadie (o casi nadie) lo discriminará por sus rasgos andrógino, disfrutará de la moda, las comidas, las bebidas y se tomará miles de fotos cada vez que tenga una oportunidad, y tendría muchos amigos, además disfrutará su soltería porque no quiere volver a abrirle su corazón a nadie, así se evitaría el sabor a